Mayor inseguridad de la habitual generada por la publicación de varias listas de lo mejor de la primera mitad de este año. Inseguridad no tanto porque mis elecciones diverjan mucho del consenso sino por la falta de convergencia a la hora de determinar cual es este, ya sea para alabarlo o desecharlo, es decir, ver si me he quedado demasiado ensimismado y no he estado permeable a lo que ha estado sucediendo. Vistas por ahora las listas de Michaelangelo Matos (discos), Chuck Eddy (singles), Frank Kogan (singles), Sasha Frere-Jones (discos y singles), esta monstruosidad, la de The Quietus o el segundo trimestre por FACT, no se demasiado bien que pensar. Cierto que no esperaba encontrar demasiada EAI o J-Pop en ellas, pero muchas de las elecciones parecen más agradables que necesarias, o mejor, condescendientes más que urgentes. Cierto que el mismo criterio se podría aplicar en mi caso, pero, no se, la sensación que tengo es la de que está apareciendo muchos discos interesantes, en casi todos los géneros, no necesariamente numerosos en cada uno de ellos, pero una cantidad estimable en conjunto, lo suficientemente grande para dejarle a uno completamente desorientado.


Por cierto nada que ver con lo anterior, pero FACT ha inaugurado su nueva columna sobre “bass music”.

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