Obsesiones recientes

Oh bueno, sólo pensamos hablar de ídolos. Si se han acercado por aquí por cualquier motivo, hecho clic o cualquier otra cosa esperando algo decente, por no perder el tiempo, pueden tratar de buscar y escuchar “Wound Response” de Rhodri Davies (es tan bueno como otra gente dice y no creo que sea capaz de escribir algo tan exacto sobre el disco como esto).

Sunmyu

   

En realidad la presentación en imágenes del grupo. Los contenidos son los convencionales en estos casos (comida, trabajo, concierto, intimidad, momentos de intersubjetividad, figuras en relación con el entorno). El vídeo que enlazamos funciona como una suerte de resumen de las actividades del grupo durante su breve periodo de existencia, recopilando y reciclando multitud de imágenes de otros vídeos promocionales (no musicales) suyos, también añadiendo imágenes descartadas o momentos que no se habían visto. Visto en contexto (a las pocas semanas anunciaron que fichaban por una compañía de discos grande), sirve como carta de presentación.

Aunque en clara interrelación, nos gustaría separar por un momento digamos el diseño de la textura emocional de las imágenes, el contexto y la forma en las que estos funcionan, y la función que cumple el montaje en este ejemplo concreto, algo que por llamarlo de alguna manera, es una visualización de información, una suerte de timeline visual.

En el primer caso, es una forma de presentación de los ídolos que en su configuración actual podemos retrotraer al trabajo del director Shunji Iwaii para el PV de AKB48 “Sakura no Shiori”. El hiperrealismo de la definición de las imágenes y los colores, la tensión entre las figuras y el desenfoque de los espacios, convertidos en cálidas masas de color y forma, la textura temblorosa de la cámara en mano y el continuo movimiento para tratar de captar lo cotidiano, los momentos de obtusa espontaneidad de las personas filmadas (preservados antes de que estos se desvanezcan en el olvido), creando una suerte de lirismo emocional. También, la presencia de planos con la cámara fija, igualmente líricos pero “construidos”.

  

La estética visual queda definitivamente delineada en lo que aconteció después. Supongo que parte del mismo equipo (Iwaii creo que es el productor ejecutivo y uno de sus asistentes es el director) continua filmando al grupo a petición de la compañía y lo terminan transformando en una serie de documentales que trata de contar su historia desde dentro. De este modo, la parte temblorosa del asunto sirve para filmar las entrañas del grupo, el backstage, los viajes, las charlas y discursos a las integrantes de los equipos, las actuaciones, mientras las partes “construidas” articulan las presentaciones individuales (líricas imágenes sitúan a los miembros en algún lugar específico, después comienza una conversación o monólogo). Ya se anuncia la tercera parte del mismo y el grupo por ejemplo ha utilizado este tipo de presentación para una campaña publicitaria que presentaba a los componentes del grupo como algo “real”, mostrando su quehacer, entorno, cotidianidad. Esto, claro es una forma de mitificarse por parte del grupo, crear su propia leyenda. Pero lo es también para la audiencia. La creación de lo creíble, lo envolvente, lo íntimo, su construcción es una forma de poner en imágenes el proceso y la actividad de los fans, su continuo consumo de imágenes, textos y productos, el continuo proceso de reescritura de su percepción sobre el grupo, la forma emocional que permite incluirse a uno mismo en una línea de consumo sin final.






Un ejemplo, de cómo esta configuración ha calado, podemos buscarla por ejemplo, en el trailer de la película para el grupo idol local Seishun Joshi Gakuen. Suponemos que una de los motivos de la adopción de esta fórmula es que es versátil y suponemos, barata. Por ejemplo, el propio Shunji Iwaii, tras los desastres ocurridos en el gran terremoto que más o menos todo el mundo recuerda, usó la misma fórmula para dirigir un documental que mostraba la escala del desastre y las reacciones de algunas personas ante la actitud de la prensa, la política y demás: “friends after 3.11”

    

En el propio documental hay incluída una idol: Cocoro Fujinami.

  

Queremos detenernos un momento en ella, porque consideramos que su posición, como persona, como figura pública, como trabajadora, ofrece algo que nos puede servir como reflexión sobre como está configurada la sociedad en el mundo contemporáneo. La idea es que una idol teniendo ideas políticas es una cosa ridícula, un motivo para la risa. Fujinami no es cantante y era o es más conocida por ser modelo gravure (comenzó antes de los quince años de edad).


 La idea subyacente es que lo racional no puede estar relacionado con lo sensorial (o lo sensual si prefieren). Pero aunque los ídolos son máquinas de generar afectos (ese es su trabajo), lo que viene a representar esto es como la mayoría de la gente puede ser ridiculizada y ser considerada como no cualificada o competente para aportar nada a las conversaciones sobre cómo funciona nuestro mundo. Cómo, convertido en objeto de conversaciones y opiniones, los individuos son aplastados por no contar con una red lo suficientemente tupida que pueda soportar la presión que aguantan (sea por ejemplo, una formación académica, una red de activistas, amigos, personas interesadas en empujar en tu misma dirección, condiciones económico-personales y demás). Y como las condiciones que generan esta asimetría, para nada son el resultado de la casualidad. Y como la gente pasa, pero quedan las políticas, las campañas de imagen, los tópicos de conversación que sustituyen la complejidad del asunto.

Sunmyu es el primer grupo idol de la compañía Sun Music, más conocido por su trabajo con solistas durante los años 80. La canción que canta el grupo, por ejemplo es una versión.

