Un tema que está recibiendo cierto hype en determinados círculos es “Crazy Possesive” de Kaci Battaglia. Si quisieramos justificar nuestros reparos hacia dicha canción, nos bastaría decir algo como que es “Womanizer” llevados a los rancios y conservadores terrenos de las relaciones sexuales que uno puede encontrar en las canciones de Katy Perry, con adornos sonoros de última generación como los que se pueden encontrar en “Up” de The Saturdays o “Keep Your Head Up” de Girls Can’t Catch. El problema de una descripción como esa es que lo dice todo (sobre quien escribe) y nada (sobre la música). Es suponer que el modelo de artista=personalidad, se puede sustentar mediante el estilo, es decir la forma de presentarse a uno mismo a los ojos de los otros, con los sonidos electrónicos funcionando como cualquier otro gadget en la actualidad, una variación de la misma idea, nada varía, no hay otra cosa que el presente, con una carcasa que refleja mejor el momento actual, los productores como meros proveedores que deben hacer lo que deben para estar a la altura de dicha personalidad. Es decir, superficialidad sobre superficialidad. Una de las muchas razones por la que pensé en escribir sobre música (otra cosa es que lo haga o pueda hacerlo) era tratar de interpretar esta rama de la música pop, quizá ahora más reconocida gracias a páginas como Popjustice, pero sobre la que apenas se hacen reflexiones de calado. No se puede decir que ahora tengamos muchas más cosas que decir que antes o que podamos suministrar dichas reflexiones. Pero bueno, intentemos algo. Una cosa que me interesa mucho de todos estos grupos de chicas surcoreanas que aparecen de un tiempo a esta parte en este blog, es precisamente el problema de la identidad personal/nacional. Las chicas, uno puede imaginar, son fácilmente sustituibles, en un contexto de alto nivel de oferta en el campo del entretenimiento. Las canciones son ejemplos de pensamiento globalizado, con temas que parecen funcionar sin problema alguno, desarrollando una personalidad, escritos por talentos locales o europeos. De modo que donde queda la personalidad, admitiendo que ambos factores citados, pueden colorear fuertemente la identidad de uno de estos grupos. En dos factores: el concepto de grupo de la agencia de management y el diseño de sonido. En Europa y Norteamérica (al menos entendidos como origen de las tendencias) el primero es bastante importante. Un grupo puede tener un abanico de estilos, pero depende del enfoque que hace de estos, de cómo ese enfoque refleja la personalidad del grupo, como parece emanar de las componentes del grupo, como parece dejar de existir si una de ellas abandona la formación. La segunda obviamente, está supeditada a la primera: uno puede imaginar como sonarán las colaboraciones de divas o grupos con productores famosos, y como estás parecerán más los segundos coloreando a las primeras que aquellos imponiendo sus texturas y mundos sonoros sobre la fuerza de trabajo disponible. Sin suponer una ruptura radical, no conozco los nombres de los productores surcoreanos, la forma de ordenar sonidos, arreglos y texturas, es realmente lo único (con el uso del idioma) que provoca esa sensación de estar escuchando la música de un país concreto y no frigoríficos que se venden en distintos países. La verdad, la idea está todavía bastante verde. Claro, uno puede poner el ejemplo de cómo suenan las guitarras eléctricas en el pop comercial español (e imaginar la contrarréplica: ¿eso representa los gustos y valores “españoles” o los hábitos, la escuela de producción de la industria en este país?) o tratar de comprobar si la “personalidad” que uno parece encontrar en estos grupos sólo responde a una moda (Kara tenía una personalidad pop hasta hace poco, se anuncia un grupo con un sonido “rock”). En cualquier caso, este dudar sobre la solidez de la personalidad nos lleva de nuevo a la canción original de esta entrada, es decir, a una visión de la psiquiatría que en lugar querer conocer al paciente para descubrir su enfermedad, se limita a señalar una serie de síntomas a los que asigna un término que puede entenderse como “enfermedad mental”. Que esos síntomas sean lo que pasa por personalidad en la actualidad supongo que dice muchas cosas. Siguiente parada:


0 comentarios:

Archivo del blog