2008/07/17 | Publicado por anhh en 12:12 a. m. 0 comentarios
2008/07/16 | Publicado por anhh en 10:38 p. m. 0 comentarios
Publicado por anhh en 8:33 p. m. 0 comentarios
El primer videoclip de Dear Jayne
Publicado por anhh en 6:55 p. m. 0 comentarios
El fin de semana pasado estuve leyendo “Third Coast” de Roni Sarig. Es un libro que consigue hacer pasar como algo sencillo algo que en realidad es muy complejo. Supongo que todos hemos pasado por algo parecido cuando nos hemos acercado a un estilo musical, un subgénero de este, una escena determinada a ciegas, tratando de reunir todos los fragmentos para tratar de extraer una visión de conjunto. Maquetas, grabaciones publicadas por los autores que desaparecen de la circulación en cuanto se venden todas las copias, programas de radio o televisión que son o fueron, salas de concierto, bares, discotecas que como cualquier otro negocio pueden tener una vida breve, prolongada o cambiar de chaqueta según pinte el mercado, fanzines, prensa local, lugares de reunión, locales de ensayo, estudios de grabación, la gente original, los temas emblemáticos, las mínimas variaciones, los encuentros, los grupos de conocidos, los que llevan en sus hombros el estilo actualmente y de repente, aparece gente nueva como de ningún lado y todo se vuelve subjetivo (¿los había visto? ¿los había ignorado? ¿no los conocía?), resbaladizo y debes comenzar de nuevo, porque de repente el mapa que habías dibujado ya no coincide con la realidad, te preguntas si todo esto realmente merece la pena o simplemente te estás obsesionando con algo que no va a ninguna parte, miras a tu alrededor y te encuentras un montón de cosas viejas que no parecen importar ya a nadie, etc. Sarig lo que hace es fijar historias que hasta ahora parecían no estar escritas, dando una base histórica más o menos escueta que trata de fijar las infraestructuras de las que disponía la ciudad o al menos del carácter de la zona, desarrollando los personajes principales, dejándoles hablar y cuando la trama llega a un punto muerto, en forma de una voz nueva, no tiene remilgos en parar y comenzar de forma más breve esa nueva historia hasta que todo parece entrelazarse entre si, culminando con la razón que da valor a la narración de esa historia con la llegada de esos artistas a la fama (y su posterior decadencia comercial). Y es algo que hace once (diez) veces, uno por cada capítulo del libro. Además lo hace sin caer en la mitificación ni en el oscurantismo del coleccionista. Uno acaba con el libro y piensa que tardará meses en buscar, localizar y escuchar (con los medios actuales) todos los discos y canciones que se mencionan, pero Sarig aunque defiende sus favoritos, también te cuenta todas las fallas, todo el material de relleno y todos los cambios de orientación para dejarse llevar por la corriente de las ventas.
Los problemas de esta manera de estructurar el libro son evidentes: el libro se vuelve repetitivo en su desarrollo, los capítulos parecen artículos periodísticos pero descansan en el conocimiento de personajes secundarios que han sido presentados en otra parte del libro, el propio autor a veces parece escribir párrafos que sólo sirven como recordatorios de que tiene que escribir esa historia en otra parte, todo esto no deja de ser una visión parcial y esquemática de cada una de esas historias, hay puntos muertos que no se exploran y no queda espacio para desarrollar temas de fondo (el materialismo en el hip-hop, la pose dentro de la historia para soltar verdaderas barbaridades de las que uno después no se hace responsable pese a decirlas en primera persona, la estructura de la ciudad norteamericana y su urbanismo con sus mundos inconexos en forma de downtown, barrios residenciales, uptown, projects, etc. marcando de manera continuada la vida de aquellos que han nacido en ellos, el negocio, sus chanchullos y sus iluminados, las conexiones con el crimen como única forma de reunir el capital suficiente para iniciar un negocio, etc.) que continuamente asoman y dan forma al devenir de los acontecimientos. Pero la cantidad de información y la manera clara en la que esta está presentada son un enorme resultado. De repente nombres que en mi mala educación parecían secundarios o casi invisibles, nombres sueltos de gente sola, se colocan dentro un tapiz que los incluye y arroja una nueva luz sobre ellos (que en realidad es algo bastante fuerte, pero son ya pasado y algunos desde hace una década o más), pero también sobre como se desarrollan los acontecimientos actuales (cuando caes que Keri Hilson pudo dedicarse a ser songwriter por haber vivido en Atlanta, donde el establecimiento de un sello como LaFace y una serie de eventos artísticos, propiciaron una continuidad y soporte para propuestas tan distintas como Outkast, TLC, Kris Kross o T.I.) y de donde viene el poder de mucha gente que es ahora visible en la industria.
Uno de los dos capítulos que transcurren en Nueva Orleans (Atlanta y Houston también repiten) me pareció fascinante por como comienza la narración de la historia desde una perspectiva casi musicológica, con el desarrollo de la bounce music. Como en las discotecas usaban el interludio instrumental de una canción para prolongar esta durante minutos y horas mientras se hacían scratchs y la gente bailaba. Como después comenzaron a incorporarse alguien que cantaba o gritaba unas instrucciones para guiar el baile, como estas instrucciones dieron paso a los guiños a los barrios de la ciudad, estos a otros en respuesta, líneas que se convierten en cultura popular de los clubs y que todo el mundo sabe reconocer, como las producciones comienzan a samplear, hacer citas e interpolaciones o variaciones sobre el tema original y como a partir de este se va creando finalmente un sonido más complejo, sutil y rico además de distintivo. La canción original era “Drag Rap” de The Showboys y estas canciones (1,2,3,4) son algunos de los pasos que hemos mencionado antes (si les interesa miren todos los videos de ese usuario de Youtube porque se dedica casi exclusivamente a buscar bounce music y el “triggerman”). A mi me hubiera encantado poder leer un capítulo sobre Baltimore y su música de club, que en lo básico sigue una historia parecida, salvo que al final termina convirtiéndose en una serie de técnicas de producción comunes y compartidas por todos los músicos para crear ese sonido machacón y adictivo. Es un género que siempre me ha llamado la atención, reconocible al momento y que encaja a la perfección con todos los pros y contras sobre una escena que mencionábamos en el primer párrafo. Los discos son difíciles de conseguir (incluso por p2p), la información es fragmentaria y es difícil de encontrar (¿cuántos resultados pueden arrojar las palabras “Baltimore” y “club” en Google?), la radio local y en este caso la DJ que maneja el tinglado (K-swift) no tienen emisión por internet o en forma de podcast, hay portales que venden mp3s pero los precios son caros (2$ por tema) e igualmente no tienes ni idea de si lo que compras es novedad o no. Y bueno, supongo que tampoco me entero.
