Mi lista de lo "mejor" del año comienza con una contradicción aparente. Por un lado, un disco de Richard Craig que ha estado preparando durante seis años. Es el tipo de disco que podrían comprar dentro de una década y que les abriera una puerta a una muy particular estancia dentro del mundo de la música clásica contemporánea. La de unas piezas para flauta de tal virtuosismo en la ejecución técnica y dificultad para la interpretación del ejecutante que algunas de las piezas antiguas aquí, las del movimiento de la Nueva Complejidad, con su intención de llevar al extremo estas características para llevar a su momento culminante la música moderna, suenan superadas, derrotadas en sus intenciones, presentados como vestigios de un pasado cegado de si mismo.
A su lado, en el extremo opuesto, el triple DVD recopilatorio del grupo de chicas que ahora mismo más vende en Japón. Si usáramos el mismo criterio de “trascendencia” que hemos usado con el disco anterior, los resultados serían desastrosos. ¿Realmente se puede entender el grupo aún con una colección tan amplia (llena de comentarios de las propias componentes sobre las canciones)? Incluso aunque nos dirigiéramos al otro fastuoso recopilatorio que el grupo sacó este año (la caja de 23 DVDs donde se recogían cada uno de los “escenarios”/“stages” que cada uno de los equipos de la franquicia 48 ha realizado por las integrantes actuales en una serie de conciertos), el contenido resultaría elusivo, y finalmente accesorio.
Si en cambio usamos otro criterio, dándole la vuelta al elogio que hemos otorgado antes al disco de Craig, la sensación de que es un disco al que volveremos y tendremos más o menos rachas de escuchas durante años o décadas, pero con el cuál no conviviremos, la cosa cambia. Entonces el triple DVD deja de ser un fantasma, una especie de sustancia sublimada ajena al constante quehacer y el runrún de las cosas que de forma diaria el grupo te hace sentirte participar en.
De modo que un recuento de distintos modos de entender y vivir la música. Al menos aquellos de los cuales me he enterado o me han interesado. En ningún orden en concreto, aunque como siempre señalemos alguna canción o disco como definitoria de este momento, al menos el nuestro como oyentes.
After School “Shampoo”
“In a book review about a volume on toys, Benjamin writes down observations that in some respect are descriptions of the contemporary metropolitan: Benjamin states that repetition, the request for “one more time”, is the heart and soul of children’s games. Repetition is the way to deal with the uncanny of primary experiences. Benjamin sees that repeating the same again and again constitutes a common, liberates the heart from fear, transforms the shocking experience to a custom”.
Paolo Virno “Under Pressure”
Dal Shabet “Pink Rocket”
Lo mejor de esta canción es el sonido electrónico burbujeante que sirve de base durante la mayor parte de ella. Esa continua tensión entre creación y desaparición, ese espacio de intimidad compartido y el gozo ensimismado en la repetición del gesto. En el MV esto se ilustra con metáforas sobre la salida del cuerpo (viajes espaciales, la contemplación de iconos, la empatía al mirar el rostro y la sonrisa del otro y las aproximaciones a los cuerpos que hacen menguar las distancias). Pero como esto es K-Pop y todo gira en torno a lo útil y lo productivo, también incluyen un montón de planos donde puedas ver sus entrepiernas, una máscara de gorila de las que se usan en los vídeos pornos de por allí para que no te expulsen de la familia y una portada con una imagen que reduce todas sus preguntas sobre aquello a lo que puedan referirse con un “cohete rosa” a si este es de plástico o carne.
SNSD “Visual Dreams”
Las SNSD tienen que ser casi cualquier cosa casi siempre: perfectas, llenas de talento, amigas, amantes, hijas, embajadoras, trabajadoras, modelos, etc. Un modelo al que todo el mundo debería aspirar o rendirse. Una ideología de la imagen. En el año donde trataron de conquistar el mercado norteamericano con un disco donde, según la promoción, abandonaban su anterior imagen por una más madura y arriesgada, es decir, diciéndole a todo el mundo que todo lo les gustaba de ellas era mentira, que trataba de ser tan enfáticamente exacto, impactante y emocionante que no era nada más que basura (mi copia acabó en la papelera tras la primera escucha) pero que tenía la virtud de hacer más reivindicable su disco donde intentaban conquistar el mercado japonés con su imagen impactante, madura, arriesgada, impactante o algo así o impactante de nuevo, que logré escuchar unas cinco veces más, hasta considerar que el modelo vital que proponían me resultaba tan deprimente, tan falto de aliciente que sólo podía provocarme una depresión.
De modo que en toda esa vorágine la canción que más nos gustó de ellas fue esta, cuyos fans suelen detestar por su coreografía sin gracia, donde la música es un tanto simplona, sirve para promocionar a una marca de ordenadores, están rodeadas de tonterías y chorradas imaginarias (como siempre) en lugar de cosas que parezcan sacadas de un anuncio y donde el único aliciente parece ser el de observar a una serie de mujeres interrelacionadas, imperfectas, con una vida de mierda, sin adolescencia y expuestas en uno de los mundos del cotilleo más salvajes que se recuerdan, siendo poco más que cuerpos que dejarán de ser, imágenes capturadas de un tiempo que se escapa, sombras, indicios del misterio sobre el que se levanta todo lo anterior.
Christina Rosenvinge “Mi vida bajo el agua” “
Mierda mainstream” por descontextualizar lo que dijo otra persona para justificar sus motivaciones indies.
Fallulah “Out of it”
Canción usada, si recuerdo bien, para una serie popular en Dinamarca.
