Una cosa con la que estamos obsesionados recientemente aunque desearíamos tener un término mejor para describirlo son los “dreamworlds”. Mi interés no resulta tanto de una necesidad de digamos, pinchar la burbuja para poder ver la realidad como por tratar de entender como funcionan. Un ejemplo de esto sería por ejemplo la función que tienen un determinado número de series de televisión para algunas cadenas: Simpsons, Padre de Familia, Friends, etc. Se pueden programar bloques enteros de programación, cubrir, uno, dos, tres horas, sin problema alguno. Da igual si son repeticiones, si los chistes resultan mucho menos graciosos que la primera vez y demás. No creo que sea tanto un problema de estandarización o que el público responda a los impulsos creados como un perrito de Pavlov. Eso lo puedo ver, pero no se agota en eso.



Como sigo sin tener demasiado claro como desarrollar esto, por ahora colgaremos un par de cosas que nos llamaron la atención de esto en el aspecto económico. En este vídeo, el productor Just Blaze habla como la implementación del Nielsen BDS para medir el número de veces que un tema es pinchado en la radio, provoca que los remixes en los temas de hip-hop no puedan desviarse del beat que tenían, que tengan que “respetar” el tema para que el software pueda contar la canción y de este modo pueda recaudarse por copyright.

Más relacionado con los ejemplos mencionados es esta noticia sobre el dinero que “Seinfeld” ha generado para sus autores y actores principales desde que dejó de emitirse gracias a las repeticiones de sus temporadas en distintas emisoras a lo largo del mundo: 2300 millones de dólares (2’3 billions americanos por si me equivoco). Tedio, aburrimiento, feedback. Pero, vamos, eso es lo mismo (aunque no lo sea) que hago yo cuando escucho a AKB48 o ustedes cuando escuchan repetidamente sus discos favoritos en ese momento ¿no?

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