Publicado por anhh en 5:58 p. m. 0 comentarios
Uno de los momentos clave en la historia del dubstep, se piense que fue lo que salvo al género de la asfixia o el momento donde se acabó lo bueno, fue la emisión de “Dubstep Warz”, un documental/sesión/entrevista sobre la escena que Mary Anne Hobbs realizó en su programa de radio (The Breezeblock) en la BBC 1 el 10 de enero de 2006. Ya sea como homenaje o como formar de establecer una cierta tradición, el programa de Mary Anne Hobbs quiere convertir en un acontecimiento de igual magnitud su próximo “Bass Generation”, donde los siete artistas que participaron en aquel mítico programa (Mala, Skream, Kode9, Vex’d, Hatcha, Loefah y Distance) escogen a un nuevo productor al que “presentan” en sociedad (respectivamente: Silkie and Quest, Kulture, Joker, Starkey, Chef, Oneman y Cyrus).
Publicado por anhh en 2:24 p. m. 3 comentarios
En otro tipo de noticias, leí esta mañana un post en un blog (y ya se que no debería creerme cualquier cosa que leo en internet) donde comentaban que “Love the world” de Perfume era el primer número uno que el technopop como género había conseguido, algo que no habían logrado la Yellow Magic Orchestra (que parece se quedaron en el número dos). Ojos como platos.
Publicado por anhh en 1:27 p. m. 0 comentarios
“Do Me More” es el nuevo single de Namie Amuro. Es la segunda de las canciones inéditas de su recopilatorio “Best Fiction” (necesito la versión con DVD) y además sirve de banda sonora para su nueva colaboración publicitaria con Vidal Sassoon. Oh, y sí, me encanta el sombrero.
Publicado por anhh en 12:50 p. m. 0 comentarios
El masacrado radiorip circula por ahí desde ayer, así que si tienen ganas de escuchar el nuevo single de Hayden Panettiere ya pueden, aunque ya hablaremos con más extensión cuando aparezca el anuncio y el video.
Publicado por anhh en 12:40 p. m. 0 comentarios
Aunque uno no ha escuchado con fruición o extensión su obra, esta caja que Mosaic Records planea editar en octubre con todos los discos de Anthony Braxton en su etapa Arista, es probable que acabe en muchas listas de lo mejor del año (y hace poco que se han publicado cajas de nueve discos con toda su música para piano o “12 +1tet” donde en otros nueve discos y un DVD se recogían una serie de conciertos durante cinco noches consecutivas). Esto es lo que dice el sello al respecto:
The Complete Arista Recordings Of Anthony Braxton (8 CDs)
(Release Date - October)
Anthony Braxton is the sort of artist who triggers those heated "Is it jazz?"debates; whatever his music is, it is brilliant. By the time he signed with Arista Records in 1974 at the age of 29, he had emerged as one of the major figures in Chicago's AACM, formed Circle with Chick Corea, Dave Holland and Barry Altchul and lived the expatriate life in Paris and moved freely in jazz and contemporary classical circles.
What made his output at Arista (1974-80) so unique was the range of projects he was able to realize thanks to the supportive budgets of a major label. This 8-CD set rescues his entire 14-LP Arista output from forgotten vaults. From live and studio recordings with his quartet (with Kenny Wheeler or George Lewis, Dave Holland and Barry Altschul) to solo alto excursions to a duet with Muhal Richard Abrams to Creative Orchestra Music to trios with Roscoe Mitchell/Joseph Jarman and Henry Threadgill/Douglas Ewert to his thoroughly composed pieces for two pianos and for four orchestras, Braxton explored every aspect of modern music through his own creative vision with astonishing results.
Publicado por anhh en 12:26 p. m. 0 comentarios
Confiamos en la racha de suerte del sello Modular y le damos una oportunidad tras el disco de Cut Copy y los singles de Ladyhawke al adelanto del que será el nuevo disco de Van She.
Lamentablemente anhh estaba más pendiente de ver el diario de carretera de Ladyhawke (1,2,3) que de tratar de expresar en palabras sus sentimientos sobre la canción.
Publicado por anhh en 11:51 a. m. 0 comentarios
El nuevo videoclip de Haifa Wehbe
(El accidente del videoclip no es un trucaje, sucedió mientras rodaban)
Publicado por anhh en 6:16 a. m. 0 comentarios
Lo acaba de emitir las noticias de Cuatro en la sección de deportes, y es lo suficientemente anecdótico y chorra como para incluirlo en el blog. Las canciones que escuchaban los jugadores de la selección en la Eurocopa.
1. Alexander Pires “Quitémonos la ropa”
2. Nicole Scherzinger “Baby love”
3. Potro Rodrigo “La mano de dios”
4. Jambao “Se parece más a ti”
5. Don Omar “Cuéntale”
6. Asignatura Pendiente “Por ti”
7. Amy Winehouse “Rehab”
8. Bisbal & Rihanna “Hate that I love you”
9. Hanna “Por ti daría”
10. Leona Lewis “Bleeding Love”
11. 2 Play “So confused”
12. Ne-Yo “Because of you”
13. Nelly Furtado “Say it right”
14. Fulanito “Pecho a pechuga”
15. Zambrano & Hinojosa “Suave”
16. Fragma “I need a miracle”
17. Franco de Vita “Ay Dios”
2008/07/15 | Publicado por anhh en 3:19 p. m. 0 comentarios
Me quedé descuadrado cuando este videoclip de Keedz apareció en un canal musical francés. Por ser sincero, su versión a lo Justice, no me hizo la más mínima gracia, supongo que por el hecho de que les da exactamente lo mismo el material original que samplean. No en el sentido que le pierdan el respeto y trabajen con él como materia prima musical, sino en el que uno sabe que cualquier otra canción con un piano y voces les hubiera servido para hacer lo mismo y con la misma intencionalidad comercial. Tim Lawrence cuenta algo de la historia de este tema en sus notas para un recopilatorio de mixes de Walter Gibbons:
During this period Gibbons amassed a collection of approximately five thousand gospel records, many of which were signed copies purchased directly from church congregations in New York. "He thought gospel was the pure message of God and that something was wrong with you if you didn't get it," says Krivit, an occasional customer. "Every time he opened his mouth he would preach at you. It seemed to a lot of people he was just history, especially as there was less of a nostalgia thing going on at the time."
Yet ever since Bobby "DJ" Guttadaro, Francis Grasso and David Mancuso started to push Dorothy Morrison's "Rain" at the turn of the 1970s, gospel had demonstrated its ability to heighten the celebratory mood of the dance floor, and Gibbons continued to unearth the occasional treasure, including "Stand On The Word", which was recorded live in the First Baptist Church in Crown Heights in 1982.
"'Stand On The Word' was Walter's biggest record at the time," says Gate, who visited the church in order to track down the origins of the song. "The record was recorded in his local church — the Jus Born studios were only a couple of blocks away. Walter played this record after the church pressed up a couple of hundred copies for the congregation." The song soon became a Garage, Loft and Zanzibar classic, and Tony Humphries went on to remix the record — which was attributed to the Joubert Singers, after Phyllis McKoy Joubert, who penned the song for the Celestial Choir — for Next Plateau. For many, Gibbons had lost his way but not his ear.
En fin, gracias a este grupo por hacerme recuperar argumentos rockistas que me hacen parecer un señor aún más mayor, hablando del “aura” del original, la “magia” de la grabación, el “júbilo” de las voces y ese final de una canción que nunca verán en las listas de las mejores de la historia.