AKB48 “Everyday、カチューシャ” /
SKE48 “パレオはエメラルド”
Dice Henry Jenkins que “a transmedia story unfolds across multiple media platforms, with each new text making a distinctive and valuable contribution to the whole. In the ideal form of transmedia storytelling, each medium does what it does best—so that a story might be introduced in a film, expanded through television, novels, and comics; its world might be explored through game play or experienced as an amusement park attraction. Each franchise entry needs to be self-contained so you don't need to have seen the film to enjoy the game, and vice versa. Any given product is a point of entry into the franchise as a whole. Reading across the media sustains a depth of experience that motivates more consumption”.
En Japón a esto lo llaman usualmente “media mix”. Salvo que ellos le han añadido un toque extra: el concepto de los personajes que pueden resistir el paso de un medio a otro sin importar que el mundo en el que habitan se resquebraje y se transforme continuamente. Figuras que tienen el alma en la superficie. Algo que por comodidad llamaremos “moe”. AKB48 es un inmenso y extenuante media mix que ahora mismo va camino de transformarse en la más importante formación femenina de la historia del país en según que registros.
En esta canción se ponen completamente “meta”: la letra habla de un encuentro en la playa, como al personaje que narra la historia le gustaría que todo se detuviera en este momento fugaz en el que se encuentra con la chica por la que siente estas emociones. Que no hubiera una degradación en la intensidad de este “amor”. El PV por su parte en una serie de ritornelos en forma de motivos visuales y narrativos de todos sus videos anteriores que se recombinan para generar nuevas variaciones, nuevas historias que experimentar. Como si se tratara de una fan fiction, o de la realidad habitual de un fan. También al obrar de este modo y con estas formas se activa un modo de consumo basado en la creación, adquisición e intercambio de conocimiento acerca del grupo (necesario cuando por ejemplo, en el primer visionado, aparecen al menos 40 o 50 guiños), que convierte la experiencia en algo inclusivo y propio para el aficionado al grupo (no tanto para aquellos que no).
SKE48, por su parte llevan todo esto en otra dirección en otro PV muy “meta”, aunque esto apenas lo intuirán por lo que hay colgado en canal de YT. El habitual modo narrativo de la franquicia, una serie de chicas que terminan acabando con su frustración diaria saltando al mar desde un acantilado hasta que se hace de noche, mengua para convertirse una exploración de estas figuras con alma. Cuerpos suspendidos en el aire, cayendo con gracia o sin ella al mar, buceando bajo este hasta donde sus fuerzas pueden y dejándose arrastrar hacia la superficie entonces.
Don Ihde tiene un artículo fascinante titulado “Bodies, Virtual Bodies and Technology” que parte de una anécdota que usa como ejercicio en sus clases para introducir la fenomenología: hacer a sus alumnos que se imaginen en una experiencia que nunca han hecho en la vida real. Según los comentarios del autor, en la mayoría de los casos todo acaba terminando con la idea de volar, saltar en parapente o desde un avión. Lo interesante sucede ahora: al ponerse los estudiantes a imaginar hay dos grandes grupos, aquellos que se imaginan saltando al vacío y aquellos que se ven saltando al vacío. Al explorar estas sensaciones (por ejemplo, la gente del segundo grupo no recuerda su rostro en el cuerpo que cae) surgen una serie de rasgos que conforman una perspectiva corpórea y otra sin cuerpo, una experiencia multisensorial o una objetificación en el registro visual de una experiencia corpórea. Para entonces “saltar” a tratar de explicar las experiencias “fuera del cuerpo” y como en estas, los individuos se ven tumbados, nunca de pie o de forma activa, es decir, nunca en una experiencia sensorial en la que se sea consciente del cuerpo, como por ejemplo al realizar deporte, buscando una situación donde uno pueda imaginar que los límites y bordes del cuerpo se desvanezcan como al estar inactivo. Es decir, son ambas una serie de perspectivas en las que uno puede proyectarse.
Lo interesante, es como entonces viendo este PV, donde las chicas como ídolos que son practican lo que Arlie Russell Hochschild en su intento de definir en qué consiste el trabajo afectivo en “The Managed Heart. Commercialization of Human Feeling” llama “actuación profunda”, una en la que las presiones para comportarse de un determinado modo respecto al consumidor terminan por hacer realidad los gestos y la interpretación que se quiere presentar a este. Es decir, que son felices siendo “felices”. Y en cierto modo, al consumir esta “felicidad”, uno se convierte en lo que hace, es decir alguien que es feliz. Y en cierto modo, al ponerse en el lugar del otro a través de la empatía, vivir estas experiencias imposibles, estos cuerpos que avanzan a distinta velocidad en sus trayectorias a través del espacio, una especie de intensificación en la que se vive a través del cuerpo del otro, del ídolo. Dicho lo cual, “Okie Dokie” de SKE48 es mucho mejor canción que estas dos.
Momoiro Clover “Mirai Bowl”
Quizá lo más estremecedor de este PV de Momoiro Clover, en el que todo se convierte en un modo de juego y donde ni el tiempo ni las reglas del mundo parecen tener ningún efecto, cuando sólo existe la representación entendida como un loop es que sea el último antes que la chica que hace de “Danny” dejara el grupo. En la edición en DVD que acompaña al single en formato físico, esas fisuras que se intuyen se abren y la canción cede paso a las partes de “drama”. Una forma como cualquier otra de querer que no suceda lo inevitable.
