Dos problemas

Uno genérico, el otro específico.

El primero es un estado de ánimo: tener la sensación de que un ciclo vital llega a su final. Sentir que tu actual modo de vida tiene sus días contados, lo cual en principio no debería resultar demasiado problemático: tampoco hay nada que me tenga demasiado satisfecho del actual. Pero esta suerte de aceptación lleva aparejada consigo un proceso sistemático de duda sobre tus actuales proyectos y valores: por ejemplo, escribir en un blog firmando con un nick. Eso ya son tres dudas: saber quién es esa persona que ese nick debería nombrar, la necesidad de escribir sobre algo en dichas circunstancias (el asunto exhibicionista de hacerlo público) y la existencia de un vehículo que albergue el trabajo de las dos anteriores instituciones nombradas en crisis. También ayuda que el ordenador esté en sus últimos días, no tenga medios para sustituirlo inmediatamente y peor, que tampoco piense que mi falta de acceso continuo a esta esfera suponga una gran pérdida (las páginas web se pueden guardar, aunque últimamente el diseño de algunos blogs piense que hay que dejar atrás esa etapa histórica como algo superado, como un signo de lo que hace la gente desfasada con su tiempo, los que no se enteran de nada, los que no importan, los que en lo básico, no existen, y demás). Sigo pensando que la única razón de peso por la que estoy conectado de este modo es por “vivir” el momento de un cierto grupo de chicas, conocer esa experiencia de primera mano. Quizá suena crudo o desagradecido. Sigo pensando que soy muy afortunado de poder estar en contacto con lo que hace determinada gente que afecta y cambia mi vida con su quehacer. Otra cosa es justificar todas las inercias asociadas a escribir esto. No es que si estoy unos días fuera, el pensamiento de borrar todas las alertas de nuevas entradas y que ya encontraré lo interesante después se haga fuerte. Es que en la mayoría de los casos tampoco notaría la diferencia con lo que hago ahora. Ya se: crisis de modo de vida.

El segundo es quizá un corolario del primero, aunque también podríamos decir que es, sino un detonante, un acelerador de éste. Este blog, más o menos, gira en torno a la música: la persona, la máscara, que lo escribe hace de filtro, y en ese trabajo de separación, bajo dejando una serie de rastros, marcas, vestigios que tratan de condensar como fueron sus experiencias musicales en esos momentos de su vida. Nada particularmente nuevo u original en esto, salvo tal vez el criterio o la personalidad que dicha persona pueda transmitir a través de sus reflexiones. El problema en si, reside en el hecho de que a pesar de estar escuchando música en igual o mayor cantidad que en años anteriores, no hay nada que esté escuchando como una necesidad, sólo como una costumbre. Hay buenos, grandes discos, debe de haber otros incluso mejores a los que no he prestado ninguna atención, pero no los estoy escuchando de un modo regular. Y si restauramos por un momento esa polaridad entre lo popular y lo culto para graduar el rango de escuchas que normalmente alberga este blog, daría igual: ni estoy “escuchando” el disco de Idoling!!! ni el de PJ Harvey ni los de Michael Pisaro. Los pongo, los disfruto, mi cabeza está en otro lado. Además en un proceso de optimización asombroso, la inercia del año pasado, el querer crear un marco teórico de largo rango para analizar un fenómeno en concreto, la necesidad de acumular lecturas y conocimiento para tratar de exponer en un cierto grado la complejidad de sus relaciones y el porqué de las causas de mis afectos, se ha transformado de un objetivo, uno, a un proceso que se repite casi para cada entrada. Por ejemplo, lecturas recientes que debería terminar: urbanismo, lecturas evolucionistas sobre el proceso de surgimiento del arte, narratividad, cultura de fans, los procesos de la memoria, la interpretación del tiempo desde un punto de vista físico, lo mismo desde uno existencial, etc. Que a mi me parece bastante interesante y provechoso, aunque es un aburrimiento de cuidado. Pero que se complica un tanto cuando tu excusa para hacerlo es después usarlo al escribir en tus reflexiones para lograr un mayor grado de definición y precisión y de este modo, poder continuar reflexionando sobre lo que uno pensó antes. Y cuando, bueno, ver el párrafo anterior.

