¿Se nota mucho que no tengo nada que contar?

El videoclip del nuevo single de Morning Musume es pésimo y se ve idem. Tengo que ver “Tokyo Gore Police”. Cierta (reducida) parte de la blogosfera anglosajona está revolucionada desde que el filósofo Graham Harman inauguró su blog. Entre idas y venidas, entradas publicadas de modo frenético y respuestas aún más veloces, uno se encuentra desbordado. Ya había pedido este libro de Bruno Latour:

Y después de arruinarme, sólo de leer las reseñas y el nivel de los elogios necesité comprar este, aunque sólo fuera por poder cambiar la cara de tonto:

Además el propio Harman ofrecía en PDF a aquel que quisiera, su libro de este año, así que le escribí ayer y me respondió en menos de una hora con el archivo adjunto y una serie de consideraciones (no distribuyas este libro tú, las páginas indicadas en el índice no se corresponden, el último capítulo no está y hay un montón de fallos en el texto). Así que supongo que estoy un poco ocupado en este momento.

Además también estoy liado con esto:

Y francamente no estoy escuchando música nueva. El de Fever Ray, que está bien, pero que necesito escucharlo en otro contexto si no quiero terminar odiándolo. De hecho, casi me da igual eso que estar escuchando de nuevo los singles de Kassem Mosse, discos de electrónica de Eric Peters o bootlegs de piezas de La Monte Young (las cosas que tengo a mano). Además todo parece estar aletargado y uno, como siempre, va a estar despistado todo este mes y parte del siguiente, así que supongo que no pienso escribir nada por aquí durante un tiempo.

El mes que viene resulta más prometedor. Algunos discos de la esfera hauntológica, el EP de Hudson Mohawke (que en teoría se publica hoy), el nuevo de Martyn, Aubrey O’Day como reportaje principal del próximo número de la edición norteamericana de Playboy (suponemos con una entrevista donde contará toda clase de turbiedades sobre la explosión de Danity Kane en pleno prime time televisivo, etc.), Namie Amuro publica nuevos temas o el nuevo single de AKB48 entrando en tromba. Entonces deberíamos tener algo que contar.