Britney Spears “Hold It Against Me”
Quizá la historia más divertida sobre la canción que introdujo en el mainstream los sonidos del dubstep (cómo odiaremos esa palabra durante los próximos años) es que fue motivo de demanda por plagio de una canción country, que seguramente el compositor, que como todo el mundo sabe era el cantante de un grupo de hair metal europeo, jamás escuchó. Aunque al parecer era por la letra. El disco en el que está incluida esta canción está muy bien, algo que descubrí la semana pasada. Supongo que por una cuestión de sesgo ideológico respecto a este estilo de dance mainstream actual: jamás algo pareció tan poco utópico y tanto una oda al consumismo sin fin como intento de retorno a épocas recientes.
Kate Bush “Deeper Understanding”
Porque según parece esta vieja y un tanto perdida. Y después se morirá.
Nicola Roberts “Beat of my Drum”
“Don’t I make your heart go wild?”
No así.
Amei “都什麼時候了”/ “你在看我嗎”
Una por la interpretación vocal, la otra por los arreglos de cuerda.
tengal6 “ルービックキューブ”
tengal6 son un grupo raro: idolos “indies” y más o menos alternativos que en realidad hacen hip-hop patrocinados por la más conocida firma de productos eróticos femeninos de Japón. En esta, su primera canción y PV, asocian las tardes de tiempo suspendido que se pasan jugando con la creación y liberación de tensión de un sample de piano, una sección de vientos para el estribillo y sintetizadores que parecen ascender como cuando uno se acerca a la resolución de un problema, un argumento, un juego.
Nadia Oh “Taking Over The Dancefloor”
Nadia Oh publicó un disco terrible hace unos meses. Era un disco que amagaba tratando de ser todo lo que es esta canción, explicando sus intenciones a través de la letra (ser única, no ser vulgar como los demás, divertirse) o intentado repetir elementos musicales (los riffs, el ritmo moombathon y demás). Un completo quiero-y-no-puedo, si cabe más ridículo como espectáculo una vez que lo ya conocido resultaba ser lo único memorable de todo el asunto.
Ms. Dynamite “Neva Soft”
De un arranque roots a los bajos del dubstep pasando por las rémoras al drum&bass, salpicados por las letras más o menos concienciadas, más o menos sensibles interpretadas con empuje por Ms. Dynamite. Una manera posible de imaginar como debería ser la transición (y la tradición) de la bass music al mainstream tal como se imaginaba hace unos años.
Kyari Pamyu Pamyu “PONPONPON”
Montada sobre una producción típica de la casa de Yasutaka Nakata (Perfume, capsule) que derrocha ternura por todos los lados, Kyari acumula todos sus fetiches en un único mundo: pedos, mocos, ojos, trufas, juguetes, la tensión facial al hacer muecas, botas, murciélagos, etc.
GEM “Good to be Bad”/ “Get Over You”/ “One Button”
Lo que hace un año. Ahora que la burbuja inmobiliaria china está a punto de estallar, la posibilidad de un mundo donde el centro de poder hegemónico se trasladara de los Estados Unidos al país comunista se parece cada vez más a uno de esos futuros olvidados que tanto habitan según que discos recientemente. De todos modos, podemos hacer el ejercicio utópico y aunque GEM no sea realmente de allí aunque sí, sino de la sinoesfera, tratemos de imaginar como sonaría la música que viniese de esta alteridad, aquella que representara el apogeo y la aspiración de todo un modo de ver la realidad. Como ejercicios de intensidad en discos de Toni Braxton, Céline Dion, LeAnn Rimes.
Negoto “Charon”
He decidido escoger “Charon” de Negoto como mi canción del año por razones que no se muy bien si seré capaz de explicar. En un año donde un montón de las cosas que han parecido preocuparme, en el aspecto formal pero también en lo íntimo y personal, podrían girar en torno a la idea de que una forma narrativa o un objeto artístico es una manera de conectar y establecer relaciones entre materiales dispersos, una forma de sintetizarlas y hacerlas tangibles y reales por accesibles, es una canción que al menos a mí, me parece habla sencillamente de eso.
Cuando hablo de formas narrativas incluyo el relato que hace uno mismo de su vida, que es una manera como cualquier otra de condensar y plasmar sensaciones fisiológicas, recuerdos de recuerdos, valoraciones, ideología, creencias, experiencias sentimentales, en un algo coherente. De modo que si, en este año donde se reedita “Nevermind” y donde la música que formó parte de mi adolescencia parece volver, como una especie de presencia fantasmal, me decido por esta canción es por lo que esta forma de entender la música, este encabalgamiento de pasajes relajados y aceleraciones de emoción, esta forma de rebotar de un estado al otro, transitando por el mundo a la espera de los tramos de mayor intensidad que hagan desembocar la canción en algo para recordar, la he asimilado a la hora de enfrentarme al mundo, apropiarme y distanciarme de lo que sucede y tratar de provocar algo que parezca generar algo de sentido y orientación. Es decir, como estas formas parecen condensar, justificar, reproducir una serie de dinámicas mentales que supongo han estado ahí toda mi existencia.
No digo esto en forma de condena. Quiero decir que llevo veinte años repitiendo esto. Quiero decir, que llevo veinte años fracasando por usar este diagrama y buscar la solución en una intensificación de su uso. Quiero decir que esto no tiene nada que ver absolutamente con la música y una determinada serie de opciones estilísticas dentro del pop-rock. Sólo que articulo una serie de conflictos, dudas, incertidumbres y valoraciones acerca de mi mismo a través de estos textos. Y que como en el PV de esta canción, al final espero que salga el sol para justificar toda esta noche y el silencio de las cosas que me rodea. De modo que escojo esta canción no porque crea en un reencuentro, en una redención al reconocer esto sino para decir que lo que quiera que sea que quiera decir con todas estas metáforas, estas dinámicas internas que van a seguir presentes cada día y no se resolverán jamás pero me dan absolutamente igual.
