No llevo ni diecinueve minutos de “Camp Rock” y no puedo aguantarla. Supera eso música industrial. Aprovecharemos que cada par de minutos o así tengo que parar la reproducción para gritar y golpearme la cabeza contra la pared para tomar notas.

La protagonista es Mitchie Torres (Demi Lovato). Su sueño es ir a “Camp Rock” que aparte de ser eso, un campamento de rock, es un vivero de talentos para la industria, pero sus padres, clase media, ambos trabajadores pero en buenas relaciones con su hija, en teoría no pueden afrontar el desembolso económico que supone. Hasta que en la barbacoa que hacen para el final de curso le dicen que si puede ir (porque han contratado a su madre para hacer todo el catering). De este modo podemos observar el desplazamiento respecto al conjunto de la sociedad representado en la forma de llegar al campamento (autobuses, limusinas, la furgoneta de reparto). En cierto modo este rasgo, una latina que viene a joder el status quo de la sociedad establecida, está compartido con “High School Musical”, donde Vanessa Hudgens era también otra latina, en este caso con una familia que tenía que desplazarse cada cierto tiempo de ciudad a ciudad (más una representación de la movilidad del trabajo (el típico personaje de película americana que es hijo de militares y tiene que adaptarse a todo) que implicar ilegalidad (la casa era la típica con jardín y todo)). Pero en contraste, el personaje de Gabriella era abierto y fijo en sus ideales al chocar con la “realidad”, apareciendo su madre en un par de escenas sin apenas relevancia dramática y trasladando las relaciones al padre de Troy (Zac Effron), el entrenador de baloncesto que quiere que su hijo triunfe jugando al baloncesto. Es decir, que la dinámica es distinta: allí es la separación de lo que uno tiene establecido para si, mientras que aquí es el sentimiento de no pertenencia, la humillación de pertenecer a una clase humilde, etc. etc.

La vida dentro del campamento es una metáfora de la sociedad. En este caso, lo que encuentra el personaje de Demi Lovato, es que su talento (que es lo primero que se hace visible en la película) no tiene importancia y aquello es una meritocracia, donde todo el mundo parece ser el hijo de alguien, tener conexiones con la industria o bla, bla, bla. Los estilos musicales, por tanto, son metáforas como en “HSM” lo eran los distintos grupos estudiantiles (empollones, deportistas, artistas, etc.). La “mala” (no es mala realmente, pero se comporta así porque la relación con su madre ganadora de “un trillón” de Grammies, está más pendiente de su carrera profesional que de hacer de madre) hace girl-pop, siendo ella la solista y las acompañantes las típicas cotillas/seguidoras/abejas que siguen a la reina. Una de estas es completamente boba (no puede elegir entre dos botes de esmalte de uñas del mismo color porque no hay diferencia entre ellos), mientras la otra, una chica de color, aparece tocando una guitarra, lo que supongo se traduce en que si tiene interioridad, pero el ruido que hace este instrumento para cuando se lo ordena la chica solista (que por cierto es rubia, obviamente). Por ahora, ha hecho una aparición dos chicos rapeando, que son simpáticos y asimlidos, y una chica de color que hace R&B, que es un discurso inclusivo y abierto (es una chica simpática) a la vez que afirmativo de su personalidad (tiene un estilo visual propio). Joe Jonas es la estrella adolescente de rock de vida disuelta, que por manejos y vaivenes de la compañía y la promoción, además de sus compañeros de grupo, tiene que volver al campamento (el grupo se formó allí) como monitor “estrella”. Los dos otros chicos del grupo, uno es pragmático y obediente con los designios de la compañía mientras que el otro es el idiota rockero típico.

Oh, dios, esta es la parte insufrible donde debe fingir que es otra persona para ser “aceptada”.

Y ahora enseña sus “canciones” a sus “amigas”. Ella ya no cree en su “talento” pero las canciones gustan a sus “amigas”. Creo que esta entrada estaría llena de “spoilers” si no fuera por el hecho de que todo el mundo sabía como sería la película de antemano. Es decir, los spoilers no pertenecen a la trama son como esta se materializa.

Oh, ahora tiene que despertarse temprano en la mañana para ocultar a sus “amigas” (es que está con las malas) que trabaja en la cocina, haciendo el trabajo antes y uniéndose a ellas en el comedor. Pregunta estúpida 1: ¿lloraré físicamente cuando descubran quien no es?

Oh, la escena donde debe sentarse con quien quiere sean sus amigos. Los buenos parecen ser los alegres chicos y chica de color y otra chica que es productora y que hace el papel de la pianista de “HSM”. ¿Por qué quieren que se siente esa chica con ellos? Se conocieron ayer e intercambiaron dos frases (salvo con la productora que quiere ver sus canciones (es decir su interioridad)).

23:57 Estrella adolescente masculina en camiseta húmeda (excusa: debía ser despertado).

Clase de rock número 1. Todo el mundo está bailando y participando. Llega el profesor (un rockero venido a menos que había girado teloneando a los Stones y Aerosmith) y alguien tiene que cantar (erm, ¿no se suponía que era para todo tipo de talentos?) ¿Adivinan quién?

Sin partitura, ni decidir una canción. Oh, celos escénicos de la rubia. ¿Puedo saltarme los siguientes veinte minutos y llegar ya a la parte donde se encuentra con sus verdaderos amigos y futuro novio?

Primer encuentro con el príncipe: él busca desayuno en la cocina y ella tenía que limpiar allí.

