Pensaba no escribir una palabra más, pero que se note que soy inconsistente. He estado toda la mañana leyendo las de otra gente. Taylor Parkes ha escrito otra entrada fantástica en The Quietus sobre My Bloody Valentine. Las tres que ha escrito son un placer de leer.





También he leído este artículo sobre Bill Dixon que es alguien a quien respeto pero debería escuchar más.

Después leí el artículo de hace unos meses sobre John Butcher. ¿Debería incluir “The Invisible Ear” en esa lista de los discos que no aparecerán en “Lo mejor de esta década” pero cuya ausencia demostraría el fraude de estas? La lista quedaría así entonces:

Es “Sateenkaarisuudelma”
Chris Watson “Weather Report”
Keith Rowe & John Tilbury “Duos for Doris”
So “So”
The Focus Group “Hey Let Loose Your Love”
Ricardo Villalobos “Ach So”
Nurse With Wound “Salt Maria Celeste”
John Butcher “The Invisible Ear”
Blectum from Blechdom “De Snaute Haus”+ “The Messy Jesse Fiesta”
Juana Molina “Son”

+ Kelly Clarkson “Breakaway”*

En realidad debería añadir más (Hope Sandoval, Konono nº1, Clipse, etc.), pero a decir verdad no he escuchado muchos de esos discos desde hace años. Y sin embargo son los que me dejaron o creo dejarán marca.



Este artículo de K-Punk en el presente número de The Wire sobre Mark Stewart es muchas cosas: un artículo que sólo se puede escribir cuando se lleva toda la vida escribiéndolo, un recuento que apenas deja espacio para la entrevista con el músico (colgada entera en la web de la revista), un metálogo con las ideas y métodos del artista como medio de abrir el discurso puntuándolo con múltiples referencias a libros, teorías o artistas que sirvan para extender el marco de referencia del lector/oyente. A mi por ejemplo me ha llamado la atención este libro sobre la manipulación de la prensa.



Sigo sin saber si escuchar el disco.

Me cargo el ratón. Día glorioso.




Estoy escuchando el disco de esta chica. Es muy agradable y retro. Antes estaba escuchando las tres últimas referencias del sello Ostgut Ton. Debería hacer un playlist y colgarlo aquí después. Debería hablar sobre “Vasco E.P.” de Ricardo Villalobos, que no es muy espectacular pero se queda toda la tarde sonando.

¿Veo el debut de la selección o me pongo a ver “Les Hautes Solitudes” de Philippe Garrel? Después ya no me dará tiempo a verla. El ordenador se quedará grabando la sesión de Flying Lotus y se grabará cualquier sonido como los clics del ratón, etc. Aunque ahora que lo pienso es muda. Pero supongo que trataré de acabar dos o tres episodios del libro que estoy leyendo ahora. También la "versión del director" del artículo sobre el post-rock norteamericano que ha subido Simon Reynolds a su blog "retro".

* Una de las cosas que está provocando la piratería musical es la desaparición del disco “generacional”, ese que resuena a lo largo y ancho de una sociedad vendiendo millones de copias y marcando un determinado momento de la historia de esta. Discos de materiales irregulares pero extrañamente coherentes que se acaban asimilando con las escuchas. Sasha Frere Jones en su artículo para el New Yorker sobre Usher decía que su anterior disco quizás fuera el último “bestseller” que tuviera la industria. Curiosamente, ese puesto para el mundo del rock está ocupado por este disco. Que eso sea bueno o malo ya es otro asunto.

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