Stylo G “Call Mi A Yardie”/
Keida “Bubble Up”
Swag
Metronomy “The Look”
Don Omar “Danza Kuduro”
Hace algunos meses hicimos la petición a nuestros escasos lectores de sugerirnos algunas de las canciones que consideraban imprescindibles para entender este año. Incluimos así la integridad de sus sugerencias.
Sunny Sweeney “From A Table Away”
Como todo indie que uno en el fondo sigue siendo, al final nos refugiamos en el country. Aunque por molestar lo hacemos en el mainstream. “From A Table Away” es un botón de muestra de lo que uno se puede encontrar en el disco de debut de esta mujer, donde historias como esta, de alguien que es “la otra” y se encuentra en ninguna parte sin tener esperanza alguna de futuro con o sin la presente relación sentimental (un tanto increíble esa donde escribe una carta a la esposa de “su” hombre para comentar lo doloroso que tiene que haber sido toda la experiencia para ella pero también para que se aclare las ideas y ella también pueda continuar o pasar página), se repiten y complementan, aunque quizá (un quizá fuerte) sin esta presentación casi cinematográfica en texto e instrumentación.
Hoshi no Otome Kagekidan “ひばりが愛したカメラマン”/
Dorothy Little Happy “Jump” /
Seifuku Kojo Iinkai “ダッ!ダッ!脱・原発の歌”
Hace ya tiempo que tengo la teoría de que escuchar música idol japonesa es algo que uno tiene que posicionar como un axioma: debe haber algo interesante porque pienso que puede ser interesante. Para rizar el rizo, nos despedimos del mainstream y este año hemos explorado las escenas de los ídolos locales (los que no pasan de los límites de su provincia), los underground y aquellos que resultan de difícil digestión para el público mayoritario.
Hoshi no Otome Kagekidan tienen una estética que a ratos parece un cruce entre según que sonoridades de discos de Antonio Vega, pop electrónico, melodías de Ella Baila Sola y videoclips de esos que las cadenas privadas emiten a altas horas de la madrugada. Aunque son unas referencias peliagudas conforman un todo coherente y si uno consume todos sus PVs (todos menos el que acaban de publicar los pueden encontrar en el mismo canal en YT) uno tiene una un tanto desconcertante y desasosegante sensación de intimidad con el grupo y con las propias canciones, como si hubiera convivido ya con ellas antes de haberlas escuchado. Esta es su canción con más guitarras, es bastante accesible, y aunque no puedan mantener la formación al bailar porque el espacio no es más grande debe ser su PV con más presupuesto (ese otro donde tratan de recrear un bar…). Para acentuar un poco la sensación de vidas a la deriva, la que parece la cantante principal del grupo ya lo dejó.
De la canción de Dorothy Little Happy ya hablamos en otra ocasión.
SKi (que se formaron en los 90) están tratando de encontrar su lugar en la actual escena idol aportando algo caro de ver: ideas políticas. Tras el gran terremoto que asoló determinadas zonas del país hubo por parte del mundo de la música todo tipo de propuestas para fomentar el espíritu de reconstrucción o la acción solidaria (por mencionar los casi seis millones de euros que soltaron AKB, o la edición de discos de grandes éxitos que dedicaban un escueto % de sus beneficios a la causa o conciertos solidarios, galas y demás). Mucho más raro de ver fueron las propuestas que hicieran resaltar las zonas afectadas por causas “no naturales” respecto del conjunto. Una de estas fueron por ejemplo los conciertos organizados por Dommune y los canales de comunicación prestados por estos, o las actividades de Otomo Yoshihide con residentes de la zona o festivales que trataran de cambiar la asociación de ideas que sufrirá Fukushima en el futuro por otra más positiva. SKi prestaron su canal de Ustream para difundir reivindicaciones por parte de los granjeros de la zona y publicaron un single con dos canciones. La segunda “原発さえなければ”con una de las componentes originales del grupo haciendo de cantautora habla sobre las condicones de vida de las vacas.
La que presentamos aquí además de incluir la pronunciación más tierna que jamás recibirá en una canción la palabra “microsievert”, dice entre otras cosas a los partidarios de la energía nuclear que se queden a vivir en las zonas afectadas o que los políticos están más preocupados por mantener el puesto que por los problemas de la gente. A diferencia que otros proyectos, ellos anunciaban desde el principio que 300 de los 1000 yenes que costaba el single iban a proyectos de reconstrucción en Fukushima. La cantidad recaudada es ridícula como ha de ser por necesidad con un grupo que difícilmente vende más de mil copias, pero es actualizada en su página web en un ejemplo de transparencia un tanto inaudito. Además, como se puede comprobar en el PV han participado en diferente protestas a favor de los granjeros y en contra de las nucleares. Algunos de los comentarios que se pueden leer en YT sobre su PV: “No hay ni una que sea bonita” o “Si queréis ser de izquierdas iros a Corea del Norte”.
Vybz Kartel “Summertime”/
Popcaan “Ravin” /
Laza Morgan ft Mavado “One by One”/
Mavado “Settle Down”
Escuchadas en una sesión de radio jamaicana durante un espacio de dos horas cambiaron por completo mi actitud sobre la música de este año.
KathyB “Perfect Stranger”/
Emeli Sande “Heaven”
Pon-pon-po chakachakacha
Heatsick “Ice Cream on Concrete” También hablamos de esta en otra ocasión.