   

Sunmyu, también se ayudó durante la formación del grupo de la idea de participación del público. Durante semanas y meses se ofrecieron vídeos en el mismo canal antes enlazado (ahora creo que están todos borrados) para que poder familiarizarse con las candidatas. Llegado el momento de decidir la alineación definitiva, se realizó un programa especial. Lo primero fue la decisión de la agencia que selecciono a una serie de miembros como no negociables pero dejó abierta la inclusión de algunos miembros más a elección de la gente conectada a Nico Nico Douga en esos momentos. No recuerdo un proceso más traumático. Esta compañía de streaming permite a la gente votar interaccionando con la pantalla. Un pequeño menú se superpone sobre la imagen y se puede hacer clic en la opción preferida, generando una serie de resultados en más o menos tiempo real. Lo que sucedió entonces fue: colocar sucesivamente la cámara delante de cada una de las candidatas, poner el cuadrito durante algo así como un minuto, recontar los votos, y comunicar cual era el porcentaje de aprobación. Y así seguir con cada una. Los porcentajes de aprobación, por cierto fueron bastante crueles (casi nadie superó el 50%, alguien casi no llegó al 20). Y de ese modo, ya conociendo cada una el número más alto, conocer quién era “apto” y quién era “redundante”. Para añadir más gloria al asunto, la gente descartada, no podía largarse hasta terminar el programa y tenían que seguir por allí, fingiendo el gran momento de felicidad del nacimiento del grupo.


Mencionamos esto con detalle para apuntar que nada de esto está incluido en la “historia” que el propio grupo cuenta de si mismo en el PV. Y en cierto modo, esta idea de la precariedad, del vivir una vida que te quema mientras intentas hacerla posible, es algo que se edita fuera tanto de las narrativas que establece el grupo como las de los fans (el trabajo crítico de esto consiste más en comparar a los miembros con un ideal y mostrar todo aquello que distancia a esas personas de aquello que creen, sienten, intuyen o simplemente cuentan). Los ídolos, claro, son una forma rápida de ganar dinero. No has de tener talento o currículo, simplemente ser una presencia que agrade al público. Y la idea, claro es que haciendo esto puedes terminar ganándote la vida haciendo algo que te gusta (siendo actriz, presentadora, coreógrafa, etc.). Una imagen de la vida soñada que permite sobrellevar los horarios imposibles (no es sorprendente de que algunos o algunas duerman entre tres o cuatro horas por las noches y después se queden dormidos en cualquier lado), la multitud de mini-trabajos (conciertos, entrega de flyers, pequeñas presentaciones de espectáculos, programas de radio, gravure y demás) mal remunerados (el sueldo base por actuación en el teatro de AKB es algo así como 30 o 50 €, en el caso más bajo 1080 € al mes). Mucha otra gente, en grupos menos “exitosos” obviamente no llega ni a esas cantidades con todos sus “trabajos”. Claro, esto no es algo exclusivo de los ídolos, cualquier músico o grupo más o menos pequeño se encuentra en condiciones parecidas o peores durante el tiempo que tratan de vivir de la música. Pero en el caso de aquellos todavía se puede añadir una especie de idea romántica, (sobre)vivir para el Arte, situarse fuera de la sociedad para hacer algo “único” o “profundo”. Con los ídolos no tenemos ese problema. Si se rompen los tiramos y buscamos otros nuevos, como hacemos con los discos y las canciones, o nos buscamos a alguien más joven y barato que tenga menos pretensiones, que tenga mayor flexibilidad, potencial para adaptarse, plasticidad.



En fin, lo que me “obsesiona” de este ejemplo particular es la forma-timeline. El tratar de escoger una serie de imágenes del archivo, que por alguna u otra razón “trasciendan” lo cotidiano, que sirvan como un ejemplo de trabajo y constancia, que sean divertidas, que parezcan sacadas de un anuncio, que sean bellas plásticamente, que capturen un momento de vida que te envuelva, capture tu imaginación, te haga vivir con el grupo. No es tanto la idea, este tipo de resúmenes son un recurso que se puede usar para cualquier tipo de “memoria” sobre algo o alguien, como la interpretación del mismo como una representación visual de flujos de información. Como esta captura del momento, evoca la misma actividad de los fans, ese continuo consultar, buscar y consumir para encontrar momentos que permitan y/o justifiquen la propia continuidad de este estilo de vida. La propia construcción de esta narrativa a partir de materiales dispersos de consumo (después amplificado con formas de vida asociadas: desde la posibilidad material de asistir a los conciertos y eventos del grupo o artista, a las conversaciones, las reflexiones, los homenajes, los intercambios, etc.). Y la propia construcción de la imagen del fan a través de este proceso de selección, como hilo conductor, o como presencia que sirve para interpretar la multitud de referencias y ventanas a las que se abre, el material condensado aquí.

Yumemiru Adolescence

  

Es un grupo de modelos asociadas con la revista Pichi Lemon. Por ahora, sus actividades como grupo se reducen a una serie de conciertos eventos (van por el cuarto o quinto), donde se intercalan canciones originales, versiones y viñetas teatrales, además de las interacciones habituales de este tipo de cosas. Han publicado un single (se puede comprar en alguna página web de forma casi exclusiva y normalmente en sus eventos) y suelen tener un mini-programa de unos diez minutos en el programa de radio o streaming Shimokita FM (algunas de las imágenes del video de Sunmyu proceden de presentaciones en dicho programa).

 Mi obsesión en este caso es más mundana: la necesidad de imitar uno de los movimientos de la coreografía. Golpes rítmicos con el interior del antebrazo, la muñeca contactando con la cadera, la mano extendida hacia el exterior, inclinada noventa grados respecto al eje del brazo. Bueno eso, en interacción con la música. En particular con un elemento de estilo que funciona como otra convención actual de los ídolos: ese tipo de arreglos en las que una melodía, normalmente ejecutada en algún instrumento que suena de manera artificiosa, suena ensoñadora pero es ejecutada de forma precisa y concreta, sin divagaciones ni prolongaciones. Un momento de ida y vuelta, como un fogonazo de emoción.