Publicado por anhh en 1:21 p. m. 0 comentarios
Se ha originado una polémica bastante estúpida por la CARICATURA que sirve de portada al último número de The New Yorker, en la que Barack Obama y su mujer aparecen representados de acuerdo con todos los rumores, libelos y mentiras que se han vertido desde la derecha norteamericana. Y eso a pesar del título de la portada “The Politics of Fear”, y no uno, dos artículos dedicados al tema o al personaje. Pueden perder la mañana leyendo este artículo y los comentarios, además de la entrevista al editor del New Yorker, y como casi todo el mundo desesperarse leyendo a los fans “a muerte” de Obama. Supongo que este es un momento tan propicio como cualquier otro para copiar y pegar esta cita de un artículo original de 1996 publicado en este libro:
“In Chicago, for instance, we’ve gotten a foretaste of the new breed of foundation-hatched black communitarian voices; one of them, a smooth Harvard lawyer with impeccable do-good credentials and vacuous-to-repressive neoliberal politics, has won a state senate seat on a base mainly in the liberal foundation and development worlds. His fundamentally bootstrap line was softened by a patina of the rhetoric of authentic community, talk about meeting in kitchens, small-scale solutions to social problems, and the predictable elevation of process over program — the point where identity politics converges with old-fashioned middle-class reform in favoring form over substance. I suspect that his ilk is the wave of the future in U.S. black politics, as in Haiti and wherever else the International Monetary Fund has sway.”
Publicado por anhh en 12:42 p. m. 0 comentarios
El último número de The Wire tiene en portada a Tricky. Realmente no me hizo falta mirar con detenimiento para saber que Mark Fisher iba a escribir el artículo. Blogueros de su círculo de amigos y conocidos llevan algún tiempo lanzando guiños hacia ese disco. Me leeré el artículo pero no creo sentir ninguna necesidad por escuchar el disco, por valioso que sea, por lo interesantes que sean los productores, por volver a ser parte de quien fue. Si necesito volver al pasado, este otro artículo de la revista resulta mucho más útil, al menos desde el plano musical.
Pero, en fin, si alguien quiere convencerme de mi error y descubrirme lo que me estoy perdiendo para eso sirven los comentarios. (De este número también me ha llamado la atención la entrevista a Michel Chion y la crítica al cofre de Bernard Parmegiani que hace Simon Reynolds).
Publicado por anhh en 11:41 a. m. 0 comentarios
Según la sección de noticias del último número de The Wire, la cancelación de la gira de Konono No1 se debió a lo siguiente:
Congolese groups Konono No 1 and The Kasai Allstars (who have recently released a new album, In the 7th Moon, The Chief Turned Into A Swimming Fish And Ate The Head Of His Enemy) have been forced to cancel their European summer tour. As the government of the Democratic Republic of Congo is not currently issuing passports, the groups applied for and were granted diplomatic passports by the Congolese Ministry of Culture, but were then unable to attain the required visas in time.
Publicado por anhh en 10:53 a. m. 0 comentarios
Según dicen Jeremy Jay es indie sensible, inteligente, apasionado que debería arrebatarme. Puede ser, aunque es un traje que uno ha de decidir ponerse para poder disfrutarlo. Curiosas elecciones estéticas las que hace en su vblog de Youtube.
Publicado por anhh en 10:22 a. m. 0 comentarios
2008/07/14 | Publicado por anhh en 11:56 p. m. 0 comentarios
Lil’ Wayne sustituye en el primer puesto de los discos más vendidos según Billboard a Coldplay.
Perfume consiguen su primer número uno en singles sustituyendo en las listas de Oricon a YUI y su “Summer Song”.
2008/07/10 | Publicado por anhh en 11:09 a. m. 0 comentarios
Admito que, mutilado y todo, esto me ha cogido por sorpresa.
2008/07/09 | Publicado por anhh en 10:02 p. m. 0 comentarios
Discos que estoy, estaba o me gustaría estar escuchando:
VA. “Black Stars Ghana’s Hiplife Generation”
Patti Smith & Kevin Shields “The Coral Sea”
Cassy “Idle Blues/April”
Chaz Jankel “My occupation: the music of Chaz Jankel”
Bryan Eubanks “Desired Climate Works 2006-2007”
Lionel Marchetti & Seijiro Murayama “Hatali Atsalei (le exchange des yeux)”
Kevin Drumm “Imperial Distortion”
Pauline Oliveros & Miya Masaoka “Accordion and Koto”
Syclops “I’ve got my eye on you”
Paul Vogel & David Lacey “The British Isles”
The Chap “Mega Breakfast”
The Bug “London Zoo”
Toshimaru Nakamura & English “One Day”
Toshimaru Nakamura “Dance Music”
Bill Dixon “17 Musicians in search of a sound”
The Caretaker “Persistent Repetition of Phrases”
Morgan Geist “Double Night”
Luciano “Fabric 41”
Burning Star Core “Challenger”
TRG “Missed Calls” + split con Joker
Nas “Untitled”
Ancestors “Neptune with fire”
Lindstrom “Where you go, I go too”
Etran Finatawa “Desert Crossroads”
Pink Lady “Best Hit Album”
Vanessa Hudgens “Identified”
Dot Rotten “R.I.P. Young Dot”
Sachiko Kanenobu “Misora”
Philip Sherburne “Salt & Vinegar EP”
Publicado por anhh en 4:42 p. m. 0 comentarios
No me importaría conseguir este libro pero creo que no voy a comprar nada durante unos cuantos meses.
Publicado por anhh en 2:53 p. m. 0 comentarios
Publicado por anhh en 8:12 p. m. 0 comentarios
½ 2008
Perfume
Bill Dixon
Bon Iver
Cut Copy
Flying Lotus
Lau Nau
Sachiko M
Graham Lambkin & Jason Lescalleet
Lil Wayne
The Advisory Circle
Publicado por anhh en 4:39 p. m. 0 comentarios
Berryz Koubou ~ Yuke Yuke Monkey Dance (PV)
Cargado por JonnyHill
No tanto por mantener mi reputación como pervertido (la idea de los disfraces más que otra cosa) como por ese “tiki-tiki-tiki” que condensa todo lo que tengo que decirle al mundo por una temporada.
2008/07/07 | Publicado por anhh en 10:16 p. m. 0 comentarios
Leyendo la clase de barbaridades que uno lee en columnas de opinión de algunas de las webs más progresistas jamaicanas (los gays no pueden estar en el gobierno porque llevan un modo de vida corrupto… ¿y notarían la diferencia con los políticos tradicionales?) no se extrañen de lo escueto de este repaso a distintas canciones y videoclips que suenan por aquellas tierras. Además en principio no me han llamado demasiado la atención las canciones (he empezado por el reggae y buff…), pero total, no estoy muy fino hoy…
Ponemos aquí, a Ce’cile porque es Ce’cile y con eso basta y a Leroy Smart por sus altos valores de prodcucción.
Estos son Lust de los que me ahorro el comentario cínico sobre su canción, Patriot,Richie Spice Fyakin, Alibra, Konshens y los siempre conscious Morgan Heritage.