Ambos discos entroncan con una serie de discos recientes que tratan de mostrar a Londres como lugar físico donde transitan y se comunican una serie de escenas y tradiciones musicales así como comunidades étnicas, sociales o comunicadas por la experiencia compartida de habitar un determinado barrio. Este gesto en si mismo no deja de ser político, el mostrar la parte de aquellos que no tienen parte, los que no tienen espacio cuando se representa la ciudad en los medios de comunicación. Cuando se reclama que esta serie de interacciones humanas es lo único que hace habitable y tolerable la vida en esa ciudad. Lo cual no dejaría de ser un gesto muy bonito si los discos no funcionaran del modo en que funcionan. Como el de LV ha sido bastante bien recibido, aunque no tanto votado, mencionaremos que la “irregularidad” del disco de Damu consiste en tratar de encontrar el “chispazo” en cada uno de los temas incluidos, que es algo que a mi entender consigue y que hace que el disco resulte muy tierno.
PJ Harvey “Let England Shake: 12 Short Films by Seamus Murphy”
El último disco de PJ Harvey es una reflexión musical donde se utilizan como punto de partida samples de canciones y textos sobre conflictos armados para ilustrar los tiempos actuales donde este país, como casi siempre, se encuentra inmerso en conflictos armados aunque se les llame de otro modo. Como esa parte del disco ha sido más o menos diseccionada en múltiples otras críticas nosotros nos centraremos en los aspectos de su modo de presentación/promoción que acompañaron, conformaron y expandieron su escucha en el tiempo.
Desde la concesión de entrevistas a distintos medios de comunicación al estreno en los lugares más variopintos de los cortos visuales que ilustraban cada una de las canciones pasando por la cantidad de conciertos que pudieron disfrutarse de manera gratuita por streaming, radio o televisión, la publicación gradual de críticas al respecto (incluyendo premios mediáticos), los comentarios generados a través de estas, en foros, en los propios comentarios del canal de YouTube donde todos los videos fueron con mayor o menor celeridad siendo alojados (un continuo desvelar y centrar la mirada en cada rincón del disco a través de las semanas). Todo este quehacer forma parte para mi de lo que significa este disco, y como resulta un tanto extraño tratar de votar esto en si mismo en lugar del disco como objeto físico, al final nos decantamos por la edición en DVD, quizá por convenciones como la mejor calidad de imagen respecto a YouTube.
Motion Sickness of Time Travel
Ni se sabe cuantos discos ha publicado esta mujer durante este año (al menos yo he escuchado cinco). No selecciono ninguno en particular ya que hay distintos tipos de composiciones en sus discos, algunos de los cuales (los que giran en torno a las microrepeticiones) me quitan el aliento, mientras otras me parecen una bonita música de ambiente y me dejan un tanto indiferente. A pesar de esto o precisamente por esto, la necesidad o compulsión de completar/explorar para poder filtrar aquello que me resulta interesante, difícil separarla de lo que ha sido este año.
Dickie Landry “Fifteen Saxophones”/
Bill Dixon Orchestra “Intents & Purposes” /
VV.AA. “Opika Pende; Africa at 78 RPM”/
VV.AA. “This May Be My Last Time Singing. Raw African-American Gospel on 45RPM 1957-1982”
O el sitio donde acumulamos algunas de las reediciones y recopilatorios de este año (ya se hace difícil tratar de mantener diferentes categorías entre “novedades” y esto, por la cantidad ingente de material que vuelve a circular). Habría muchas otras más cosas para añadir aquí, desde los Beach Boys a Tazartes, pero nos da un tanto igual para lo que utilizamos estas referencias aquí.
Dickie Landry era el saxofonista del grupo de Philip Glass durante los 70. Este disco en solitario consiste en una serie de composiciones e interpretaciones para distintos instrumentos de viento (flauta, saxofón) uno cada vez, aunque en múltiples pistas y con montones de efectos de eco y delay. Por hacerse una idea de cómo puede sonar, no suena tan distinto del saxofón que sonaba hace años en las remezclas de Kevin Shields a Primal Scream. Una oscuridad para explicar otra oscuridad. Estoy sembrado.
El disco de Bill Dixon, que alguna vez The Wire votó como uno de los discos más importantes de la historia, llevaba descatalogado casi desde su publicación (y circulando desde hace más de un lustro en MP3 tomado de un vinilo usado).
El recopilatorio de “Dust-to-Digital” te permite aterrarte al emocionarte por la capacidad de registrar en grabaciones la sensación de vida y gozo de unos interpretes que en la mayor parte de los casos ya deben estar muertos y nadie recuerda.
El último recopilatorio, sucesor natural de otro disco de raw gospel que selecciono hace unos años el tipo que edita Yeti, hace simplemente honor a su nombre. Si ya consumieron aquel ya saben lo que escucharán aquí: gente dando sermones sobre apuntes de guitarras soul, proto-rock o congregaciones que responden al predicador con la típica energía y presencia del cuerpo para alcanzar la espiritualidad de la tradición de la música afroamericana (la de USA por puntualizar).
AKB48 “AKB ga Ippai – The Best Music Video”/
Richard Craig “Inward”
Un triple DVD que recopila PVs desperdigados en formatos CD single + DVD. Un disco que sólo he escuchado a través de Spotify.
Ekoplekz “Memowrekz”
Ekoplekz, antes un muy respetado blogger que ayudó a catalizar la escena dubstep ha tenido montones de lanzamientos a lo largo de este año. Yo me decanto por esta doble casete o descarga en formato MP3 o FLAC que publicó el sello Mordant Music, que dura cerca de dos horas. En cierto modo lo asimilo a las sensaciones que originaban los recopilatorios acerca del BBC Radiophonic Workshop, la acumulación de materiales dispersos, las discontinuidades de unos a otros, los cambios de intenciones superpuestos y secuenciados. Usualmente lo dejo puesto mientras hago otras cosas. Modos de consumo, modos de escucha. En ese mismo sentido podría haber añadido el disco de Caboladies “Renewable Destination”.