De modo que es la combinación entre el empuje de los cuerpos, su movimiento y expresividad (por ejemplo, cuando fingen que corren, no corren como lo harían en la realidad, sus cuerpos acentúan las figuras/posturas/posiciones, se adelantan e inclinan para hacernos conscientes de su peso, de la separación entre el equilibrio y la caída, de la fragilidad y lo efímero tras este momento de vitalidad) con el empuje de la música, esa combinación de noñería, ingenuidad y teleología. Encontrar un motivo tras lo que se hace.

Este elemento, este tipo de composición, si se quiere también se puede trazar con origen en AKB48, en concreto con el periodo ilustrado en el recopilatorio “Kamikyoku Tachi” con su combinación de canciones que avanzan disparadas, todas con arreglos similares, donde de repente estallan estribillos o momentos pegadizos, cerca de 80 minutos a piñón casi fijo. Una lectura casi fenomenológica del impacto de dicho disco lo podemos encontrar, por ejemplo, en este PV del grupo idol local Raise Chou Chou:

   

 Algo que nos gusta especialmente es el volumen atronador en el que está masterizado, la cantidad de distorsión generada al aplastar frecuencias más allá de los límites de registro del CD, y como esa distorsión evoca la emoción de sus conciertos (donde la música todavía está más alta), la emoción del momento, más allá de cualquier detalle concreto, como canciones o interpretaciones. Como las capas de sonido para dejan de tener rango en el espacio y parecen acumularse como superposiciones de capas. Y claro, el PV está lleno de situaciones y gente que actúa como idiotas. La crítica habitual de la idiotez del asunto, implica que en cierto modo otras músicas que se consumen se hacen de una forma racional. O al menos, como si este fuera el modo más habitual de escuchar música, o el más adecuado, o bueno, el "más mejor".

 En su artículo “Formulating a Revised Taxonomy for Modes of Listening”, Kai Tuuri y Tuomas Eerola, al menos proponen nueve modos distintos de escucha. De modo, que no nos importa mucho sugerir, que la escucha crítica, no es necesariamente la más importante jerárquicamente. Pero la idea es que esta coincide con una definición de lo que significa ser humano, ya saben, aquel animal que piensa. Y aquí está lo curioso de la definición, que pensar simplemente consiste en aquello que se hace de forma consciente. Si hiciéramos la abstracción de considerar que nuestro cuerpo funcionara sin la ayuda de automatismos y procesos inconscientes, llegaríamos rápidamente a la conclusión de que moriríamos. Sin sentido del equilibrio y posicionamiento de los miembros en el espacio, sin tener que dejar de pensar en parpadear, analizar las imágenes desenfocadas de nuestros ojos en movimiento (el que parezca que no lo hacen es uno de esos procesos), respirar, bombear sangre y demás. Por lo tanto, si prefieren mantenerse unidos a su querida imagen de la racionalidad y lo consciente no se preocupen pueden seguir con ello, todo el mundo desde hace tiempo está explotando la idea de los procesos no-concientes en distintos modos (desde la generación de afectos de todo tipo al registro de cómo alguien mira un centro comercial y en que se fija para delinear y aproximar la “puesta en escena” del mismo del modo que optimice las ventas o el espacio en uso pasando por el data mining de sus búsquedas web para delimitar aquello que realmente le interesa a usted más allá de lo que considera apropiado contar o de las propias justificaciones e historias que se cuenta a si mismo).

 En el caso que nos ocupa, supongo, podemos asimilar lo que me “obsesiona” con la idea del mindreading: como el cerebro emula los procesos que hace otra persona para conocer como siente, que nos trata de transmitir, si esto es cierto o falso, si debemos hacer caso a nuestras emociones o salir corriendo. Y también, supongo, asociado, la imagen de transubjetividad, no ser exactamente uno sólo, ni ser dos, proyectarse en el cuerpo del otro, emocionarse con sus emociones, vivir a través del otro. Y hacerlo de forma compartida. Sí, de forma boba y divertida. No muy seguro de si uno quisiera experimentar emociones menos efímeras (como la depresión, la rabia y demás) sin saber si puede salir de ellas después de haber entrado.

También supongo que hay algo más. En un artículo reciente de Kathleen Stewart titulado “Precarity’s Forms” escribe lo siguiente:

Writing Culture (Clifford and Marcus 1986) cleared a field for an attention to emergent forms. A new object of analysis became legible, took on qualities, trajectories, aesthetics. Writing followed it, pulled into alignment with it, becoming tactile and compositional. Culture was reconceived as an assemblage of disparate and incommensurate things throwing themselves together in scenes, acts, encounters, performances, and situations. Writing became an attunement, a response, a vigilant protection of a worlding. Both writing and culture became potentially generative and capacious. A writing might skid over the surface of something throwing itself together or it might pause on a strand as itmoved with other strands or fell out of sync, becoming an anomaly or a problem. Writing could be a way of thinking. 

En cierto modo, mi repetir el paso al ritmo de la música, o de forma más ortodoxa, el MIX y el otagei (o wotagei), las acciones que hacen los fans para participar de lo que está aconteciendo en el escenario, también puede entenderse de este modo. Y aunque claro, no toda consista en dar golpecitos en la cadera al ritmo de la música, si puede hacernos reflexionar sobre actividades, prácticas, modos de hacer cotidianos, no necesariamente queridos o buscados, pero adoptados y lo que hacen emerger cuando se unen las actividades de múltiples sujetos.

