Se ha originado una polémica bastante estúpida por la CARICATURA que sirve de portada al último número de The New Yorker, en la que Barack Obama y su mujer aparecen representados de acuerdo con todos los rumores, libelos y mentiras que se han vertido desde la derecha norteamericana. Y eso a pesar del título de la portada “The Politics of Fear”, y no uno, dos artículos dedicados al tema o al personaje. Pueden perder la mañana leyendo este artículo y los comentarios, además de la entrevista al editor del New Yorker, y como casi todo el mundo desesperarse leyendo a los fans “a muerte” de Obama. Supongo que este es un momento tan propicio como cualquier otro para copiar y pegar esta cita de un artículo original de 1996 publicado en este libro:



“In Chicago, for instance, we’ve gotten a foretaste of the new breed of foundation-hatched black communitarian voices; one of them, a smooth Harvard lawyer with impeccable do-good credentials and vacuous-to-repressive neoliberal politics, has won a state senate seat on a base mainly in the liberal foundation and development worlds. His fundamentally bootstrap line was softened by a patina of the rhetoric of authentic community, talk about meeting in kitchens, small-scale solutions to social problems, and the predictable elevation of process over program — the point where identity politics converges with old-fashioned middle-class reform in favoring form over substance. I suspect that his ilk is the wave of the future in U.S. black politics, as in Haiti and wherever else the International Monetary Fund has sway.”

0 comentarios:

Archivo del blog