Nuel “Trance Mutations”
Otro disco en cierto modo inexistente. Publicado originalmente como “white label” y descatalogado al poco tiempo y reeditado hace poco de nuevo en formato vinilo (al cual ni tengo acceso ni interés por tenerlo), pero que se puede escuchar (no comprar como descarga) en el Bandcamp del sello discográfico. Bongos, guitarras, sintetizadores, viento y sol en el rostro y entre los cabellos.
Fasenuova “A la quinta hoguera”
Casi lo mismo que lo anterior, aunque este si se puede descargar (algo que todavía no he hecho). Muy majo para escuchar en reuniones familiares.
Laurel Halo “Hour Logic” + mix “Seasons”
Una forma de catalogar sensaciones de anticipaciones del futuro por llegar que aparecen en distintas músicas pop y su aplicación a las composiciones propias para imaginar un presente donde todo lo anterior, en general, forma parte del ambiente en el que nos movemos.
Saori@destiny "Domestic Domain"/
Perfume "JPN"
Perfume transformaron su obsesión por el futuro en un ansia por el encuentro que ha de llegar, una especie de metáfora en un mundo consumismo. El año pasado publicaron un montón de canciones memorables (incluyendo caras B). Este año sólo dos singles que palidecen un tanto respecto a aquellos pero que son remezclados para la ocasión. Además añaden unos cuantos temas nuevos, que no aportan grandes sorpresas y salvando un par de decepciones y añadidos que no aportan nada, ayudan a dar forma a un disco estupendo que nadie en el mundo del mainstream se puede imaginar sacando así como cualquier cosa, sin darle importancia alguna o esperar que la gente tenga otra reacción al respecto.
Saori@destiny se mueve en otros patrones sonoros distintos a los de Perfume, aunque el fondo no resulta tan distinto. Aquí hay más acumulaciones de distintos materiales sonoros, desde dubstep a baladas funk de los 80 pasando por la música house o el R&B japonés, pero la misma intención y similares reacciones al intentar afrontar el mundo o relacionarse con él.
Patrick Farmer “Green rings around the eyes, this grass in vibrant motion”
Pieza sonora para micrófono solo.
Disco Inferno “5 EPs”
En The Quietus hay una entrevista reciente con algunos de los components de Disco Inferno sobre las circunstancias del grupo cuando publicaron sus discos, el ambiente en el que se movían (el de un Brit-Pop neoliberal y un mundo de posibilidades sin fin para los que tuvieran acceso a ellos que después daría productos para la posteridad como “Friendo”) y temas recurrentes, el fin de la Historia, de la evolución del pop y del arte, bastante en carne viva. Este disco debería ir a la sección de reediciones, aunque nunca ha existido realmente más que como un recopilatorio “pirata”. Da para pensar un poco el ambiente de clase trabajadora del que parten los componentes, la clase de bagaje y traumas con los cuales tienen que cargar para seguir adelante con sus vidas y por ejemplo intentar discutir las ideas casi Benjaminianas de aquello que podía hacer mover hacia nuevos territorios el mundo del pop (la aplicación y el uso de las nuevas tecnologías para desarrollar posibilidades expresivas no habituales en el mundo de costumbres y escuchas relajadas del mundo de la música comercial). Aunque la exaltación de la tecnología por la tecnología sea un quebradero de cabeza y el mundo de lo humano que se añade resulte demasiado poético y erm, “humano”, las canciones siguen estando ahí en el limbo, esperando que alguien pueda ir más allá de ellas.
Leyland Kirby
Boy Better Know “Tropical 2”/
Kuedo “Severant”/
Philip D. Kick “Footwork Jungle Vol.1-3”
Productores de grime que se imaginan un retorno a la sensualidad del 2-step mientras se pasan al negocio de los móviles, productores de dubstep original que se encuentran tan frustrados con el momento actual de la escena, con la disipación de la energía original del movimiento y sus valores que deciden imaginarse como replicantes escapando de un mundo urbano tan aplastante como las bases del coke rap y tratamientos footwork para reimaginar un puñado de clásicos del jungle, o revisitar el futuro del pasado a través de lo que más parece el futuro en el presente.
Anne Guthrie “Perhaps a favorable organic moment”/
Chris Watson “El Tren Fantasma”
Unidos quizá por rezones contradictorias. El disco de Chris Watson se abre con voces que anuncian la salida del tren del título y se cierra con las que se encuentra al final (literal) de la línea, cuando no sólo se llega al destino sino que se anuncia que este ha sido el último viaje antes de cerrar este trayecto. Es decir, lo que se hace con esas grabaciones es otorgar un principio y final al trayecto sonoro, establecerlo como una documentación de un momento y un lugar que dejaron de existir hace una década. En cierto modo, esta exposición clara de intenciones dentro de la misma obra ha sido lo que me ha generado más problemas al escuchar este disco. Lo cual admitimos resulta un tanto extraño ya que lo que al menos a mi me gusta de los discos de Chris Watson es su proceso de montaje, el ensamblaje y montaje de las grabaciones de campo para contar y documentar historias y lugares, espacios y desarrollos en el tiempo, la muy tangible presencia de una especie de narración omnisciente que da sentido a como se desarrollan las piezas sonoras. Aquí encontramos desde micros que recogen el ambiente de un lugar que resulta alterado al paso del tren hasta ese momento techno donde el traqueteo de la maquinaria se convierte en algo hipnótico pasando por lugares donde la gente transita o trabaja.