Esto debería ser más largo, pero hablamos de un proceso análogo en mi siguiente y última obsesión reciente.

i☆Ris

  

Otro grupo más o menos reciente que se presenta como “anisong idol unit” (es decir ídolos que cantan canciones en el estilo de las que se usan en las series o películas de animación). Como en cierto sentido, esto evoca a las voces que interpretan o actúan como los personajes para “darles vida”, pueden notar que la vocalización (no necesariamente lo bien que cantan o el rango que tienen) es un factor importante en la presentación del grupo. Bien, la “obsesión” es de nuevo mundana y podría entrar en la categoría de “cannot unsee”:


 Todos cantamos al unísono en el estribillo y nuestras voces (nosotros) empastamos en variadas y nuevas combinaciones y parecemos desplazarnos en la misma dirección hacia un lugar que merece la pena vivirse. El sueño es tan universal, tan igualitario en sus intenciones y objetivos, que hasta parecemos más altos.

En teoría las neuronas espejo son una serie de neuronas que se encargan de detectar y reaccionar al movimiento (en particular el de otros cuerpos). Lo extraño del asunto es que los científicos mientras preparaban otro experimento descubrieron que la observación del movimiento, la activación de esta serie de neuronas provoca otra serie de reacciones más inesperadas. Una es que genera simulaciones de los movimientos para tratar de conocer cuál es la intencionalidad de aquel que los provoca. Es decir, que si alguien nos sonríe nosotros “sonreímos” (activamos el mismo tipo de músculos aunque normalmente no imitamos de cara al exterior) y al hacer esta simulación podemos interiorizar si hay una posible amenaza o no (es decir, si la sonrisa significa que alguien sonríe o está fingiendo). Después, con mayores elaboraciones, surge la teoría de si las neuronas espejo, al menos en parte, ayudan a generar empatía (en teoría hay un experimento que consiste en observar el rostro de alguien colocándose por ejemplo, un lápiz entre los dientes (lo que impide activar ciertos músculos que utilizaríamos para “gesticular” e imitar y simular las emociones que aquel rostro, de distinto modo nos quiere comunicar) y ver la diferencia cuándo no lo tienes).

Supongo que una de las razones por la que los grupos funcionan ahora mejor que los solistas, es en parte es el efecto de saturación que generan. Por ejemplo, este grupo tiene seis componentes y mientras cantan dos, que hacen todo tipo de enfatizan todo tipo de gestos y usan el lenguaje corporal, el resto del grupo más o menos también hace ese trabajo, y todo eso podríamos entenderlo como impacto (quizá en el sentido publicitario), aunque pueden llamarlo como quieran, ganchos para capturar su atención, gestos de ternura para ablandarles la coraza y demás. A mi en este sentido me interesan mucho Tokyo Cheer2 Party, donde no suele haber más de cuatro o cinco micros sobre el escenario, con la gente que canta en mayor o menor medida, estática, mientras el resto del grupo se desvive bailando o adornando la canción con todo el material a su disposición (tienen que saltar a 4:48 para ver la actuación en vivo, la parte previa, la abordamos de algún modo más tarde):




  

Es quizá un sentido muy específico por el cuál los ídolos no son solamente música, pero de un modo u otro, al menos en la esfera de lo popular, este “añadido” visual forma gran parte de cómo interiorizamos, experimentamos o razonamos acerca de ciertas músicas.

 Hay un artículo, más o menos reciente, escrito por Gray, Knobe, Sheskin, Bloom y Barrett titulado “More Than a Body: Mind Perception and the Nature of Objetification”, que en cierto modo trata de salirse de los paradigmas más o menos aceptados sobre la objetificación (por ejemplo, que convertir en objeto a alguien es deshumanizarlo, es decir arrancarle su capacidad para ser sujeto). La idea es que la percepción mental se puede establecer en dos dimensiones, o polaridades, o categorías o lo que prefieran, que denominan agencia y experiencia. Agencia lo podríamos resumir como la capacidad de ejercer sus propias acciones, mientras que experiencia es la capacidad de transmitir emoción (en un sentido amplio: la fragilidad de un hijo incita a la protección, la carnalidad de un cuerpo puede generar excitación). La idea del experimento es usar una serie de fotos en los que la gente valora que grado de agencia o experiencia tiene cada sujeto (que características creen son más evidentes en cada caso), vestido y centrándose en la cara, con menos ropa o desnudo. Los resultados los pueden leer y resultan bastante interesantes. Yo creo que los ídolos al ser generadores de afecto deben situarse un poco más hacia la experiencia. El problema surge, claro si el único criterio para relacionarse con ellas (o ellos) reside en ello, si es el único tratamiento que merecen estén dentro o fuera del trabajo, o en una actitud u otra. Por llamarlo de algún modo, si nuestra actitud se corresponde con interpretaciones, creaciones, estereotipos culturales. También, si se toman en serio el estudio anterior, hay que plantearse ciertos elementos de duda sobre paradigmas críticos, sobre si las buenas intenciones (y en ocasiones muy importantes resultados y logros) deben permanecer estáticos y herméticos o adaptarse a los cambios que pueden ayudar a matizarlos.
 Lauren Berlant tiene una frase (no la encuentro ahora mismo) que dice algo así como que reconocerse a uno mismo es la parodia de uno que se puede aceptar o con la que se puede vivir. Los tres ejemplos presentados, descansan sobre el elemento común de la pura potencialidad, sea descubierta en un momento de belleza de una imagen, a través de estereotipos y convenciones que permiten acceder a ella o a través del trabajo y la disposición para alcanzar determinados lugares. También hemos visto como esta pura potencialidad es explotada desde un punto de vista económico y supongo pueden intuir de donde provienen problemas de adicción, obsesión, deshumanización, cerrarse sobre si mismo, atacar aquello que uno cree le pertenece y demás actividades más o menos insalubres desde un punto de vista emocional. Y en cierto modo me obligan a preguntarme sobre mis propias intenciones o si toda esta larga exposición no viene a significar una especie de pataleta para vivir en mundos de colores intensos y estrellitas. O en cierto modo si mis intenciones, ese querer deshacerse de los aspectos más negativos de lo que no deja de ser un negocio, no pecan en cierto sentido de “buenismo”. De creer que en cierto modo, puede cumplirse la idea de todos tener la misma estatura, y si esto no es otra versión, mucho más elaborada conceptualmente, de los colores intensos, las estrellitas y las sonrisas. Una pregunta para la que no tengo por ahora ningún tipo de respuesta que pueda considerarse como válida.

