Un montón de gente esta votando como una de las canciones del año “Yamaha” de The Dream. A mi al menos me parece una decisión extraña, pero claro, yo creo que la secuencia de tres canciones que comienza con dicha canción dentro del disco debe entenderse como una única historia. “Love King” es, según rezaba la promoción, un disco surgido del momento de estabilidad emocional que el compositor había alcanzado gracias a su matrimonio con Christina Milian. “Yamaha” es una canción que juega con dobles sentidos (pronuncia el nombre de la marca como “You are my heart”). Habla sobre el trasero de su chica, que es el de una moto. Los sintetizadores imitan la luz atravesando los árboles al conducir por una carretera, el cielo abriéndose sobre ti, el aire sobre la piel y el paisaje desplegándose ante tu cuerpo impulsado. Y ese momento de felicidad (masculina) está dibujado con todo tipo de metáforas sexuales (montar, ser la llave). Un momento de felicidad inmenso: “Seen a lotta places, been all around the world/ A lotta pretty faces, a lotta pretty girls/ This one is for you, wherever you’re at/ Still got ya name tattooed on my back” Y la última frase se repite tres veces: “Todavía tengo tu nombre tatuado en mi espalda” ¿Cuál nombre? Y antes de poder hacerte la pregunta, responde, una sola vez, desde las voces de acompañamiento: “Nikki” (no el nombre de una moto, no el nombre de Christina). Y de repente, todas las fantasías han cambiado, ahora se habla de una añoranza.

Y llega “Nikki Pt. 2”, porque antes hubo una “Nikki”, cuando el recuerdo hace resquebrajarse la felicidad que uno proyectaba en los objetos, en las costumbres entre las que sucedía la vida acomodada que uno se había imaginado para si, “Nikki I miss you”. Y pasan por tu memoria todas las escenas de una relación anterior, un disco después, “me and my new girl was cool, but now I’m having doubts, and it is all because of Nikki”. Y te das cuenta de que Nikki ni siquiera es una persona, es la necesidad de acostarse con otras mujeres, de volver a tu vida de soltero y la “libertad” que tenías entonces. Y comienza “Abyss”, donde la tormenta de verano termina de formarse. “Never in magazines, never in after parties” (y uno recuerda todas las sesiones de fotos de Christina Milian). Y es una canción de odio “Now let the water fall on us”. Aquí tal vez está el punto más flojo de esta interpretación: ¿el odio es hacia Nikki por haber demostrado que su felicidad es una farsa? ¿O como tras aparecer la necesidad en forma de “Nikki” no puede volver a mirar la relación que está viviendo del mismo modo? Da igual. A los pocos meses se divorcia de Christina Milian.

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