Tengo pendiente esto para ver, así que haremos alguna recomendación (por si nos desajustamos durante el trayecto) mientras tanto.

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“Screenwipe” es un programa de la BBC4, presentado y escrito por Charlie Brooker cuyo tema es el mundo de la televisión, como medio, como contenido, como compañía, como mercado. Y lo hace de una manera cuidada: el programa se divide en “series” de 3-4 episodios, con espacios entre ellas de varios meses, lo que evita la repetición de contenidos y la sensación de monotonía que provoca un formato con un puesto fijo en la parrilla. Cada episodio dura una media hora, en ocasiones como el de ayer se extiende hasta los cincuenta minutos, y aunque los temas se tratan de manera ordenada y con una exposición clara, se hacen con una gran flexibilidad narrativa. Muchas de las presentaciones están rodadas en el salón del presentador mientras ve la televisión, en sets de programas o en la propia redacción y se intercalan el análisis, la presentación, la animación, la ficción documental, el docudrama o la entrevista. Quizá deberíamos señalar cuales son las pegas que uno puede intuir en la larga distancia para el programa: su presentador es carismático (y para bien o mal, terminará convirtiéndose en esa figura televisiva a la que tanto suele parodiar), el formato tiene un humor irreverente pero infantil y tierno que puede convertirse en su único atractivo y aunque dicho humor sirva para bajar las defensas y dicho ego sirva para guiar el programa con sus gustos y sus selecciones, para en el momento idóneo, cambiar el tono y tratar de forma despiadada y descarnada las miserias del medio (del coste económico de un programa y como el presupuesto afecta a las tramas de las series, de cual es el proceso de selección de ideas para crear un formato, de cómo reacciona el público, detallar en que consiste el trabajo de los nombres en los créditos, las regulaciones legales y como afectan estas a los contenidos, describir los procesos de filmación o de montaje, etc.) que dicho mensaje quede diluido en el programa “feel good” que realmente es.

Y podemos hablar de las reacciones (y relaciones) airadas, eróticas, de incredulidad ante lo que se está viendo, al uso de la música para un público con “cultura” (Dizzee Rascal en las secuencias donde se disfrazan de “adolescentes televisivos” en el programa sobre la programación dedicada a dicho público, “This is hardcore” de Pulp puntuando los acercamientos al erotismo y la pornografía), como los actores que son vapuleados y vejados son los componentes del equipo del programa, sus listas de los mayores imbéciles en los anuncios, la precisión del ritmo que consigue evitar el aburrimiento con continuos cambios a la vez que transmitir su comentario de forma cristalina, creando un contexto en el cual, al aparecer las secuencias de los distintos programas tratados, todo aquello que damos por sobreentendido o que asumimos por la costumbre, brilla en toda su estupidez. Si les pica el gusanillo, prueben en YouTube.

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