Garabatos

Llevo meses leyendo e intentando escribir un artículo sobre ídolos. Creo que el tema, desde el enfoque que le doy resulta bastante sugerente para la reflexión, pero el problema es que no dejan de aparecer flecos por todas partes, nuevas cosas que deberías leer, conceptos que conectar (no es broma cuando digo que es el primer artículo que he tratado de escribir a partir de diagrama que en su forma completa debía extenderse por páginas y páginas relacionando textos e ideas) y demás. Creo que sigo interesado en los temas que relaciono, pero el punto de partida (un análisis de los tres PVs veraniegos de los grupos de la familia AKB), bueno ya no se si estoy interesado o si me siento cualificado para seguir hablando sobre el grupo (dos de esas tres canciones me encantan y casi las tres canciones anuncian un tanto el final de cualquier posterior desarrollo de los grupos en cualquier dirección interesante). Pero supongo está bien hablar de los fracasos. Tampoco sabría de que escribir ahora mismo.

El punto de partida lo asiento en un artículo de Fredric Jameson titulado “Reification and Utopia in Mass Culture”. Jameson toma algunas películas taquilleras del momento (1979) como “Tiburón” o “El Padrino” y trata de mostrar como dentro de los productos de la cultura de masas pueden convivir la tendencia a reproducir la lógica del capitalismo de la época así como sugerir la posibilidad de un elemento utópico que permita escapar de la uniformidad de esa realidad. La traslación de este análisis al universo de AKB la hago a partir de una reflexión sobre las dos tendencias que existen en el grupo: por una parte es un grupo en continuo cambio, un laboratorio de “innovación” no en el sentido de inventar, pero si de generar nuevas iteraciones, mezclas y todo eso y por otra parte es un grupo que genera (y promueve) una cultura “conservadora” en el sentido de que ha de estar centrado en las “personas”, en los ídolos, o quizá mejor, en las presencias de estos.

Trasladando estas dos polaridades a esferas más “serias”, y con el capitalismo de por medio, uno encuentra que son una especie de modelo que imita las dos principales tendencias políticas en el mundo ahora mismo: neoliberalismo y neoconservadurismo. Reduciéndolo a lo esquemático, el primero trata de crear un mundo a partir de la idea de que el mercado, la individualidad, el sujeto en competición unos con otros pero dentro de una esfera de leyes en las que todos deciden participar (ya, delirantemente utópico…) pueden sacar lo mejor de la humanidad. La idea neoliberal es la de permitir la autorregulación de los mercados, no dejar que nadie interfiera con ellos, ya que las normas son incapaces de tener la capacidad de adaptación que los mercados en contacto con la realidad (el ejemplo sería el de un gobierno determinando el precio de un producto sin atender a las fluctuaciones de su precio o las necesidades de sus conciudadanos, suponiéndose que el libre mercado generaría competencia y bla, bla, bla, ya saben, todo perfecto en lugar del mundo de oligopolios en el que vivimos). Los neoconservadores siguen manteniendo la idea del mercado pero deciden que deben de haber unos “valores” rigiendo en la sociedad, dictando lo que es “bueno” o “malo”. Y bueno, que son los “correctos”, por alguna extraña razón (por ejemplo, tomar la tradición como fuente de los mismos, como si la tradición no fuese una formación histórica y cultural y todo lo demás). Volviendo al grupo, esto se encarnaría por ejemplo en una enumeración de los mundos de consumo que genera el grupo (por ejemplo, un single se edita en múltiples versiones, con distintas canciones y contenidos en el DVD, pero además se añaden fotografías de regalo, algunas genéricas, otras exclusivas (por ejemplo de varios miembros del grupo o en solitario) para tiendas, que extiende el asunto a por ejemplo veintiocho versiones distintas, o esta misma idea de mini-narrativas en su forma de anunciarse, que por ejemplo, también es el modelo de trabajo de su compañía publicitaria (Dentsu) (por ejemplo, colocar distintos anuncios en distintos periódicos que se entienden mejor en conjunto, incluir pistas para generar el boca a boca desde los expertos a los interesados, incluir promos gratuitas en lugares de tránsito del público, etc.), su presencia en medios (televisión, radio, prensa), su generación de información propia a partir de sus actividades y en multitud de cajas de resonancia en las actividades de sus miembros en distintas redes sociales (blogs, Twitter y sobre todo Google+). Y ante toda esa inmensidad de actividad, información y demás constatar la tendencia cada vez más reaccionaria de su público. Su necesidad de filtrar la “verdad” como algo subjetivo, el continuo amasar la opinión a través de una cuidadosa ración de corta y pega y demás que nos lleva de lleno a una de las tendencias más aterradoras de la actualidad: cuando los seguidores siguiendo una “narrativa” que los hace creerse en la posesión de “la verdad” deciden actuar, “castigar” y demás, aunque no tengan base de ningún tipo para hacer lo que están haciendo. Quizá el ejemplo más contundente de esta tendencia está dentro del K-Pop, donde el grupo T-ARA supuestamente se encontró envuelto en una historia de bullying a uno de sus miembros. Supuestamente, porque ninguna de las evidencias que se usaron para generar ese ángulo era demasiado real. Pero la reacción es la de volver a buscar evidencias todavía más rebuscadas, no bajarse del burro, no cambiar de dirección, sentirse completamente dueño de la verdad por lo satisfactorio de una resolución sencilla mediante una trama más o menos peliculera. AKB ha tenido varios escándalos este año y quizá el más ilustrativo de esta tendencia fue el que incluyó a cinco miembros de HKT. En teoría, según un semanario de cotilleos, suspendidos por haber participado en una fiesta con fans, beber, fumar y todo lo que se pueda sugerir al respecto. En teoría, una de las componentes del grupo denunció esto pero fue expulsada con el resto. Ya tienen de nuevo a los “buenos” y “malos”. Cómo “conociendo” a ese miembro, uno creía que las acciones del management eran injustas y cómo debía de haber afectado a otros miembros que uno “conoce” son amigos y bla, bla, bla. El asunto es que uno de los miembros expulsados, en un gesto un tanto inaudito, decide filmar un vídeo explicándose y subirlo a YouTube. Cuenta cómo su “delito” (de nuevo lo bueno y lo malo, quién obedece las reglas o no, no importa lo ridículas que sean, lo interesadas que sean, están “para cumplirse”) fue tener alguna conversación con fans vía email (algo prohibido) y que le llevo a reflexionar si realmente estaba hecha para este tipo de vida, pensando que no (y claro, después excusándose por su egoísmo ante fans y demás). Jamás se disculpa por lo que supuestamente se le acusa de (en teoría el vídeo es una reacción a cómo esa historia originada en el semanario y filtrada y aderezada por los fans comenzó a aparecer en los medios tradicionales como “verdad”). Algunas reacciones curiosas: buscar al uploader en YT y cachondearse de él, o seguir defendiendo a la “buena” (cuando claro, ya no puede ser la “buena” ya que toda la historia tal como la conocemos es mentira. Curiosamente, la “buena” se une un par de meses después (con otra chica que se había graduado hace una semana del grupo idol local HR) a un nuevo proyecto idol, donde ellas son el centro del grupo.