Anne Guthrie ya publicó un estupendo disco de grabaciones de campo que salió de mi lista de lo mejor del año pasado casi en el último momento. En este nuevo disco ha incluido grabaciones donde ella canta una canción tradicional o toca Bach en la trompa. Es algo que si se escucha sin referencias resulta bastante desconcertante. En el primer corte, tras un largo rato, se escucha el claxon de un coche en la calle que es el momento donde ella comienza a ejecutar la pieza de Bach. Oh, bien, este es el meollo del asunto, de no saber lo que está sucediendo realmente en cada pieza, de no introducir una especie de proto-narrativa que ilustra el modo de ejecución de cada pieza, la combinación de grabaciones no resulta particularmente interesante o resulta demasiado evidente. De este modo uno necesita saber que lo que se escucha en la primera pieza es una grabación en la habitación de la “compositora” en la que se van preparando el instrumento y la partitura hasta que algo sucede que marca un momento propicio para la ejecución, humana e imperfecta de la pieza. O como esta grabación es reelaborada mediante la reproducción dentro de un objeto de cristal y el cambio de posición del micro respecto a este elemento. O como en la tercera pieza el micro cambia de dirección para registrar los diferentes sonidos que ocurren en el lugar del título. O como una grabación de su voz se superpone sobre la grabación de los sonidos de un puente que aloja el tráfico de una autopista en el cuarto corte. Y como esto se descubre cuando en el último corte se nos presenta la grabación original de la canción. Tras leer todo esto en una crítica mi valoración del disco cambió completamente. De no encontrarle ningún interés a parecerme completamente estremecedor.
Oh, y las grabaciones de campo en según que escenas son las nuevas guitarras eléctricas.
Denpagumi .inc “Ne Kiite? Uchu wo Sukuu no wa, Kitto Osushi. . . Dewanaku, Denpa-Gumi Inc.!”
Que se publica hoy y no he escuchado (y parece nadie ha comprado por que no está entre los primeros cincuenta discos más vendidos hoy en Japón). Tampoco me hace falta escucharlo ya que gran parte de las ocho canciones que contiene las he escuchado a través de las decenas de conciertos suyos que he visto a estas alturas.
Este es otro “disco” que no puedo separar del modo de consumo, la sensación de experiencia compartida. Cuando digo que he visto decenas de conciertos del grupo digo que las he visto más que a cualquier otro artista en directo en mi vida. O que también se consumen posts en blogs, soundcloud, fotos y tonterías lanzadas por tumblr, twitter. O se consumen por ejemplo los materiales derivados (por ejemplo, los videos de baile de alguna de las componentes que cuelga en YouTube y Nico Nico Douga).
También consumible es por ejemplo el modo en el que uno se siente parte del conjunto (por ejemplo, el día en el que anunciaron quién había compuesto su primer single mainstream, o como un día organizaron un concierto para incluir los vítores de la audiencia en una de las versiones del single). Y completamente inseparable, ver a una de las componentes con otra amiga, comer a las tantas de la madrugada mientras responde preguntas de los fans, hacen bromas entre ellas y demás. También puntúa cuando estas se conectan a Ustream para no quedarse dormidas mientras hacen rato para ver sus primeras apariciones como grupo en la televisión y que básicamente consiste en ellas consultado los móviles, diciendo tonterías y jugando a la consola. También que gracias a algún programa uno pueda ver de forma cutre la televisión japonesa y compartir el momento. Todo extrañísimo si se paran a pensarlo o recuerdan como se consumía música hace apenas unos años.
El grupo en la hoja promocional se anuncia como una unidad 2.5D, es decir, gente que se encuentra a medio camino entre las tres y las dos dimensiones. Aunque esto se traduzca en gente para la cual la presencia de la ficción y las formas de entretenimiento representan algo indisoluble de su experiencia cotidiana, también creemos que refleja un continuo abrazo de las tecnologías de distribución y consumo de contenidos como forma de relacionarse con el mundo. Algo que salpica completamente la propuesta estética del grupo, desde el uso de sonido de videojuegos a que la mayoría de sus canciones sirvan de temas musicales para animes, o que en su PV, se puedan observar la completa fijación por la forma en la que se genera la imagen en movimiento en la animación (el uso de distintos planos que representan distintos planos de dibujo, el gusto por la animación limitada y su reiteración de elementos) y el tipo de conocimiento que surge cuando se dispone de tecnologías de reproducción que permiten descomponer el proceso de confección de distintos materiales culturales (la observación de que los otakus cambiaron sus modos de hacer y sobre lo que hablaban cuando apareció la tecnología del video que permitía la exposición repetida y la capacidad de reproducción a distinta velocidad) además del propio arreglo de la canción (el compositor es uno habitual para idols, el letrista alguien que hace videojuegos) por parte de Hyadain (el mismo compositor de Momoiro Clover y EbiChu) donde los estilos musicales se superponen y cambian sin aviso previo como quien se aburre de un disco y pone otro.
John Wall & Alex Rodgers “Works 2006-2011”
Otro disco a camino entre distintas cosas. John Wall es un compositor electrónico que con el paso de los años ha dedicado más y más tiempo a construir de una forma casi dolorosa los fragmentos de sonido que después usaba para ensamblar sus piezas musicales. Hastiado de este proceso, decidió dirigirse al mundo de la música improvisada, donde podía saltarse algunos de los pasos de dicho proceso a la vez que podía divertirse en compañía de otra gente. Este disco es una especie de documento de sus performances con un poeta, salvo que está compuesto, no presenta los materiales que usa en directo sino otros más estructurados y las grabaciones de la voz de Alex Rodgers también se usan como material sonoro y textura. Disco desasosegante e intenso que se hace muy breve para aquella gente a la que los sonidos más agudos no les molesta.
