jjj


Intentando engancharme a esto. La excusa, supongo, es la banda sonora compuesta por Otomo Yoshihide. Aunque no he llegado a ello todavía, aparecen toda una serie de motivos que pueden ser reconocibles para los lectores de este blog: ídolos locales, glocalización, los planes de desarrollo urbanístico y su supuesto impacto económico, el soft power y su manera de tematizar las culturas locales o regionales.


También la necesidad de adherirse a narrativas (oficiales, populares, sociales, alternativas) para poder estar en el mundo o interpretarlo o ser capaz de sobrellevar la existencia cotidiana. Y aunque supongo esto no se desarrollará en la serie, el efecto túnel que generan la adhesión a estas narraciones sobre la realidad, sus sesgos interpretativos o el puro acto de fe en el cual pueden desembocar enfrentados con una realidad múltiple, cambiante, impredecible e inabarcable. También la posible interpretación de estas “narrativas” (o filosofías, teorías, escuelas de pensamiento, formas de afrontar el mundo, etc.) como sistemas de modelado o mapas cognitivos, su multiplicidad, pros y contras de su uso, puntos ciegos y virtudes. También, por último, las implicaciones del “posicionamiento” que se hace al adoptar o habituarse a estas interpretaciones de la realidad: cómo se siente, cuáles son los pasos conscientes en la toma de este tipo de decisión y cuáles sus deslices lógicos, cuáles son los préstamos de ideas y lenguajes que se utilizan para elaborar estas mixturas o tomas de posición, en qué bases y preconcepciones descansan, etc. Si fueran necesarios ejemplos para explicar a que nos referimos con estos “posicionamientos” podríamos recorrer todo el espectro, desde la interpretación económica desde una perspectiva marxista o libertaria hasta el mero hecho de decidir, contra el juicio de la gente que te rodea, de que a ti la música que te gusta es el metal, el indie (o los ídolos, que es el caso que estamos explorando en nuestra propia carne como hace tiempo conocen y padecen los lectores habituales).

Si no están interesados en culebrones y piensan que deberían dedicar el tiempo a algo más provechoso, la oferta más barata de suscripción a la revista The Wire resulta bastante asequible ahora que todos los números de la revista están disponibles para consulta de forma digital.

 O si prefieren escuchar música y buscan recomendaciones de discos y músicas que puedan escuchar sin sentirse ridículos, pueden probar con el drum’n bass atmosférico de “Flowers of Destruction” de Felix K (que acaba de aparecer como descarga en formatos digitales), el ejercicio de reconstrucción que supone la escucha dela caja “The Art of David Tudor”, tanto al nivel compositivo (cada pieza surge de una cadena determinada de dispositivos electrónicos que pueden alimentarse a si mismos mediante el feedback o la utilización de una librería de grabaciones sonoras como materiales de partida) como en el de la experiencia de los mismos (piezas que hay que escuchar en el espacio resonante en el que son ubicadas, sonando a través de múltiples altavoces, convertidas en grabaciones en estéreo), la exploración a través de un idioma country de la vida social en los pequeños pueblos y ciudades en “Same Trailer, Different Park” de Kacey Musgraves (al parecer un éxito crítico), la claustrofobia y experimentación (respectivamente) de los discos que ha publicado este año Toshiya Tsunoda, las referencias recientes de sellos como Morphine Records o Kye y las curiosas estéticas musicales que parecen estar promocionando, la plasticidad sonora e inquietud de la mixtape de 18+, las reediciones de Mammane Sani o Rodion G.A., el brutal mundo de sonido que ofrecen Wold en "Freermasonry", las improvisaciones de "Boring Embroidery", o discos majos como "City Pulse" (de Om'Mas Keith) o "Bludd Relations", etc.


El grupo que ocupaba la última entrada se ha separado hoy. Lo han hecho de una manera inenarrablemente lenta y dolorosa. Objetivamente, es entonces un buen vídeo para marcar el paso del tiempo, la reescritura de la memoria o el decaimiento y el abandono. Subjetivamente, ahora parece una broma sobre ellas. De modo que, subrayando la paradoja, y esperando que dure un poco más (aunque claro, vive en Chicago).