 En fin, quizá esta es la parte más farragosa de todo el artículo, pero para mi sorpresa, leyendo un artículo sobre otra cosas, recuerda como en el artículo original de Jameson sobre mapas cognitivos dedica una parte del mismo a hablar de teorías de la conspiración y tienen de nuevo toda la historia de la complejidad y saturación del mundo real y los modos en el que lo simplificamos de un modo u otro para poder navegar por él, y quizá apuntar a la idea de que estas reacciones “viscerales”, estas narrativas de “la verdad”, esta cosa tan espontánea, es algo que surge de convenciones, de modos de producción y presentación, de formas de destilar el discurso, de hacer ese “recorta y pega” en la vida cotidiana para tener una opinión, una “presencia”.

Una de las dificultades más grandes que encontré pensando escribir este artículo era como una serie de elementos aparecían en distintos contextos. Por ejemplo, una parte del artículo debería hablar de las actuales tendencias en los productos culturales, por ejemplo en cine y televisión, desde la búsqueda de una serie de vehículos genéricos (acción, terror, sagas, comedias, romances y poca cosa más) cuya financiación se pueda lograr mediante un pitch adecuadamente construido (una idea pegadiza, una serie de secuencias espectaculares que se después se adoban en un todo), a la idea de mundos (superhéroes, sagas fantásticas, vampiros y hombres-lobo, aliens, avatares, pero también “Star Wars” o “El Padrino” (este verano había un pleito entre los herederos del autor y el estudio cinematográfico por una secuela escrita por otro autor (hay varias ya) que podía generar la tentación de que otro estudio comprara para convertirla en película), el versioning, la venta de formatos (que también se puede entender en la continua y cansina cadena de adaptaciones de franquicias y demás cosas populares en la que se encuentra enfrascado Hollywood desde hace un tiempo), o la sindicación, en la actualidad una de las fuentes de ingresos más importantes e interesantes para las cadenas de televisión (vender por ejemplo, “Los Simpsons” y después rellenar horas y horas de tu programación emitiendo bloques de esta o aquella serie), cómo los programas que le gustan “a la gente”, en realidad son los que las compañías pueden vender a los canales de televisión y se reducen a lo probado y comprobado, y por supuesto a lo barato (mi fascinación por los canales de documentales que siempre necesitan de algún gancho tipo macho (“competición”, “multiplicar mi inversión”, “emociones fuertes”) para mostrar la “realidad”). Pero esto pisa el mismo terreno que por ejemplo, la explicación de la obra de Gabriel Tarde (muy, muy centrado en la generación y propagación de emociones y opiniones a través de los medios y demás).

El artículo empezó a tomar visos de realidad cuando logré conectar un par de zonas que creía eran interesantes respecto a los ídolos (el afecto como teoría y la idea de mundos, convergencia, media mix) a través de un mismo autor citado, que, más gracioso todavía, conectaba con otra zona que me interesaba bastante hablar (digamos la precariedad laboral). De este modo Nigel Thrift en su descripción de la creación de mundos como la tendencia más actual de la innovación en las empresas (la idea de vender un servicio, convertir a los consumidores en co-creadores, crear “comunidades de afecto” y demás) y Marc Steinberg (en su libro sobre el media mix y su preclaro ejemplo de cómo un adhesivo de “Astro Boy”, como metáfora de una figura que pasa del mundo de la ficción a personalizar el mundo del usuario) citan el trabajo de Maurizio Lazzarato.

