Habiendo pasado la mitad de la temporada, quizá sea tiempo de intentar algunas reflexiones. La primera es quizá obvia pero no menos cierta: es una serie sobre la que resulta difícil emitir un juicio. Por hacer una lista de posibles pegas: los personajes no parecen capaces de sostener el interés del espectador, en ocasiones resultando antipáticos, en otras excesivos, en otras esquemáticos, la ausencia de un arco argumental, la resolución de un caso en su ilustre hermana, que facilite la inclusión de toda suerte de menús desplegables, sean notas a pie de página, referencias culturales, estadísticas, noticias locales y demás, hace que la serie se resienta y parezca una sucesión de viñetas e historias levemente conectadas entre los distintos personajes, la necesidad de exponer los temas sociales sin el recurso del personaje especializado en dichos temas hace que todo parezca demasiado simplista; una serie de marionetas soltando perlas de buena conciencia que todo el mundo debería entender, la reacción ante la música, al menos la mía, no resulta demasiado visceral, en ocasiones me deja frío. Y por hacer, una contrarréplica a cada una de ellas: los personajes en ocasiones son irritantes, algo ridículos, reiterativos, inexpresivos, desganados y apáticos a menos que se trate de moverse por sus propios intereses, lo cual supongo puede ser una definición bastante exacta de lo que el realismo en televisión puede ser en este momento; la ausencia de un arco argumental, una trama que deshaga todos los nudos dispuestos durante la narración, que haga que algo de la tensión acumulada se libere, que indique que algo se mueve, sin por ello recurrir al días sin huella de “Generation Kill”, es más apropiada para ese supuesto grado de realismo antes mencionado, en ocasiones los personajes están en lo más alto y sin solución de continuidad se encuentran en la miseria (Steven James Zahn, en el último capítulo como muestra), zarandeados por las circunstancias, el momento y el azar, más si cabe cuando algunas de las relaciones se muestran de un modo elíptico (Clarke Peters con su vecina), lo cual resulta aterrador, mareante y desorientador, algo que está muy bien, aunque resulta un tanto contradictorio cuando este realismo hace que los personajes se entrecrucen (no hay tantos personajes para que funcione de un modo coral); uniendo algunos de los aspectos de las pegas, sí quizá resulta un tanto forzado la presentación de los temas sociales (un personaje por “casualidad” se encuentra con alguien que conoce trabajando de guardia de seguridad y este le comenta que este barrio de viviendas protegidas está cerrado y que planean hacerlo desaparecer, a lo cual el personaje responde como un “ciudadano medio con valores” ¿y por qué? ¿para qué gastar tanto dinero en eso?, el mismo personaje tratando de cobrar la indemnización por parte de la aseguradora que paga su lealtad diciendo que ellos pagarían si hubiera contratado una póliza que cubriera esto y aquello, a lo cual el personaje, tras levantarse del asiento y tratar de marcharse de la oficina, se para y pregunta al hombre tras el escritorio ¿cómo puede dormir por la noche? y este contesta, casi en formato cliché por lo que espera uno de los autores: bebiendo, la gentrificación y los vecinos gays, el policía que muestra la verdad sobre el estado actual de la policía en la ciudad a la abogada dejando al enemigo represor e insoslayable convertido en otro desastre más arrastrándose por la ciudad, etc.) o los aspectos culturales (levemente insoportables los personajes famosos, músicos como Dr. John (que al menos tiene excusa), Elvis Costello o Steve Earle, no mucho más allá cuando el trompetista de jazz, cuya amiga/novia afroamericana trabaja en el Village Voice y lo lleva a una fiesta donde se encuentran a Nelson George o ¿Sonny Rollins?, como si el Village Voice fuera el de los ochenta o algo parecido, cocineros y demás en el episodio más reciente, la insistencia en músicos y grabaciones como tema de conversación aunque de nuevo en teoría toda suerte de podcasts e información en la web están disponibles para que uno pueda comenzar a adentrarse en la historia musical de la ciudad por su cuenta o mediante guías para el camino (algo que resulta más moderno y llevadero que optar por la redundancia, el esquematismo y el lugar común para quedarse en la memoria del espectador), pero hablar de esos temas en la “vida real” no resulta menos aparatoso, trabado e inexacto, y dejando de lado los “personajes famosos”, uno no sabe si realmente respaldar las propias críticas (Jeff Chang cuando murió uno de los escritores, comentó en su twitter como le había llamado gilipollas un par de veces) o el total desconocimiento del grado de detalle de aquello que se nos muestra (por ejemplo, los músicos de sesión, los otros jefes y participantes en el desfile, son gente conocida en y de la ciudad, han grabado la música, han opinado sobre la actuación de los intérpretes para dotarlas de rigor en lo que se muestra en la pantalla sobre su cultura). Y la música me puede dejar frío y en otras ocasiones quedarse en mi cabeza por horas, como cualquier otra música, como cualquier otra cosa que surge del momento, que no pretende ser sublime.
Lo que quizá nos lleva a la segunda reflexión: la carencia de referentes con lo que intentar desentrañar lo ofrecido. Que me haga la pregunta: “¿quién puede pagar esto?” es siempre una buena señal de que estamos en otros terrenos distintos de los habituales y que hay que apreciarlos con mayor atención. ¿Cómo intentar encapsular la vida de una ciudad, las muestras de su convivencia en forma de fiestas y reuniones, sus costumbres, linajes y tradiciones, por medio de la ficción? ¿En qué grado de ambición se mide eso? Y aún siendo así , si uno entra en el meollo del asunto hasta poder sustentar un juicio sobre aquello mostrado, incluso si esta inmersión en la cultura local es el objetivo de la serie¿eso justifica todo aquello que uno pueda encontrar injustificable (o al menos que consideraría injustificable en cualquier otra serie)?
2010/05/12 | Publicado por anhh en 10:15 p. m.
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5 comentarios:
¿Y la de Gray?
¿?
¿Podrías bajarla de KG y subirla a Megaupload? Gracias de antemano.
¿Versión 700 mb?
Sí, AVI a ser posible. ¡Gracias!
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