Pueden tratar de entretenerse, al menos si están tan aburridos con la actualidad musical como uno (aparte de lo de ayer, lo único que estoy escuchando*, tampoco ardientemente son los discos de Micachu & The Shapes y Mika Vainio con Lucio Capece), haciendo música online:

Rockstar Games ha colgado una ¿demo? ¿preview? de su juego Beaterator (en teoría famoso por la colaboración de Timbaland, y claro, para escuchar sus sonidos tendrán que comprarlo cuando salga). En la práctica un reproductor y sincronizador de loops, construidos o construibles, con bancos de sonidos o la posibilidad de importar los tuyos propios. El funcionamiento es bastante sencillo e intuitivo, una vez que se sabe lo que hace claro (no se salten la intro que es la explicación). La pantalla principal es un mezclador. Tienes 60 unidades de tiempo para desarrollar tus ideas, los BPMs van desde los 30 hasta los 200 (no gabber), a la izquierda tienen un menú desplegable con los bancos de sonidos, a la derecha otro con los loops. Pueden escuchar estos previamente y colocarlos en el mezclador (si este está parado, por eso digo que es un reproductor). Los sonidos pueden arrojarlos en el menú desplegable inferior, con unas pistas para programar ritmos sencillos o con la ayuda de un tecladito desplegable, hacer cosas más complicadas (si pulsan “hints” verán las teclas de su teclado que se corresponden con las de la pantalla) y finalmente, tienen una pequeña consolita de efectos donde hacer y probar sus “rarezas” (tampoco demasiado extremas) antes de usarlas en el mix que están construyendo. Obviamente muy limitado, suponemos que habrá muchos más sonidos en el juego, pero precisamente divertido (es un juego, no un sustituto de un software profesional, aunque si tiene éxito puedo imaginar a la gente construyendo música con sus propios sonidos usando esto en los tiempos muertos) por lo que dice Brian Eno sobre limitar las infinitas posibilidades que ofrecen los estudios modernos.

Y si esto les parece demasiado complicado, siempre pueden usar esto que es más DIY y salir reseñados en Discobelle esta misma tarde.






*También escuché con atención el disco de K’naan, sin grandes trabas ni ahogos por sus sampleos de música etíope, su mensaje más o menos concienciado o sus colaboraciones pop, y tiene canciones y singles notables, pero como construcción, como narrativa, el disco es un horror y se hace soporífero.

También pedir disculpas si no he contestado últimamente a ninguno de los mensajes que han dejado, estoy en uno de esos periodos “distraídos”.

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