De modo que las Gacharic Spin fueron parte de los instructores musicales del nuevo single de AKB48

Ah, diablos, esta era la canción (casi todas las versiones de este riddim son increibles)...


También identifiqué esta otra (+ Popcaan):

Leyendo esto y esto.


Escuchando: 


  Chris Watson on Noise by eprosser


Como casi todo el mundo escuchando* a rebufo esto:





La ejecución, arreglos, producción y demás son fantásticos por lo que se puede escuchar en Bandcamp. Pero en estas primeras escuchas no le encuentro mucha más cosa. Supongo que si sigo escuchándolo “crecerá” con las escuchas.

Umberto Eco asks what, beyond being loved, transforms a film such as Casablanca (1942) into a cult artifact. First, he argues, the work must come to us as a "completely furnished world so that its fans can quote characters and episodes as if they were aspects of the private sectarian world."6 Second, the work must be encyclopedic, containing a rich array of information that can be drilled, practiced, and mastered by devoted consumers.
The film need not be well made, but it must provide resources consumers can use in constructing their own fantasies: "In order to transform a work into a cult object one must be able to break, dislocate, unhinge it so that one can remember only parts of it, irrespective of their original relationship to the whole."7 And the cult film need not be coherent: the more different directions it pushes, the more different communities it can sustain and the more different experiences it can provide, the better. We experience the cult movie, he suggests, not as having "one central idea but many," as "a disconnected series of images, of peaks, of visual icebergs.”

The cult film is made to be quoted, Eco contends, because it is made from quotes, archetypes, allusions, and references drawn from a range of previous works. Such material creates "a sort of intense emotion accompanied by the vague feeling of a déjà vu."

(Henry Jenkins “Convergence Culture”)

Supongo, nada nuevo ni desconocido para aquellos que llevan escuchando la música de Ghost Box y demás desde hace años. Pero, en teoría, los escuchábamos por otras razones. Aunque las camisetas y otro merchandising son muy bonitos.



“This time around the Belbury sound is augmented with guest musicians. Even more lavish than usual art and packaging by Julian House is accompanied by a wonderfully unsettling piece of fiction byElectric Eden author, Rob Young”.

Dicho esto, las reediciones y demás las seguimos consumiendo con agrado:



* La mayoría de discos que estoy escuchando este principio de año son casi todos aquellos de EAI que se publicaron a mediados de diciembre y que están apareciendo en las listas de casi todo el mundo que sigue este estilo (y que las redactó entrado enero…).

También esto:


Jump Up In The Air (Stay There)


Había escuchado esta canción bastantes veces durante diciembre del año pasado pero hasta esta mañana no me enteré de que era Popcaan. La forma de cantar la línea que da título a la canción, con todo aquello que quieran asociarlo, sinceridad, vulgaridad, desnudez emocional o de cantamañanas o nada de lo anterior, para mí es lo que funciona como gancho, correlato entre el earworm y el deambular entre asociaciones de recuerdos tratando de encontrar o construir una historia que nos haga entender lo que pasa.


 También, después de haber publicado las listas de fin de año, en las que faltaban muchas cosas pero no sobraba gran cosa, también apareció el PV del tema de Laza Morgan con Mavado. La pista de baile, nosotros que nos encontramos cada vez más cercanos y el DJ poniendo todas nuestras canciones favoritas, una por una. Y si estábamos liados con las canciones sobre canciones y las canciones sobre escuchar canciones, Mavado decide interpolar a Inner Circle.


 Esto no pega (realmente nada lo hace en este blog, todo se fractura y comienza de nuevo) pero bueno, soca-dubstep.



Sakura Gakuin en un ejercicio de coherencia conceptual tan extraordinario como aterrador decide llevar la idea del grupo como una escuela primaria a su límite y graduar a los miembros que por edad deberían estar accediendo a grados superiores. De modo que cada día que pasa el final está más próximo y todo queda expuesto como transitorio y contingente.

Pitchfork publicó ayer una historia oral de los cinco EPs de Disco Inferno:

  We wanted to design a bold logo for the band to give them a strong identity from the start. The original symbol dates back to the 1930s and has a simultaneous clarity and ambiguity that complimented their sound. 

We worked with images by the photographer David Spero, who we knew from the Royal College of Art. His landscape photographs were quite unusual for a record sleeve at the time; they were beautiful images of nothingness. The direction of the logo changed with each sleeve to suit the image and echo the idea of sound traveling in different directions. Both the music and art had an ambiguity about them; the band had taken a step into a creative unknown, and the covers reflected this.