Enlazo este video de Andrew y Wada Blood, simplemente porque pierdo el culo por ese riddim. En el número uno está esta canción (que no video) de Vybz Kartel, dos videos de videos de Beenie Man por si están de humor para bailes obscenos, Stacious, Elephant Man y Assasin sobre el mismo riddim y Bugle en un momento romántico bastante wtf.
Publicado por anhh en 6:38 p. m. 0 comentarios
Fact Magazine tiene disponible la descarga gratuita de un set de Hudson Mokawke de una hora. Tengo que escribirlo por aquí, por que cada vez que veo la fotografía y la cara de niño me olvido de hacerlo.
Publicado por anhh en 4:39 p. m. 0 comentarios
Dizze Rascal consigue su primer número uno en la lista de singles británica.
Solange consigue su primer número uno en las listas Hot R&B/Hip-Hop Singles de Billboard.
Publicado por anhh en 2:30 p. m. 0 comentarios
Publicado por anhh en 1:43 p. m. 0 comentarios
Publicado por anhh en 12:48 p. m. 0 comentarios
Algunos artículos en The Guardian:
Uno sobre Annie.
Otro sobre la Yellow Magic Orchestra
Y este sobre Fleet Foxes. No se si existe realmente una polarización frente al disco de Fleet Foxes, en el sentido de que incluso sus detractores admiten que es un buen disco, pero que les termina provocando indiferencia. Este artículo es interesante porque trata de explicar cual es la razón por la que su música fascina a la autora, pero esa idea de magia y naturaleza animada, alimenta mis reticencias más que disolverlas. Hasta ahora lo único que había escuchado de ellos era el EP previo al disco y lo hice tras ver el documental sobre la escena de cantautores de Laurel Canyon en los setenta, así que de partida esa influencia resultaba demasiado evidente, demasiado conocido el uso de los rasgos de estilo y las texturas de un movimiento musical enclavados en un momento histórico y político muy determinado como una chaqueta nueva más que vestir para estar en la moda contra la moda. También puede ser que las premisas de aquel documental y libro, resulten demasiado sugestivas: del mismo modo que el público que asistió en los cincuenta la eclosión de “rebeldía” del rock’n’roll se refugió al desaparecer este de las listas de ventas en otros estilos como el folk para poder continuar viviendo con sus nuevas costumbres y maneras de ver la vida, tras tocar techo la contracultura con sus nuevos modos de vivir, sus ganas de cambiar el mundo buscando un nuevo nivel de conciencia y de estar en este o la exploración en todos los ámbitos de estas nuevas libertades se producen una serie de hechos simbólicos (el asesinato de Sharon Tate, el asesinato de un espectador a manos de la “seguridad” durante el concierto de los Rolling Stones en un festival) o no (el asesinato de Martin Luther King, lo disfuncional de las medidas políticas y los servicios sociales, el comienzo del proceso de estagnación económica que se llevará la confianza y estabilidad que el modelo keynesiano había mantenido desde el final de la Segunda Guerra Mundial, el endurecimiento de las fuerzas de seguridad contra los manifestantes o las fuerzas más radicales) que agrietan la homogeneidad del conjunto convirtiéndolo en un montón de comunidades próximas pero aisladas. Y es interesante como estos músicos, ya famosos y establecidos, viran hacia la intimidad pero no hacia lo espartano, sino como alguien que ya ha cubierto sus necesidades vitales y decide proponerse nuevas metas y objetivos en su vida. Los arreglos no dejan de estar seguros de si mismos, pero se hacen más barrocos, complejos y bellos, pero el mismo proceso y el cambio del tiempo y la sociedad (algo del que el rock no quiere saber nada) acaba convirtiendo a esos artistas en lo más alejado que uno puede imaginarse de los problemas de la calle, ensimismados, narcisistas y pagados de si mismos. A veces los resultados son soberbios y otros son patéticos pero esa sensación de creer tanto en si mismo y su capacidad como compositores no deja de ser algo admirable aunque sea con ambivalencia. La idea de usar este estilo como una nueva puerta en una búsqueda hacia el escapismo de la realidad, como fue en su caso el shoegazing, el post-rock o el neo-folk, buscando la “magia”, el “encanto” o lo “hipnótico” no me resulta particularmente inspiradora. Quizás estoy equivocado y me estoy perdiendo algo grande. Supongo que escucharé el disco antes de las listas de lo mejor del año y ya lo comprobaré.
Publicado por anhh en 12:34 p. m. 0 comentarios
Oh, perdón. El oscuro pasado de Selena y Demi. No como el presente.
Publicado por anhh en 11:55 a. m. 0 comentarios
Creo que este artículo de Ann Powers sobre el pop de Disney y Nickelodeon, es al menos interesante aunque se equivoca en muchos puntos. La coautoría de los jóvenes intérpretes es algo que viene de largo (en algunos casos en un requisito del contrato para que la compañía grabe las canciones y que las “estrellas” puedan sacar un pellizco en forma de derechos de autor además de los que les corresponde como interpretes) y que resulta dudoso como premisa, se me hace difícil pensar que los valores que proyectan estos chicas y chicos sean los propios cuando se parecen tanto a los que fomentan sus compañías o emisoras como Radio Disney que llevan educando a sus oyentes desde hace muchos años, igualmente resulta extraño otorgar como rasgo de personalidad la letra de una canción de un musical (dentro del musical) a su interprete, la idea del rock como una institución de rebeldía, no conocer el oscuro pasado de Demi y Selena etc. Pero al menos lo trata como algo digno de estudio, una variación más en el continuo de la música pop sean cuales sean sus virtudes y defectos, es decir como música en si misma y no como el precedente a algo “serio”. Creo que esta música tiene sus virtudes y defectos y se debería apreciar de acuerdo a ese contexto y al dominio de esas características formales, del mismo modo que el dancehall, las bandas de chicas, el metal o el indie tienen unos rasgos y códigos propios que significan mucho para el oyente cuando se conocen. Pero no comprendo el proceso de “madurez” por el que deben pasar para ser considerados como artistas “de verdad”. ¿Por qué uno debe renunciar a algunos de sus rasgos más interesantes para en el mejor de los casos comenzar a ser tomados en serio? Los chicos de Hanson dejaron su sonido inicial para incorporar la influencia de gente como Nick Drake y eso les llevó a ninguna parte. Scott Walker sería el caso contrario, de fenómeno pop al pop como lo pudiera haber imaginado Samuel Beckett, pero viendo el reciente documental, él no se arrepiente de su pasado ni de la gente con la que trabajó, simplemente vio que aquello no era lo que quería hacer. Eso sí, casi todos los entrevistados famosos en aquel si creían en el proceso de madurez y ruptura. A veces ese proceso parece al equivalente de córtate el pelo, búscate un trabajo, ten una hipoteca, forma una familia. Es lo “normal”. Por ejemplo, estos chicos australianos cosechan los mismos insultos y haters por su popularidad cuando su música es digamos, más sustanciosa pero sin alejarse de lo comercial y lo mainstream.