El argumento de Lazzarato es que las nuevas políticas de izquierda deben de recuperar la innovación de las manos del mercado y dejar de comportarse como la guardiana, la conservadora de los logros obtenidos. Para ello se deben buscar una ideas que entiendan la diferencia, la creación de nuevas relaciones, algo que resulta un tanto difícil desde el marxismo que está basado en el idealismo de Hegel (es decir que uno puede retrotraerse desde lo empírico hacia lo esencial, aquello que genera los procesos, la raíz del asunto, etc.). Lazzarato comienza desde Liebniz y después la reinterpretación de su nomadología que hace Gabriel Tarde, para finalmente matizar a este con la obra de Foucault (el de “Nacimiento de la Biopolítica”) y el Deleuze de las sociedades de control. La idea es que en lugar de controlar a la población mediante digamos, la violencia (los lugares de encierro: prisión, escuela, familia, etc.), se hace a través de legislar y crear los marcos que dejan a los individuos indefensos y sin capacidad de reaccionar (por ejemplo, los microtrabajos, la idea de lo que debe hacer un parado (convertir su inactividad en una carrera: venderse a si mismo a los empresarios) o esa batalla terrible que hay ahora mismo en el Reino Unido sobre el concepto de estar “sano”, con empresas privadas que se lucran decidiendo quién es apto o no, o en que grado puede realizar su labor o no). Lazzarato (que ahora está escribiendo sobre la deuda como ejemplo de estas sociedades del control) también es el escritor del artículo más o menos clásico de ese concepto post-Fordista: el trabajo inmaterial. Y si esto ya parece embrollado, también pensaba colar la idea de trabajo emocional por parte de las componentes del grupo. Y así enlazar, de nuevo, con la idea de los afectos, la imitación, el mindreading, las neuronas espejo, el optimismo cruel, la idea de mundo en el sentido de intuir una configuración basada en personas, culturas, entornos, la construcción y el entrenamiento de lo cotidiano, etc.

Lo que pasa que todo esto, siendo tan interesante y fascinante como realmente es, no tiene demasiado sentido. Los lectores de este blog no están demasiados interesados en ídolos y yo cada vez estoy más cansado de fans de ídolos (es un poco aquello de Sevilla sin los sevillanos). Supongo que si escribo esto es porque hay toda una serie de entradas en el blog que debían leerse en conjunto con esta cosa tan larga, y que sería bueno mostrar (al final creo que es para lo único que sirve este blog, mostrar y conectar cosas) de donde vienen. Además, escribirlo de esta forma, me ahorra el completamente asesino trabajo de editar una entrada de esa longitud en Blogger, con fotos, vídeos y multitud de enlaces (en alguna de las entradas más largas que puedan recordar he tardado horas editando antes de poder publicarlo).

Not the same thing...



For no particular reason...




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Hace ya un tiempo, comenzó esta serie de cuatro episodios sobre la música de Angola en la que participa Ned Sublette. Enlazamos abajo los tres primeros episodios, porque somos tan inconstantes que puede que de otra manera este post no se realice nunca o quizá sea dentro de seis meses…
 

Además algunas entradas escritas y entrevistas realizadas por el mismo autor. 1, 2, 3, 4, 5

   

La que uno espera sea una de las referencias ineludibles (junto a Carly Rae Jepsen) en casi cualquier lista de fin de año anglosajona…

  

Además el documental es más o menos interesante (a mi por ejemplo me interesó bastante la parte de sacar los vinilos de las cajas y firmarlos). Aunque todavía espero un documental experimental, o al menos una exposición fotográfica, titulada “Caras del público en un concierto de Swans”.


Menudo horror. Justo en pleno apogeo de una de esas crisis sobre por qué hago esto y me pongo a escribir sobre un grupo tan desconcertante como BELLRING Shoujo Heart. Supongo que un detalle puede resultar ilustrativo sobre la dinámica del y sobre el grupo: una de las componentes (TIRA, falda blanca en el vídeo enlazado), creo, es taiwanesa (de procedencia y en el sentido de haber vivido la mayor parte de su vida allí). Es muy extrovertida (incluso algo exhibicionista), pero, con mucha lógica, su dominio del japonés está plagado de lagunas y dudas. De modo que en mitad de una frase, o de una conversación, todo lo que estaba sucediendo, se para porque no ha entendido una palabra y tiene que deducir por el contexto qué significa o preguntarlo o simplemente comprobar si realmente recuerda la palabra. Otra variación del mismo fenómeno es cuando, por ejemplo, alguien del público le grita algo como señal de admiración y ella responde, con obvio delay, tratando de ser lo más dulce posible aunque sin tratar de ocultar lo fuera de contexto que ha quedado su respuesta en la conversación, en la situación, en el evento. Confluyen y se entremezclan la ternura, la extrañeza, la crueldad, la simpatía, la farsa, la empatía y todo lo demás. Además este momento de incomunicación resulta muy absorbente, muy “entretenido” (ya que hablamos de entretenimiento), pero muy ambiguo moralmente desde el punto de vista del consumo como espectador. (Es decir: ¿provocar su incomodidad para tu disfrute?)

   

Más extraño todavía es que, es algo que encaja completamente con la estética disfuncional del grupo, con su puesta en escena, con su música, con su propia manera de comportarse con el público y su recíproco. Debería ser algo completamente ridículo, tal vez lo sea, pero entonces es un reflejo perfecto de lo que es el mundo, como cualquiera puede atestiguar cada día más al asomarse a las noticias, los rumores, los sucesos.