 Y si se aburren tanto, pueden leerse también la historia de Pitchfork en n+1:

  One day in early 2010, the internet message board I Love Music began discussing the Pazz and Jop poll, which the Village Voice had recently published on its website. TheVoice has conducted Pazz and Jop annually since 1971. Hundreds of music critics submit lists ranking their favorite albums and singles, and the Voice compiles two master lists identifying the year’s best music. It is the main event in American popular music criticism. On I Love Music, the Pazz and Jop thread chugged slowly along for a few hours. Then Scott Plagenhoef, editor-in- chief of the music website Pitchfork, began posting under the name “scottpl,” and things picked up speed. “11 of the top 13 LPs and five of the top six singles are shared between this and the Pitchfork list,” Plagenhoef wrote. “For what it’s worth.”

Un libro curiosísimo



Una serie de libros recién publicados o por publicarse que me resultan interesantes por un motivo u otro:



Una colección de textos sobre Laruelle (con entrevista incluida).



El último es una colección de textos sobre distintos tipos de otakus.



Esto, sin saber muy bien el número de páginas de cada artículo, son los contenidos:

Introduction mizuko ito
PART I. CULTURE AND DISCOURSE
1 Why Study Train Otaku? A Social History of Imagination
izumi tsuji
2 Database Animals
hiroki azuma
Japan's Cynical Nationalism
akihiro kitada
4 Strategies of Engagement: Discovering,
Defi ning, and Describing Otaku Culture in the 
United States 85lawrence eng

PART II. INFRASTRUCTURE AND PLACE
5 Comic Market as Space for Self- Expression in Otaku Culture
hiroaki tamagawa
6 Otaku and the City: The Rebirth of Akihabara
kaichiro morikawa
7 Anime and Manga Fandom as Networked Culturelawrence eng
8 Contributors v. Leechers: Fansubbing Ethics and a Hybrid Public Culture
mizuko ito

PART III. COMMUNITY AND IDENTITY
9 Making Fujoshi Identity Visible and Invisible
daisuke okabe and kimi ishida
10 Cosplay, Learning, and Cultural Practice
daisuke okabe
11 The Fighting Gamer Otaku Community: What Are They "Fighting" About?
yoshimasa kijima
12 "As Long as It's Not Linkin Park Z ": Popularity, Distinction, and Status in the AMV Subculture
mizuko ito

Al menos tres de los capítulos pueden ser adaptaciones de capítulos de libros sobre dicho tema escritos por los mismos autores (Azuma, Kitada, Morikawa). Quizá el que me resulta más interesante es el último de todos estos. Es un libro sobre un lugar geográfico, el distrito de Akihabara en Tokio y como su arquitectura y economía atrajo a los otakus.



Si alguna vez se han preguntado la razón de las fachadas cubiertas de neones que ilustran tantos momentos turísticos en televisión y cine, es porque cada planta de un edificio comercial se puede destinar a cualquier tipo de uso, y de este modo, cada negocio ha de anunciarse al exterior. Akihabara, durante algunas décadas se especializó en ser un lugar dedicado a la venta de electrodomésticos y electrónica. De modo que digamos, los “geeks”, comenzaron a abundar por la zona. La idea es que la geografía urbana ayudó a proyectar algunas de las ideas que los otakus tenían sobre si mismos. Los edificios no solían tener grandes comercios con escaparates, de modo que no eran lugares donde uno iba a exhibirse y en otro sentido, eran un lugar donde uno podía encontrar mundos “interiores”, mundos de consumo de ficción que apelaran a su fantasía. Es decir, sobre todo tiendas.

Entonces, al revitalizarse económicamente la zona mediante la atracción de este público, la presentación de los espacios y la publicidad trató de apelar a sus gustos, creando de hecho, una extensión de todo aquello que pudieran consumir en la intimidad de sus cuartos. El autor tiene en su web, una serie de galerías fotográficas (los cinco primeros links).


Como podrán comprobar en el último enlace, la Akihabara de los otakus es un espacio en el tiempo ya que el distrito se está gentrificando.


Si leen el artículo podrán ver o intuir que en parte, AKB forma parte de todo esto. Es decir, el modelo de negocio es el de un teatro musical. Quizá este gesto les suena de otras ciudades, donde este modelo es patrocinado para atraer al turismo, mientras las salas musicales para conciertos de rock se cierran. A mi me gustaría explorar más esta idea nada descabellada entre la relación entre gentrificación y música idol.

Muchos de los grupos locales (gotochi idol) que están surgiendo como la espuma tienen la función de establecer un modelo de negocio, más o menos pasajero, que revitalice el comercio de las zonas urbanas donde se instalan. También pueden servir para promocionar el turismo de la zona o sus productos gastronómicos. Quizá el ejemplo más descarado de esto sea este grupo, cuya formación estaba incluida en el proyecto de reforma del ayuntamiento. La música realmente puede cambiar el mundo.


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