Operator Please - Just A Song About Ping Pong
Cargado por Wengistein
1,2,3,4
Claro que se les puede poner pegas y serían las mismas que al 95 % de los grupos primerizos, pero la energía y recursos que desprenden no son algo tan habitual. ¿Qué opción les resultaría más interesante escuchar: el grupo derivando hacia un mundo propio más complejo pero igual de radiante y singular o si se convirtieran en unos émulos de Tindersticks? ¿Por qué de todo el mundo de posibilidades de la música nos debemos conformar con lo establecido, lo conocido, lo que funciona?
Publicado por anhh en 11:25 a. m. 0 comentarios
He dedicado el fin de semana a tratar de ponerme al día escuchando algunos discos de música experimental, cerebral, arisca o árida recientes o con algunos meses a sus espaldas que quería escuchar de hace tiempo. Uno de ellos era “Imperial Distortion” de Kevin Drumm. En la promo y en algunos comentarios o críticas que he leído, quieren vincular este disco con el “Ambient Selected Works II”, haciéndolo pasar como un disco de ambient “emocional”, melancólico, distante, perturbador, lleno de sugerencias e interpretaciones. Lo curioso, es que al primer contacto, en mi estado de ánimo tenso, el viernes, la música parecía completamente plana, sin arista alguna, extasiada en el proceso de búsqueda que llevaba a un montón de lugares comunes (el volumen, los ambientes sintéticos, las líneas de feedback apenas audibles como fogonazos en la memoria, el silencio, resonancias metálicas, drones monolíticos prolongándose durante minutos, la longitud de los temas alrededor de los veinte minutos, la necesidad del cambio, etc.). Posteriores escuchas resultaron en el mismo tipo de escucha desencantada. La escucha de “The Coral Sea” de Patti Smith y Kevin Shields, ponía más en evidencia el fracaso de la supuesta “emotividad” de la propuesta. Mientras me ponía al día leyendo sobre lanzamientos recientes de EAI, llegué a un blog en el que había dos críticas de dos recientes y distintos discos de Toshimaru Nakamura. Y las críticas eran monumentales en su grado de detallismo y sutileza de una música en la que aparenta no pasar nada. Además mencionaba como cambiaba su impresión de la música si la escuchaba en auriculares o con un sistema de altavoces de alta fidelidad que no machacara todo el rango de frecuencias en los sonidos más agudos. Supongo que debo contar una anécdota para ilustrar esto: en un foro japonés especializado, alguien pregunto a Sachiko M sobre un concierto suyo al que había asistido y en el que al parecer del autor del mensaje lo único que había hecho era encender el sampler y emitir un pitido durante una hora sin cambio alguno. Sachiko M contestó diciendo que si había cambiado, ya que había ido incrementando el volumen de este durante esa hora de forma considerable, así que si había UN gran cambio. Lo que quiero decir es que creo que el modo de escucha que practico con este tipo de música habitualmente (de forma pasiva, dejándome llevar por el flujo de los sonidos y su direccionalidad, como quien mira el paisaje en un viaje de autobús) es el equivocado. Quizás el adecuado sería uno de escucha más activa (y mis mejores experiencias con esta música son esas) con la música como una serie de acontecimientos que suceden en el tiempo. Quizás no sea nada tan serio como parece ni tan “profundo”. Al volver anoche al disco del señor Drumm, decidí escucharlo sin ideas preconcebidas, sin imponer un modo de escucha pop, experimental, emotivo, ya que este hombre está más en la constelación de la EAI que en la del pop o la electrónica. Y curiosamente es cuando el disco comenzó a funcionar y esta vez sí, provocando aquella emoción que se supone debía provocar. Aunque claro eso ahora es un efecto secundario, agradable y bien recibido pero…
Publicado por anhh en 10:25 a. m. 0 comentarios
El jueves por la noche me sucedió algo, anecdótico y mirando hacia atrás casi ridículo, pero que tuvo la virtud de ponerme paranoico, furioso y dejarme descolocado durante estos días. Justamente en el primer momento, el de mayor nerviosismo y desorden, coincidió con mi primera escucha de “London Zoo” de The Bug. Kevin Martin comenta que su intención era mostrar toda la tensión, frustración y desesperación que provoca Londres en sus ciudadanos. Y desde mi experiencia en esos momentos, puedo afirmar que sí, que es la banda sonora y la expansión de esas sensaciones y sentimientos. Escuché voces donde no las había, los cambios de intensidad parecían moverse con las subidas o bajadas de mi humor, prolongarlos o provocarlos sin saber que provenía de mi cabeza o que no, sintiéndome parado, como congelado y fuera del cuerpo. Dicho lo cual y siendo mi escucha del disco un asco lo que no da demasiada credibilidad a lo siguiente, me obligó a preguntarme sobre la utilidad de tan minucioso y prodigioso trabajo de creación de ambientes, diseño sonoro y esfuerzo creativo. ¿Alguna salida a esto?
2008/07/06 | Publicado por anhh en 9:54 p. m. 0 comentarios
Dos videoclips de Alison Hinds
(Autodenominada como “queen of soca”).
Publicado por anhh en 4:39 p. m. 0 comentarios
Grupo de rock destruye clásico del eurotrash.
Grupo de eurotrash destruye clásico del rock.
2008/07/05 | Publicado por anhh en 2:43 a. m. 0 comentarios
Ya lo dejo. Además de manera literal el portátil comienza a oler a quemado. Pero este artículo del Wall Street Journal no hay que dejarlo perder. Por cierto, la próxima vez que decidan odiar las BSOs de “Anatomía de Grey” recuerden que las publica el mismo sello que los discos de Miley Cyrus, Vanessa Hudgens, Hilary Duff, Aly & Aj o Jordan Pruitt, por muy extraño que resulte o signifique lo que signifique eso.
2008/07/03 | Publicado por anhh en 6:07 p. m. 0 comentarios
Publicado por anhh en 6:04 p. m. 0 comentarios
El videoclip se estrena esta tarde, pero ya está disponible en “exclusiva” en Yahoo!, así que hablemos de Mariah Carey. Si evitamos los comentarios “materialistas” (“está medio desnuda”, “atardeceres en el mar filmados desde un helicóptero”, “un rap que no pega ni con cola y que hace la canción insufrible”, “alargados delfines que salpican en la cara a Mariah”, “T.I. se pone tan feliz al ver a su chica que decide comprarle un bolso de Louis Vuitton”, etc.) que son más o menos válidos y/o aceptables, pero que en la mayoría de las ocasiones no se plantean las mismas dudas con otros estilos musicales, podemos mencionar alguna cosa. Este tema está producido por DJ Toomp. A mi me parece una variación más o menos ingeniosa de la fórmula que le hizo famoso, ese aplicar una dimensión de tensión cinematográfica, convertir el monólogo interior en un momento decisivo que eriza el vello y provoca escalofríos en la espalda en el prolegómeno a cualquier vida futura, pudiendo ir desde los tópicos más tirados y crudos del sonido sureño tras el crunk hasta estilizarlo para poder colarlo en un disco de Jay Z. Siguiendo este tratamiento cinematográfico que se adapta tan bien a la estética gangsta, los momentos de acción y crimen tienen su contrapunto (y es tan "barrio" y "real" como lo otro) con la felicidad de estar con los compañeros, la familia. Y la imagen tradicional de esto es la barbacoa, sea esta en el jardín de casa, un parque público o en las afueras de la ciudad. Me gustaría pensar que la canción tiene un punto Charles Ives que es muy norteamericano, con los samples chocando contra la melodía, como seguramente sucedería cuando mucha gente se reuniera escuchando “soulful music” un domingo por la tarde, o como podría sonar un barrio con las ventanas abiertas cada una emitiendo sus propias canciones. Y de este modo dotar de la misma narratividad a otro tipo de canción que es en si misma otro cliché (1, 2). Y si esto les parece demasiado, es muy divertido y morboso ver como T.I. se sube al carro de otro beat hecho por DJ Toomp (alguien al que le debe unas cuantas cosas en su carrera) con línea incluida al respecto, después de que rompieran artísticamente.