También, aunque tal vez lo hemos escorado demasiado hacia la asimetría entre el grupo y el público, es un grupo que se divierte mucho, y que, dentro del mundo idol, se pone bastante en riesgo. Claro, “los ídolos son ridículos”, según dicen algunos, y por tanto no deberían destacar en modo alguno. Pero no hay un aproximamiento hacia una idea de la profesionalidad (lo que hago es ridículo, pero de alguna manera hay que ganarse la vida, además, es temporal) dentro de una fidelidad por las convenciones del género, ni tampoco se encauza por otros modos más rodados donde lo estridente ya está normalizado.

Tal vez, si pretendiéramos establecer comparaciones, los referentes más cercanos podrían ser BiS o Shizukaze &Kizuna. BiS es un grupo que resulta bastante próximo en estética, pero juegan demasiado con la ironía y con ser muy cafres, como para ponerse del todo al descubierto. Si lo hacen, todo es un espectáculo. Shizukaze & Kizuna quizá resulta un tanto más alejado en estética, pero la idea de lo fraccionario en la presentación y la vulnerabilidad de quién se expone en ella resulta parecida. Shizukaze & Kizuna tienen un programa que cumplir, como se puede leer en la portada de su single más reciente:


El concepto es I-rock, de modo que siendo un grupo completamente kawaii, se incorporan toda una serie de elementos estéticos del exhibicionismo más rockero: escupir agua sobre la audiencia, stage diving o directamente, intentar andar sobre ellos. (También la estética del grupo “en la carretera”). Lo cuál podría ser una especie de origen de una cierta “autenticidad”, en el sentido de que el grupo puede ser ridículo pero saben montar un concierto. El asunto es que muchas de las componentes del grupo trabajan, han trabajado o lo hacen de forma puntual como modelos gravure (las dos que conforman Shizukaze, empezaron respectivamente con 12 y 13 años). Algo que tampoco resulta particularmente inesperado en Japón. Lo curioso es que en lugar de pretender que son dos esferas que raramente se tocan (y que por ejemplo, pudiera ser algo que sólo conocieran los aficionados más entregados), están en diálogo. De este modo, el nombre del grupo aparece en alguno de sus DVDs conjuntos, o incluyen reflexiones o comentarios para los seguidores del grupo o fragmentos de sus actuaciones aparecen en los materiales audiovisuales de las revistas de la misma editorial. Lo que no deja de ser un lugar extrañísimo y algo enrarecido en el que estar.

    

BELLRING comparte con ambos grupos la estética rock, mientras que BiS puede tirar más hacia el metal o el emo, Shizukaze & Kizuna, tiran hacia el hardcore-punk y el hard rock. BELLRING por su parte pretenden inspirarse en los 60 (si recuerdan la cronología, en cierto modo hacia un periodo pre-ídolos). La supuesta influencia puede ser más detectable en el acompañamiento del órgano, los arreglos y cadencias de las guitarras o las orquestaciones de “ダーリン” (“Darling”), “yOUらり”(“yOU-rari”) o “ボクらのWednesday” (“Bokura no Wednesday”). Aunque en otras canciones, por ejemplo, “the Edge of Goodbye”, se aproximan más hacia un sonido grunge más que a las fuentes originales. Y las canciones son pegadizas, desconcertantes, algo inquietantes y muy disfrutables.



Casi en diciembre, de modo que toca hacer referencia a las listas de fin de año. Por ahora lo dejaremos en dos apartados:

1) ¿Debería seguir publicando alguna de ellas? Por ahora han aparecido las listas de Rough Trade y Decibel.  Aunque supongo que las de Uncut deben estar al caer

2) Las listas propias. Supongo que la de canciones será un desparrame y tengo una lista más o menos sólida de discos. Sólida. También seguramente de lo más aburrida y predecible. Todavía estoy esperando algunos discos que deberían estar al caer, pero se cuentan con los dedos de una mano. De modo que se aceptan sugerencias sobre cosas que me he perdido o debería estar escuchando. Aunque no las incluya al final o no me interesen en lo más mínimo apreciaré la idea de ponerme en los zapatos de otro (este año estoy muy despistado y desganado). Un par de canciones que he escuchado durante meses pero nunca me molesté en identificar:

Ya está disponible el nuevo catálogo de Duke University Press. Aunque supongo no será lo más interesante de todo lo publicado, sobre música hay un estudio etnográfico de la escena noise (supongo), un par de libros en una colección sobre jazz, libros sobre cumbia, samba, country, hiplife.

 

 Vean mientras puedan (ya que James Benning decidió cumplir su palabra de no mostrarla…). También hay opción de descarga.

Ya, el último en enterarme de esto. La idea es cuando menos curiosa, comprar con las donaciones deudas en los mercados donde los bancos las subastan a otros operadores y suprimirlas. En teoría, al abolirse esas deudas, nueva gente puede volver a aportar a la causa y de este modo ir destruyendo las deudas de todo tipo (hipotecas, médicas, estudiantiles, por uso de tarjetas de crédito y demás) que atenazan a la mayoría de la población (norteamericana). La pega importante que se le puede poner es, que, en caso de funcionar, se elimina el problema de obturación en el sistema pero no su capacidad de reproducción. Occupy Wall Street/Strike Debt: The Debt Resistors' Operations Manual Es decir, en el problema de la deuda hay dos partes. La intencionalidad de por ejemplo, este libro, es la de conseguir concienciar o establecer métodos para no volver a estar incluidos dentro de la esfera del crédito (aunque como ellos mismos afirman, y asusta un tanto, es algo que ya afecta a tus posibilidades de encontrar trabajo). Solamente he leído los dos primeros capítulos, pero realmente no parece haber ningun plan de reforma o cambio en su caso, simplemente, apartarse del sistema o crear comunidades que funcionen fuera del mismo.


 Supongo que no es novedad por meses, pero bueno, esto se puede comprar en DVD.

  


La misma compañía también ha publicado este documental.

Pensando que realmente no he escuchado C-Pop este año…



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