El rockero monitor tiene que enseñar danza hip-hop. Que cosa. Todo el mundo se sabe la coreografía en un musical.

Los surtidores de la cafetería son instrumentos de viento.

Tocar su melodía es una metáfora sexual.

¿Independiente o invisible?

“Me, myself and I agree”… “I’m too cool for you”. Las mujeres que no se comportan como chicos siempre son las malas. Además llevan incorporado el autotune de serie.

Cuando suena música todos son felices instantáneamente, sin embargo, después disciernen si aquello fue lo correcto o no.

Demi no se siente feliz siendo una corista. La productora se acerca y le pregunta que si disfrutó estando detrás. Gran pregunta la que hace una productora.

El chico se masturb… toca la guitarra en un lugar solitario cuando ella se acerca con su guitarra. Ella pregunta por su “sonido” (es fan), él habla sobre el material que le da la compañía porque es lo que vende. Este es el nudo gordiano de las tramas de este tipo de películas Disney: puedes aspirar a cumplir tus sueños, siempre que no sean demasiado ambiciosos ni interrumpan tu vida productiva.

Comprar esa canción es otra metáfora sexual.

Pelea de comida, así que ya deben haber pasado esos “veinte minutos”. “I hate when I have to be uncool”. La productora tiene como castigo pasar el resto del campamento trabajando en la cocina. Supera eso Ferran Adrià.

Ella tiene que llevar la comida, pero se encuentra con el chico. Quiere tocar una canción para ella. Que irresponsabilidad. El tipo es muy bueno, incluso se hace los coros al unísono mientras canta la parte principal. Es la canción que él después añadirá a la de la chica. Ella no puede dejar de sonreír y sentirse estupenda después de haber escuchado su música.

45:46 Futura estrella femenina adolescente completamente húmeda (excusa: huida en la cocina).

La productora también sabe tocar, aunque claro hace música freak de productores… Fundido a negro para la pausa publicitaria. Fundido a negro de mi cerebro en la siguiente escena de reencuentro entre amigas de “verdad”.

Sucesión de coitus interruptus. Supongo que mi escena favorita de la película.

54:07 Estrella adolescente masculina enseña el torso mientras finge secarse tras nadar en el lago.

Una canoa moviéndose en círculos en un lago es una metáfora sexual.

Vamos a desvelar el secreto de Mitchie.

¿Es el sobrino del rockero acabado que lleva el campamento? Es el momento de recordar que esta franquicia surge de la sinergia producida por la franquicia de los Jonas Brothers.

Obviamente, si debes humillar a alguien lo debes hacer delante de todo el mundo (incluida tu madre).

La palabrota más gorda que pueden decir en esta película es “jerk”.

Respuesta a la pregunta estúpida: no, lloro con cualquier tontería (básicamente porque emocionarse no es gran cosa ni un fin), pero es difícil cuando todo resulta tan esquemático.

El problema insuperable de esta película no es la chorrada de historia que quiere contar es la necesidad de dársela masticada a su público. Alguien debe haber creído que solo los menores de 12 años vieron “High School Musical” y todo parece moverse a la velocidad de los programas educativos infantiles.

Digamos adiós a la lógica interna.

Montones de planos con zoom montados de forma rápida con una versión instrumental de “We Rock”.

Odio esa sonrisa con encías.

Rubia sin amigas.

Negros sin líneas cantando y bailando en el número de “Hasta la vista crew”. También hay gente de otros colores. ¿Número integrador pero menor?

La madre de la rubia. Inevitable el don de la oportunidad de estos para aparecer cuando sus retoños van a fracasar.

Negra con líneas tocando la guitarra. Chica de la que los productores no se fiaron de su voz y tuvo que ser doblada. Skip.

La lógica interna vuelve a despedirse.

El momento de la verdad de la mentirosa.

Y ahora sí, estoy llorando. Además como una magdalena. El movimiento circular de la cámara es el mismo de “HSM”, en el que ellos están en el centro de ese microuniverso y todo el mundo dentro de ese momento y ese plano. Lo interesante de aquella película, aparte de que tenía un tempo rápido y una sucesión de números musicales a lo largo de la duración del metraje además de una historia demasiado intrusiva que hacía que uno pudiera repetir sucesivamente (algo que a mi parecer no han logrado ni en la secuela ni en esta), eran los puntos muertos, los momentos donde la narración indicaba que algo más sucedía pero que la cámara decidía no mostrar. Es decir, los campos de posibilidades, las distintas capas, la multiplicidad de detalles secundarios (gestos, atrezzo, puesta en escena) que descubrir en las repeticiones. Me gustaría saber las cifras de audiencia.

Padres antes que novio.

“We Rock” es una jam session. Nos entregan aquello que ya conocíamos. Vale, así acaba una de las cumbres de la cultura popular de este año. Pueden no creérselo, pero piensen que los únicos discos fuertes que se han publicado este mes han sido el de Lil’Wayne y esta semana el de Coldplay y que todo parece haberse parado para no tener que competir con ese trío. El hype, la promo y la “evolución” como huida de aquello que realmente queremos. Hermoso panorama. Ni siquiera aparece la canción que más me gustaba de la banda sonora.

1 comentarios:

anhh dijo...

8.9 millones. Gran cifra, pero sigo sin saber si las cifras serán tan altas en otros pases o el DVD venderá gran cosa.

http://latimesblogs.latimes.com/showtracker/2008/06/high-ratings-fo.html

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