Publicado por anhh en 4:40 p. m. 0 comentarios
Una de libros:
Ya hablamos hace algún tiempo de “The Pirate’s Dilemma”. Teniendo en cuenta que el autor ha optado por la descarga gratuita de este en formato electrónico desde la página web del libro, siguiendo el ya conocido sistema Radiohead, pero por ahora no funciona mucho, pues…
Este es el mini-video promocional de un nuevo libro dedicado al death metal en la década de los noventa en Suecia, ese alegre país que practicó la eugenesia con su población durante décadas. Me resulta muy sugerente la idea, ya que mi moderna formación cultural rockera me ha enseñado que el metal en toda su amplitud se reduce a la regla de los tres nombres, o en este caso de los tres discos (Motorhead, Slayer, Sepultura). Lo que no se es si ya que estamos, debería pillarme el libro sobre el prog-rock y la caja de cuatro discos que se ha publicado recientemente.
Publicado por anhh en 3:54 p. m. 0 comentarios
Esta duda me corroe desde hace unos días: ¿colgué alguna vez, en algún blog, este artículo de Martin Clark sobre Loefah, Mala y Coki? Y en caso de ser la respuesta negativa ¿le interesa a alguien?
.......................................
Siguiendo la apasionante tradición familiar en el arte del pegote, el resto:
Y si las capturas de pantalla les resultan pequeñas, pues el PDF. Creo que la revista está actualmente en la quiebra aunque de vez en cuando actualizan su blog. Se ve que no capturarían la atención de esa juventud con esos pelos y esas ropas que llenaban sus páginas. Me vino a la cabeza porque uno se puede pillar este número en formato físico en Boomkat por 0.75 libras.
Publicado por anhh en 12:02 p. m. 2 comentarios
Reseña de la vuelta de The Feelies a los escenarios.
El videoclip para esa realidad paralela en la que se ha convertido el beat de “A Millie” de Lil’ Wayne.
Nielsen Soundscan ha publicado las cantidades de discos vendidos a lo largo de esta mitad de año. El vinilo ha incrementado sus ventas un 77%, es decir que se han vendido 803.000. La industria ya debe estar salvada. El País publicó recientemente un artículo sobre el retorno del vinilo pero resultó muy divertido leer por encima los comentarios: todo insultos (supongo que también habría defensores apasionados).
Esta chica lleva escribiendo sobre dubstep y similares para varios medios desde hace tiempo. Supongo que este artículo sobre Flying Lotus y el resto de esa escena es cuando menos interesante de leer.
Ayer hice la tontería de mirar camisetas. ¿Cuál comprar? ¿La de Skull Disco o la de Basic Channel?
Parece que se ha filtrado en serio el nuevo disco de Nas.
Hoy estrenan el videoclip de “I’ll be lovin U long time” de Mariah Carey (con rap añadido de T.I.).
El nuevo videoclip de Namie Amuro. Autotune… check, sintetizadores con delay… check. Aparece un poco cansada. Vamos como uno. Creo que voy a dejar que la hierba crezca un poco por aquí.
Publicado por anhh en 10:56 a. m. 0 comentarios
Viendo esta semana el muy cruel programa televisivo de las Morning Musume, a una de las chicas le tocaba hacer una imitación de una imitación de la coreografía de Beyoncé en “Dreamgirls” y me acordé de una humorista que había visto en otro programa televisivo con un grupo musical haciendo de presentadores donde entrevistaban a las chicas de Perfume. Me encantó porque las chicas chillaban y todo cuando las sorprendían con su actuación. El vídeo está debajo, dura unos siete minutos. Después de la actuación de esta mujer, además hay una parte donde tratan de mostrar cuales son las posibles influencias niponas en el sonido tecno-pop del grupo. Aunque sigo sin tener ni idea del nombre de la humorista.
También acabé viendo ayer “Syndromes and a Century” de Apichatpong Weerasethakul. Antes recuerdo haber visto “Blissfouly tours”, aunque prácticamente no recuerdo nada aparte de los títulos que aparecen a mitad de la película, los planos larguísimos o la secuencia donde los protagonistas abandonan la consulta del médico y la cámara se queda mientras reciben a otro paciente que comienza a contar su caso durante varios minutos. Tengo que decir que ninguna de estas cosas me provocó rechazo ni disgusto, aunque tampoco sabía muy bien que es lo que quería hacer aparte de llamar la atención y desmontar el mecanismo de la ficción. En esta hay también un buen puñado de esos momentos (en una sala del hospital donde se han reunido varios médicos, una del grupo se queda mirando directamente a la cámara mientras el resto continúan interpretando la escena, hay secuencias donde se filman decorados y personas que no tienen que ver nada con la ficción narrada (el final que además es sublime), en una secuencia intima una chica le enseña unas fotos del sitio donde su empresa va a instalarse y de repente hay un montaje hecho con las imágenes mientras los personajes no aparecen, se filma unas obras dentro del hospital y el travelling avanza hacia la boca de una cañería y se queda minutos enfocándola, el nuevo corte, la repetición de las situaciones ya vividas, etc.). A veces es mortalmente aburrido, otras resulta muy divertido, en ocasiones es fascinante. Después estuve leyendo este artículo y la verdad coincidí en muchas cosas y me aclaró algunas cosas. Fue un shock descubrir que las escenas que querían censurar en Tailandia eran la de los médicos bebiendo alcohol en horas de trabajo y la de un monje que en un determinado momento de descanso decide tocar la guitarra.
Swingfly - Singing That Melody
Cargado por migrate2music
Les dejo con esta canción que creo es sueca. Yu-hu. Mañana es el estreno del nuevo single de Namie Amuro para lanzar su nuevo recopilatorio de grandes éxitos. También tengo pendiente por ver un documental de este tipo sobre los estereotipos masculinos y femeninos en los videoclips.
2008/07/02 | Publicado por anhh en 8:14 p. m. 0 comentarios
Creo que los primeros libros sobre música pop que busqué, no que leí o que comprara al encontrarlos, fueron “Ocean of Sound” de David Toop y “More Brilliant than the Sun” de Kodwo Eshun. Llevo una temporada pensando en releerlos ya que mi grado de atención no fue precisamente modélico cuando los devoré la primera vez. Del segundo releí algunas partes buscando un fragmento que citar y me quede enganchado de nuevo a la fiereza que desprende, la inventiva del vocabulario además de que ahora capto mejor algunas de las ideas teóricas que hay detrás. Esta es la intro (pags. -007 a -001), perdón por los posibles errores que han provocado mis torpes dedos:
OPERATING SYSTEM FOR THE REDESIGN OF SONIC REALITY
Respect due. Good music speaks for itself. No Sleevenotes required. Just enjoy it. Cut the crap. Back to basics. What else is there to add?