Michael Pisaro “Close Constellations and a Drum on the Ground”/ “Asleep, Street, Pipes, Tones”/
Craig Shepard “On Foot”
Dos (tres) discos que no se parecen en nada, ni que creo se reduzcan a la categoría de los compositores “Wandelweiser”, solo que tenía que hacer sitio para dar cabida en la lista a unos cuantos discos peores. La música de Michael Pisaro ha gozado de distintas grabaciones este año, incluso hay un sello dedicado íntegramente a publicar estas grabaciones. De todas ellas este es el disco que más fascinante me ha resultado, donde sin necesidad de variar mucho su propuesta, la estructuración en el tiempo de los sonidos, la creación de secciones que ofrecen diferentes intensidades y demás, ni sus fuentes de sonido, en este caso grabaciones de sonidos nocturnos en la ciudad y los típicos elementos percusivos resonantes además de algunos elementos melódicos, todo parece novedoso. Una de las piezas parece evocar la sensación de duermevela, donde uno pierde la conciencia rodeado de los sonidos de cañerías, coches que pasan, señales perdidas en la noche, gente que anda y demás. La sensación de cansancio e insomnio donde uno igualmente se queda enfrascado en esta maraña de sensaciones acústicas también puede resultar descriptiva, de cierto modo, a las sensaciones que puede provocar esta música.
El disco de Craig Shepard (a mi me llego, además de muy rápido, con mensaje del compositor escrito en el plástico del envoltorio) recoge una serie de grabaciones sobre las composiciones que escribió, una cada día durante un mes, en un viaje a pie a través de Suiza (400 kilómetros y un itinerario mostrado esquemáticamente en la contraportada). Las composiciones oscilan entre los tres y los veintisiete minutos.
Según rezan las notas interiores: “The performances on this CD were recorde in the work spaces of the performers. Careful listening will reveal the everyday sounds of these spaces, including furnaces, crows, traffic, fish and distant church bells. When played n home stereo equipment, the pieces frame the everyday sounds of the listener’s home”. Todavía tengo que imaginar una descripción más exacta de lo que es este disco (aunque podríamos mencionar lo elusivos que resultan los sonidos “musicales”, pero si ya ha escuchado algún disco de esta gente ya saben como suenan). Como casi todo lo que aparece en esta lista, es un formato híbrido que se puede extender con la compra del libro que documenta todas las composiciones y el viaje del compositor.
Philip Corner/Manuel Zurria “Joy Flashings”
Bizarras e imaginativas interpretaciones de uno de los compositores que alguna vez ha estado relacionado con Fluxus. Grabaciones de señales de la policía china, gente que interpreta a Elvis, la cremallera de la funda de un instrumento, masas de silbatos de juguetes infantiles sonando al unísono o sonidos capturados de un sistema hidráulico de un camión, son algunas de las cosas que se pueden escuchar aparte de la flauta.
Pistol Annies “Hell on Heels”
Sobre por la fascinación que me provocó la sugerencia por parte de un crítico que este disco, junto al de Sunny Sweeney, son los primeros discos que realmente reflexionan, aunque de un modo no necesariamente explícito, a la actual crisis económica desde el punto de vista de la sociedad norteamericana (el country siempre se vanagloria de representar a las comunidades tradicionales, a la gente de la calle). Gente que pierde la casa, tiendas familiares que cierran, sueños de quemar la vivienda para huir del desgaste provocado por las hipotecas y las facturas y poder vivir libre, anuncios de venta de remolques donde el vendedor confiesa que está hasta las narices de vivir en esa mierda, o gente que afronta los problemas tratando de follar, emborrachándose, fumar o tomando antidepresivos (normalmente todo junto). Y todo esto desde un formato de country mainstream completamente accesible, usando estilos variados que pasa en un suspiro.
Oneohtrix Point Never “Replica”
Más discos de canciones sobre canciones y formas de escuchar canciones. En esta ocasión anuncios y jingles promocionales.
Joe Panzner “Clearing, Polluted”
150 copias para el mundo (yo tengo una que venía acompañada de una chapa y un papelito arrancado de cualquier sitio donde se me decía que disfrutara del disco). Es un disco de sonidos electrónicos elaborado y editado durante tres años. Alterna entre lo que alguna gente ha llamado un sonido de enjambre de fragmento superagudos, brutales y casi geológicas frecuencias bajas y algunos ascensos ruidistas. Menuda descripción incapaz de mostrar la experiencia de sentarse durante cerca de una hora escuchando esto a alto volumen.
Bill Orcutt “How the Thing Sings”
Para entender como Orcutt reinterpreta la ejecución musical con la guitarra, se puede consultar por ejemplo este programa de radio donde habla de algunos de sus guitarristas favoritos (http://thewire.co.uk/articles/5949/). Lo de la forma es más o menos sencillo de ver, lo raro de explicar es cómo este disco cada vez me suena más por ejemplo a Rodan. Es decir la reelaboración de otra tradición, la de por ejemplo cierto rock independiente norteamericano, en formas más libres.
Kate Bush “50 Words for Snow”/
Julia Holter “Tragedy”
Por molestar.
Morphosis “What Have We Learned”/
Andy Stott “Passed Me By/ We Stay Together” 2CD /
Ricardo Villalobos & Max Loderbauer “Re ECM”/
VV. AA. “Bangs & Works vol.2”/
EQUALIZED “EQD111”
La habitual sección de discos de electrónica de todo tipo de pelaje que realmente no aguantarían el tipo en una lista sin este tipo de contexto.
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