En la sala de espera cuando los tonos de los móviles suenan al recibir una llamada el volumen al que lo hacen parece irreal. De las seis o siete unidades distintas algunas comparten el tono por defecto, otros tienen otro igual de minimalista, alguien ha puesto el sonido que hacían los teléfonos antiguos y sólo una persona tiene una canción puesta: “Ayo Technology” de 50 Cent. En un documental sobre música sacra que estaba viendo estos días hablaban sobre como la gente de los pueblos alrededor de París tenían miedo a dicha ciudad porque hasta ellos llegaba el ruido que se generaban en la vida cotidiana y en los mercados. En esta entrevista a W. G. Sebald que encontré en un blog de filosofía, menciona como desde Londres se pudo escuchar el sonido de una batalla que estaba ocurriendo en Lowestoft (Suffolk).

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