All these troglodytic homilies are Great British cretinism masquerading as vector into the Trad Sublime. Since the 80s, the mainstream British music press has turned to Black Music only as a rest and a refuge from the rigorous complexities of white guitar rock. Since in this laughable reversal a lyric always means more than a sound, while only guitars can embody the zeitgeist, the Rhythmachine is locked in a retarded innocence. You can theorize words or style, but analyzing the groove is believed to kill its bodily pleasure, to drain its essence.
Allegedly at odds with the rock press, dance-press writing also turns its total inability to describe any kind of rhythm into a virtue, invoking a white Brit routine of pubs and clubs, of business as usual, the bovine sense of good blokes together. You can see that the entire British dance press –with its hagiographies and its geographies, its dj recipes, its boosterism, its personality profiles – constitutes a colossal machine for maintaining rhythm as an unwritable, ineffable mystery. And this is why Trad dance-music journalism is nothing more than lists and menus, bits and bytes: meagre, miserly, mediocre.
All today’s journalism is nothing more than a giant inertia engine to put the brakes on breaks, a moronizer placing all thought on permanent pause, a futureshock absorber, forever shielding its readers from the future’s cuts, tracks, scratches. Behind the assumed virtue of keeping rhythm mute, there is a none-too-veiled hostility towards analyzing rhythm at all. Too many ideas spoil the party. Too much speculation kills ‘dance music’, by ‘intellectualizing’ it to death.
The fuel this inertia engine runs on is fossil fuel: the live show, the proper album, the Real Song, the Real Voice, the mature, the musical, the pure, the true, the proper, the intelligent, breaking America: all notions that stink of the past, that maintain a hierarchy of the senses, that petrify music into a solid state in which everyone knows where they stand, and what real music really is.
And this is why nothing is more fun tha spoiling this terminally stupid sublime, this insistence that Great Music speaks for itself.
At the Century’s End, the Futurhythmachine has 2 opposing tendencies, 2 synthetic drives: the Soulful and the Postsoul. But then all music is made of both tendencies running simultaneously at all levels, so you can’t merely oppose a humanist r&b wit a posthuman Techno.
Disco remains the moment when Black Music falls from the grace of gospel tradition into the metronomic assembly line. Ignoring that disco is therefore audibly where the 21st C begins, 9 out of 10 cultural crits prefer their black popculture humanist, and emphatically 19th C. Like Brussels sprouts, humanism is good for you, nourishing, nurturing, soulwarming – and from Phyllis Wheatley to R. Kelly, present-day R&B is a perpetual fight for human status, a yearning for human rights, a struggle for inclusion within the human species. Allergic to cybersonic if not to sonic technology, mainstream American media – in its drive to banish alienation, and to recover a sense of the whole human being through belief systems that talk to the ‘real you’ – compulsively deletes any intimation of an AfroDiasporic futurism, of a ‘webbed network’ of computerhythms, machine mythology and conceptechnics which routes, reroutes and criss-crosses the Black Atlantic. This digital diaspora connecting the UK to the US, the Caribbean to Europe to Africa, is in Paul Gilroy’s definition a ‘rhizomorphic, fractal structure’, a ‘transcultural international formation’.
The music of Alice Coltrane and Sun Ra, of Underground Resistance and George Russell, of Tricky and Martina, comes from the Outer Side. It alienates itself from the human; it arrives from the future. Alien Music is a synthetic recombinator, an applied art technology for amplifying the rates of becoming alien. Optimize the ratios of excentricity. Synthesize yourself.
From the outset, this Postsoul Era has been characterized by an extreme indifference towards the human. The human is pointless and treacherous category.
And in synch with this posthuman perspective comes Black Atlantic Futurism. Whether it’s the AfroFuturist concrète of George Russell and Roland Kirk, the Jazz Fission of Teo Macero and Miles Davis, the World 4 Electronics of Sun Ra and Herbie Hancock, the Astro Jazz of Alice Coltrane and Pharoah Sanders, the cosmophonic HipHop of Dr Octagon and Ultramagnetic MCs, the post-HipHop of The Jungle Brothers and Tricky, the Spectral Dub of Scientist and Lee Perry, the offworld Electro of Haashim and Ryuichi Sakamoto, the despotic Acid of Bam Bam and Phuture, the sinister phonoseduction of Parliament’s Star Child, the hyperrhythmic psychedelia of Rob Playford and Goldie, 4 Hero and A Guy Called Gerald, Sonic Futurism always adopts a cruel, despotic, amoral attitude towards the human species.
In fact the era when the History of HipHop could exhaust Machine Music is long over. All those petitions for HipHop to be taken seriously, for the BBC to give Techno a chance, for House to receive a fair hearing: this miserable supplication should have ended years ago. For there’s nothing to prove anymore: all thes Rhythmachines are globally popular now.
So no more forcefeeding you Bronx fables and no mere orthodox HipHop liturgies. There are more than enough of these already. Instead More Brilliant than the Sun will focus on the Futurhythmachines within each field, offering a close hearing of music’s internal emigrants only. The Outer Thought of Tricky, the Jungle Brothers with their remedy for HipHop gone illmatic, Aerosoul art theorist Rammellze and his mythillogical systems of Gothic Futurism and Ikonoklast Panzerism. No history of Techno, however compelling, but instead a zoom in on the Underground Resistance WarMachine, on the Unidentifiable Audio Object of X-102 Discovers ‘The Rings of Saturn’. No pleas for Jungle to be accorded proper respect, but rather a magnification of certain very particular aspects of its hyperdimensionality, in 4 Hero, A Guy Called Gerald, Rob Playford and Goldie.
The history book that crams in everything only succeeds in screening out the strangeness of the Rhythmachine. In its bid for universality, such a book dispels the artificiality that all humans crave.
By contrast, More Brilliant goes farther in. It lingers lovingly inside a single remix, explores the psychoacoustic fictional spaces of interludes and intros, goes to extremes to extrude the illogic others studies flee. It happily deletes familiar names (so no Tupac, no NWA) and historical precedence (no lying griots, not much King Tubby, just a small side bet on the Stockhausen sweepstakes). It avoids the nauseating American hunger for confessional biography, for ‘telling your own stories in your own words’. It refuses entry to comforting origins and social context.
Everywhere, the ‘street’ is considered the ground and guarantee of all reality, a compulsory logic explaining all Black Music, conveniently mishearing antisocial surrealism as social realism. Here sound is unglued from such obligations, until it eludes all social responsibility, thereby accentuating its unreality principle.
In CultStud, TechnoTheory and CyberCulture, those painfully archaic regimes, theory always comes to Music’s rescue. The organizations of sound is interpreted historically, politically, socially. Like a headmaster, theory teaches today’s music a thing or 2 about life. It subdues music’s ambition, reins it in, restores it to its proper place, reconciles it to its naturally belated fate.
