En este artículo sobre la celebración que se organiza por la libertad artística que nos trajeron los sellos independientes, lleno de nombres de postín, nunca se menciona el sello Incus, uno de los primeros en existir en el Reino Unido, donde el artista decidía que quería publicar, cuando y como y donde cualquier ganancia que surgieran de estas grabaciones de música improvisada pertenecían a este. Bueno, en realidad de ninguno que no tenga que ver con guitarras y la cultura indie. Tampoco hablan sobre endeudamientos, falsa contabilidad, las modernas reestructuraciones de los grandes grupos, el carácter despótico de algunos dueños, licenciar temas, el presupuesto de un millón de libras esterlinas que tenía el último disco de M.I.A., trabajarse a los tastemakers, colonialismo cultural anglosajón, etc. etc.

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