¿Algo que deberían escuchar?


Yo la primera vez que escuché este single, lloré. Es una chorrada, para algunos será significativo. Además por una obviedad: la interpretación vocal. Enfáticamente resaltada y todo lo demás, pero precisamente por la necesidad de tener que hacerlo de ese modo. El otro, por la misma cantante, también, juntando cierto pop mainstream de finales de los noventa, las bases, el modo en el que se mueve la canción, junto las orquestaciones, que seguramente es algo de otro pop mainstream de principios de los noventa. O tal vez no, en cualquier caso siempre he tenido fijación por estos usos (moderadamente) expresivos de las cuerdas. Supongo que el modo “sexy” de moverse habrá causado carcajadas en ciertos cuarteles. Porque en cierto modo no son los “correctos”. Pero estoy aburrido y desencantado con ese criterio de “corrección”, “profesionalidad”, “carisma”, “talento”, “calidad”, “relevancia”,… Y es algo que en ningún caso deberían circunscribir a este tipo de pop.


También, mira que es gracioso porque no tengo siquiera una lista, creo haber encontrado mi disco del año. Dura 325 minutos. Y seguramente les importe un huevo. Es una opción.

2 comentarios:

IvánConte dijo...

I do care!
Yo paso por temporadas en las que me da igual lo que se publique, y casi no escucho música. Cada vez son más frecuentes, antes me agobiaban mucho y sentía mucha culpabilidad si el blog se pasaba una semana sin actualizar. Ahora he aprendido a aceptar esas 'pausas/crisis/bloqueos'. Las visitas al blog se han reducido a la mitad, pero yo estoy más satisfecho, y al fin y al cabo si a estas alturas sigo con un blog no es tanto -que también- por entretener a los demás sino porque se ha convertido en una afición que me permite tener algo en que pensar que no sea el trabajo, los apuros económicos y esas cosas.
Un saludo, anhh, hace mucho que no te comentaba nada pero te leo religiosamente y me parece muy importante todo lo que escribes :-)

Ana Saturno dijo...

anhh, copio una frase de tu entrada: "El problema en si, reside en el hecho de que a pesar de estar escuchando música en igual o mayor cantidad que en años anteriores, no hay nada que esté escuchando como una necesidad, sólo como una costumbre."

Me resulta demasiado familiar esa sensación. Durante estos días he pensado a menudo en el abandono semi-absoluto en el que tengo sumido mi blog y me preguntaba si era sólo por las circunstancias actuales de mi vida o si era más bien una sensación general, si no estaba pasando lo mismo con los blogs que solía leer. Lo malo es que hay parte de las dos cosas y no sé cuál tiene peor solución.

Esto enlaza con tu frase en que me pregunto qué está pasando con las críticas que antes intentaba escribir de discos o canciones y con las sensaciones que la música me provocaba y de las que solía hablar. ¿Se han quedado en tres o cuatro palabras apresuradas en el twitter o es que ya no hay nada que me llame la atención? ¿Realmente no soy capaz de sacar tiempo para contar que tal o cual canción me erizó los pelillos o es que eso ya no me pasa? ¿Y a los demás? ¿Les pasa igual?

Creo que estoy intentando hacerme a la idea de que la aventura de los blogs, tal y como la conocía y la disfruté hace pocos años, se está ralentizando o, peor, muriendo. Y duele bastante, por absurdo que parezca.

En el fondo también temo que pase lo mismo con la aventura de escuchar música. Intento buscar estrategias de resistencia, pero lo primero que tengo que resistir son mis pocas ganas y mi poca voluntad.

La seguimos,
Ana.

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