Los dos temas que forman el nuevo doble single (1, 2) de Namie Amuro se filtraron hace unos días. En teoría ambos temas sirven para ser licenciados como banda sonora de distintas campañas publicitarias y deberían ser funcionales. De hecho en las primeras escuchas me parecieron decepcionantes. Pero no han dejado de crecer. Ya se. Soy fan. Sin embargo. Ahora cada vez que los pongo se que estarán sonando de manera continuada durante 20-40 minutos. Y no hay nada demasiado llamativo para justificarlo. “WILD” es corto para los estándares japoneses (no llega a los 4 minutos) y es una continuación lógica de su “What A Feeling” del año pasado. “Dr.” en principio parecen fragmentos de distintas canciones que no casan bien entre ellos y se extiende hasta los cinco minutos y medio. Pero no deberían resultarme tan absorbentes: como canciones pop no resultan tan brillantes, como temas de baile resultan demasiado pop, como paleta de sonidos tampoco es tan brillante o innovadora. Pero en conjunto, la voz se ve envuelta en una serie de texturas sintéticas e irreales (pero no extraordinarias o sobrecogedoras) en movimientos que van, vienen, velocidades que se suceden, se cruzan, chocan, aparecen como una explosión o desparecen ante tus ojos, crean inercias con una lógica que resulta familiar pero también ajena, recomponiéndose y formando conexiones en ese mismo instante ante tus ojos. Y de nuevo esto no debería dejarme así. Creo que hay algo que me resulta muy diferente de otras producciones que estrechan la paleta de sonidos hacia lo lineal, con producciones minimalistas que se basan en los timbres de los sonidos (y en la dificultad que se tiene después para recordarlos frente al ritmo o la melodía) y es el silencio. Es como si lo moldeara, como si hubiera un trabajo de espacialización de este y en la telaraña de sonidos al tejerse uno pudiera sentir el vértigo de un vacío asomando entre los hilos. Sólo que tampoco es vértigo. Y después están las interpretaciones vocales, que no resultan tan evidentes en su forma de conjugar lo humano y lo electrónico. La voz es ritmo y textura, un elemento más dentro del juego de espejos, un hilo de sensaciones efímeras que pasa de lo excitado a lo melancólico, de la búsqueda esperanzada al abandono.



Tomoko Kawase (también en The Brilliant Green) lanza sendos recopilatorios de los singles de sus dos proyectos en solitario (Tommy heavenly6 y Tommy february6) a finales de febrero (con ediciones especiales con DVD y libro fotográfico) y en esta ocasión le toca el turno a su personaje (porque ambos son personajes que ella habita y que están definidos desde el tipo de calcetines que llevan y la forma de vestirlos a su bebida favorita pasando por supuesto por los colores y el tipo de complementos) cute después de haber visto las evoluciones de su versión gótica recientemente. El nuevo single se llama “○Strawberry●Cream○Soda●Pop○” y sigue moviéndose en las mismas coordenadas de electro-pop camp y un poco en el mismo ahogo formal (es el proyecto que antes dejó de tener continuidad). Y me ha pasado un poco como esa historia que contaba de John Cage un día que le puso a sus alumnos un disco de cantos tibetanos y alguien suplicó que lo quitaran porque comenzaba a desesperarse y otra persona le replicó a la anterior que era ahora cuando estaba empezando a interesarle. Normalmente la música repetitiva, ya sea drone, techno, etc. no me molesta. De hecho, cuando me duele la cabeza es lo que suelo poner. Así que ha sido un tanto fuerte cuando tras escuchar el single, sintiera como si un alambre me atravesara el cráneo y este fuera a rasgarse, tuviera que tumbarme y a los cinco minutos me quedara dormido durante un par de horas como si se hubieran desvanecido todas mis energías. Too much hardcore for me.

Y también estoy escuchando el segundo disco de Buono! y tenían razón en lo que decían (aunque resulta más evidente sin videoclips y en la sucesión de canciones).

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