In More Brilliant than the Sun the opposite happens, for once: music is encouraged it its despotic drive to crumple chronology like an empty bag of crisps, to eclipse reality in its wilful exorbitance, to put out the sun. Here music’s mystifying illogicality is not chastised but systematized and intensified –into MythSciences that burst the edge of improbability, incites a proliferating series of mixillogical mathemagics at once maddening and perplexing, alarming, alluring.
MythScience is the field of knowledge invented by Sun Ra, and a term that this book uses as often as it can. A sample from Virilio defines it very simply: ‘Science and technology develop the unknown, not knowledge. Science develops what is not rational.’ Instead of theory saving music from itself, from its worst, which is to say its best excesses, music is heard as the pop analysis it already is. Producers are already pop theorists: Breakbeat producer Sonz of a Loop da Loop Era’s term skratchadelia, instrumental HipHop producer DJ Krush’s idea of turntabilization, virtualizer George Clinton’s studio science of mixadelics, all these conceptechnics are used to excite theory to travel at the speed of thought, as sonic theorist Kool Keith suggested in 1987. TechnoTheory, CultStuds, et al lose their flabby bulk, their lazy, pompous, lard-arsed, top-down dominance, becoming but a single component in a thought synthesizer which moves along several planes at once, which tracks Machine Music’s lines of force.
Far from needing theory’s help, music today is already more conceptual than at any point this century, pregnant with thoughtprobes waiting to be activated, switched on, misused.
So More Brilliant than the Sun draws more of its purpose from track subtitles than from TechnoTheory, or even science fiction. These conceptechnics are then released from the holding pens of their brackets, to migrate and mutate across the entire communication landscape. Stolen from Sleevenote Manifestos, adapted from label fictions, driven as far and as fast as possible, they misshape until they become devices to drill into the new sensory experiences, endoscopes to magnify the new mindstates Machine Music is inducing.
More Brilliant than the Sun achievement, therefore, is to design, manufacture, fabricate, synthesize, cut, paste and edit a so-called artificial discontinuum for the Futurhythmachine.
Rejecting today’s ubiquitous emphasis on black sound’s necessary ethical allegiance to the street, this project opens up the new plane of Sonic Fiction, the secret life of forms, the discontinuum of AfroDiasporic Futurism, the chain reaction of PhonoFiction. It moves through the explosive forces which technology ignites in us, the temporal architecture of inner space, audiosocial space, living space, where postwar alienation breaks down into the 21st C alien.
From Sun Ra to 4 Hero, today’s alien discontinuum therefore operates not through continuities, retentions, genealogies or inheritances but rather through intervals, gaps, breaks. It turns away from roots; it opposes common sense with the force of fictional and the power of falsity.
One side effect of the alien discontinuum is the rejection of any and all notions of a compulsory black condition. Where journalism still insists on a solid state known as ‘blackness’, More Brilliant dissolves this solidarity with a corpse into a fluidarity maintained and exacerbated by soundmachines.
Today’s cyborgs are too busy manufacturing themselves across time-space to disintensify themselves with all the Turing Tests for transatlantic, transeuropean and transafrican consciousness: affirmation, keeping it real, staying true to the game, respect due, staying black. Alien music today deliberately fails all these Tests, these putrid corpses of petrified moralism: it treats them with utter indifference; it replaes them with nothing whatsoever.
It deserts forever the nauseating and bizarre ethic of ‘redemption’.
Afrodiasporic Futurism has assembled itself along inhuman routes, and it takes artificial thought to reveal this. Such relief: jaws unclench, as conviction collapses.
Where crits of CyberCult still gather, 99.9% ot them will lament the disembodiment of the human by technology. But machines don’t distance you from your emotions, in fact quite the opposite. Sound machines make you feel more intensely, along a broader band of emotional spectra than ever before in the 20th Century.
Sonically speaking, the posthuman era is not one of disembodiment but the exact reverse: it’s a hyperembodiment, wia the Technics SL 1200. A non-sound scientist like Richard Dawkins ‘talks very happily about cultural viruses,’ argues Sadie Plant, ‘but doesn’t think that himself is a viral contagion.’ Migrating from the lab to the studio, Sonic Science not only talks about cultural viruses, it is itself a viral contagion. It’s a sensational infection by the spread of what Ishmael Reed terms antiplagues.
Machine Music doesn’t call itself science because it controls technology, but because music is the artform most thoroughly undermined and reconfigured by technics. Scientists set processes in motion which swallow them up: the scientist’s brain is caught up in the net. Acid’s alien frequency modulation turns on its dj-producers Phuture and Sleezy D and begins to ‘stab your brain’ and ‘disrupt thought patterns’.
Yet in magnifying such hitherto ignored intersections of sound and science fiction – the nexus this project terms Sonic Fiction or PhonoFiction – More Brilliant than the Sun ends up with a portrait of music today far more accurate than any realistic account has managed. This is because most recent accounts of Black Music – those which form the dominant humanist strain in the commemoration of Black Music, its official histories – are more than anything wish fulfilments: scenarios in which Acid never existed, in which Electronic Jazz never arrived, in which the Era of the Rhythmachine never happened.
By contrast, More Brilliant is a mechanography, an omnidirectional exploration into mechano-informatics, the secret life of machines which opens up the vast and previously ususpected coevolution of machines and humans in late 20th C Black Atlantic Futurism.
Alien Music is all in the breaks: the distance between Tricky and what you took to be the limits of Black Music, the gap between Underground Resistance and what you took Black Music to be, between listening to Miles&Macero’s He Loved Him Madly and crossing all thresholds with and through it, leaving every old belief system: rock, jazz, soul, Electro, HipHop, House, Acid, Drum’n’Bass, electronics, Techno and dub – forever.
The mayday signal of Black Atlantic Futurism is unrecognizability, as either Black or Music. Sonic Futurism doesn’t locate you in tradition; instead it dislocates you fro origins. It uproutes you by inducing a gulf crisis, a perceptual daze rendering today’s sonic discontinuum immediately audibly.
The Futurist producer can not be trusted with music’s heritage. Realizing this, UK and US dance media spring forward, to maintain these traditions the producer always abandons. Media’s role is to defend an essence, by warding off all possible infections: journalists become missionaries no behalf of HipHop; the battle for the soul of Techno.
Which is why at Century’s End you tune into sensory frequencies undetectable to the happy tinnitus of good solid journalism. You are willingly mutated by intimate machines, abducted by audio into the populations of your bodies. Sound machines throw you onto the shores of the skin you’re in. The hypersensual cyborg experiences herself as a galaxy of audiotactile sensations.
You are not censors but sensors, not aesthetes but kinaesthetes. You are sensationalists. You are the newest mutants incubated in womb-speakers. Your mother, your first sound. The bedroom, the party, the dancefloor, the rave: these are the labs where the 21st C nervous systems assemble themselves, the matrices of the Futurhytmachinic Discontinuum. The future is a much better guide to the present than the past. Be prepared, be ready to trade everything you know about the history of music for a single glimpse of its future.
Publicado por anhh en 11:57 a. m. 0 comentarios
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