Ahora mismo estoy en una fantasía de decadencia sobre mi rigor intelectual. Cosas sobre como se desvanece mi capacidad de reflexión o como la solidez de argumentos que defendía en el pasado se diluyen en campos de conocimiento que acaban siempre en incertidumbre. Obviamente es una fantasía por suponer que lo tenía en primer término. En cualquier caso, estoy tratando de leer más libros y mirar menos el lector de RSS. Un libro que se adapta a mis breves momentos de atención es “Audio Culture”. Antes he estado leyendo un artículo escrito por Steve Reich (supongo que incluido en su libro) “Music as a Gradual Process”. Es muy breve, pero usaré este fragmento:

“Several currently popular modal musics like Indian classical and drug-oriented rock and roll may make us aware of minute sound details because in being modal (constant key center, hypnotically droning and repetitious) they naturally focus on these details rather than on key modulation, counterpoint and other peculiarly Western devices. Nevertheless, these modal musics remain more or less strict frameworks for improvisation. They are not processes.

The distinctive thing about musical processes is that they determine all the note-to-note details and the overall form simultaneously. One can’t improvise in a musical process- the concepts are mutually exclusive”.


Reich antes defendía las virtudes de los procesos (visibles y perceptibles para el oyente) y lo que buscaba con ellos en su música:

“The use of hidden structural devices in music never appealed to me. Even when all the cards are on the table and everyone hears what is gradually happening in a musical process, there are still enough mysteries to satisfy all. These mysteries are the impersonal, unintended, psychoacoustic by-products of the intended process. These might include sub-melodies heard within repeated melodic patterns, stereophonic effects due to listener location, slight irregularities in performance, harmonics, difference tones, and so on”.

Así que volviendo al rock para drogadictos, me interesa la descripción de repetición, marco, concentración en los detalles que brotan de la estructura, ya sea en forma de timbres, solos, texturas, tretas de producción, detalles instrumentales, facetas de la ejecución (el temblor de la voz de un cantante, el perfecto feedback logrado por un guitarrista, la energía y vitalidad de un batería, etc.). Mi más reciente obsesión dentro del terreno del J-Pop es Mano Erina, chica del Hello! Project con sólo dos singles (1,2) en “indies”. Además de las canciones, que no tienen videoclips, existe material creado por el management como forma de contacto con el público, rodado con equipo o con la propia cámara personal. Es un material enormemente repetitivo. Ella saluda y supongo que habla de que es lo que va a suceder ese día. Se viste de manera “oficial” (por ahora es un traje blanco) y continua hablando a la cámara. A continuación llega la actuación en directo, donde se presenta ante el público, dice algunas frases de cortesía e interpreta la hasta entonces única canción de su discografía. Se despide de forma igualmente amable. Y enlazamos con algún acto promocional o alguna escena de transición en el backstage. Otro momento confesional y llegamos al segundo pase. Repetición de la canción. Ultimas palabras al espectador y despedida. Pero el proceso para captar la atención, en muchos sentidos es el mismo que sigo cuando escucho música popular. La mirada va recalando en movimientos de manos, gestos faciales, los dedos y el pelo, maneras de sentarse, inflexiones al hablar, frases típicas, etc. y de ese modo captura mi atención.

Si escuchamos el nuevo single de Beyoncé, juega precisamente con esta desaparición de los significantes, en este vacío de los elementos para generar una propuesta, que con disposición o costumbre, en estos momentos me resulta adictiva, tanto como para olvidar los comentarios sobre el disco doble que refleja dos personalidades (una supongo la misma artista, representada por el otro single supongo, y la otra la personalidad escénica que refleja en sus directos y de la que habla desde hace unos años), o toda la palabrería sobre el plagio de la coreografía. Los elementos están dispuestos a la vista y la menor variación en el acompañamiento “musical” es lo que genera la excitación, la anticipación, saber si se podrá mantener la tensión o si todo se desgajará en breves momentos, haciendo que nosotros generemos por tradición, la narratividad siguiendo el hilo de las palabras o la línea melódica de la voz. No es material excepcional ni quirúrgicamente construido (escrito por The Dream y producido por Tricky Stewart), pero funciona perfectamente como canción para ser repetida, ejecutada, bombardeada en los oídos del público, algo para lo que se ha de saber hacer, ya que no cualquier canción funciona de este modo, se adhiere a esta fórmula o soporta este tipo de tratamiento. No viene a cuento pero este es el nuevo videoclip de Vybz Kartel.

Algunos de los discos que estoy escuchando estos días:

George Coleman “Bongo Joe”
Richard Skelton “Parking Time”
Shackleton “Soundboy’s Suicide Note”
Warner Jepson “Totentanz and other electronic works”
Brightblack Morning Light “Motion to Rejoin”
Ami Yoshida, Minoru Sato “Composition for voice performance, 1997 and 2007”
Dave Aju “Open Wide”
Greg Kelley “Self-hate Index”
Marit Larsen “The Chase”
Wretch 32 “Wretchrospective”
Calle 13 “Los de atrás vienen conmigo”
Sway “The Signature LP”
Lee Ann Womack “Call Me Crazy”
Soraya “Sin Miedo”

Ahora mientras trato de seguir despierto mientras termino la siguiente entrada, trataré de volver al libro y leer un par de textos de Brian Eno. Siguiendo con mis manías, desde que leí la intro del libro con el que Geeta Dayal se lleva peleando casi un par de años, sobre el periodo creativo de donde surgió “Another Green World”, aparte de deprimirme por lograr hacer lo que a este blog realmente le gustaría pero nunca consigue, siento la necesidad de leer los tres libros que cita. Uno lo acabo de descargar, otro solamente tuve que atravesar la habitación y sacarlo de la columna donde se amontonan los libros en la habitación y supongo que el tercero, el del cibernética lo tendré que comprar. Oh, bien. Otro para la lista.

0 comentarios:

Archivo del blog