La semana pasada Miley Cyrus estreno su canal de Youtube. Dentro del mundo de Disney no es una idea novedosa ni poco usada. Desde actrices y cantantes de mayor a menor rango, tienen su propio canal o su propio programa personal (un par de actrices tienen un programa de cocina), que sirve como un método (de marketing) para conectar más íntimamente con su público, fingir un "de mi habitación a la tuya". Lo que sucede es que la mayoría no vende ni millones de discos ni llena páginas y páginas de noticias. El primer video lleva más de 600.000 visitas.

En su perfil, encontramos la siguiente introducción:

hey everybody thanks for checking out the MILEY AND MANDY SHOW! The show is basically about nothing. You wont learn anything and some of you may not be entertained but we love the time we have together and it makes us smile and hopefully it does the same for you guys! once again thanks alot and keep checking in!!!!

Y cuentan como aficiones las siguientes:

We love.... Going shopping together. Making pointless youtube videos. Luvs to dance. and more than anything being together! BESTTIESS!

El show consiste, en la práctica, en dos chicas más o menos adolescentes haciendo el cafre en su habitación y grabándolo. Los tres vídeos giran en torno a canciones ajenas, aunque los dos últimos son directamente videoclips con ellas de protagonistas. Uno para “Potential Break Up Song” de Aly & AJ y otro para “Lonely” de Akon, que directamente es post-moderno y autoreferencial al usar imágenes de las entregas anteriores como flashbacks que cada una de las dos amigas tiene al estar separada de la otra. Hay gritos, hay caras deformadas, hay golpes (Miley saliendo disparada, rebotando en la cama y cayendo al suelo de cabeza al final del tercero debe haberle cortado la respiración a alguien de una aseguradora), hay helado y juegos con la comida, hay pijamas (de Hello Kitty, p. ej.), hay imitaciones, hay tonterías por doquier, mucha fisicidad que hará las delicias de sus fans pederastas, etc. Nada que uno no pueda encontrar de mil modos distintos en la misma página web.


Claro, uno lo puede encontrar más o menos divertido, pero no puede sentirse más extrañado al encontrarse como juegan a hacer de presentadoras y dentro de poco una de ellas presentará la gala de los Country Music Awards. Estar en contra de la vulgarización del creador o el intérprete, del arte al fin y al cabo, de convertirlo en mercadería de usar y tirar, entretenimiento del que disfrutar en los ratos libres que tiene uno tras trabajar. Y yo también lo encuentro ridículo como modo de usar el arte para cambiar el mundo. Lo se, si estoy de acuerdo, es sólo que este modelo neo-rockista, um… ¿la gente que lo sigue escucha música? En algún sitio uno de los partidarios habla sobre la pobreza de las fuentes consultadas por algún pensador francés al elaborar uno de sus libros, pero el no tiene problema alguno en reducir todo el R&B contemporáneo al modelo melismático tipo Beyonce o al modelo sin voz tipo Cassie, pero el buscando encuentra otra realidad posible: el modelo tipo Kelis. Y recomienda un CD que tenía de ella de hace casi una década. O entra en Dissensus y se encuentra que cada vez menos gente contribuye, gracias al trolling intelectual que se practica por esas tierras (que listo soy y que quemado estoy en el trabajo), como ese maravilloso hilo de protesta sobre las letras en una canción de Warrior Queen, o su odio cada vez más patente a todo aquello que sea pop (todo el hip-hop es consumismo, todo el R&B es banal y después loas al nuevo de Erykah Badu), ensalzar el nuevo disco de Autechre ahora que se han bajado de la burra, hablar de música electrónica de hace una o dos décadas o rajar del minimal aludiendo el carácter bon vivant de sus participantes, etc. etc. O, sin olvidar el maravilloso hilo aquel en el que contaban que quizás estaban equivocados y hablaban sobre la música que quizás hace unos años le había nublado el juicio. O tenemos a K-punk que puede despedir a la filosofía continental en una entrada, hablar de Heidegger, la vuelta por la puerta grande de la metafísica y mencionar el zeitgeist que supone la hauntology, ya saben ese concepto de Derrida, en la siguiente. O enfundarse el mono de pensador cyberpunk antiacadémico, anti-estudios culturales, anti PoMo y escribir para The Wire, Frieze, dar charlas en la Tate Modern o en simposios universitarios. Apelar a la verdad y realidad del objeto y acabar con la neblina negativa del pensamiento post-estructuralista, ese que ha dado sentido a todo su discurso desde hace años y que usa para una realidad cultural cada vez más reducida que ya le ha costado algunas críticas bastante fuertes como su última columna sobre bassline, hablando del ying y el yang. En realidad, lo que me jode (y esa es la palabra) es la completa falta de matices o como estos sólo se pueden encontrar en aquello que ellos consideran “importante”, lo por encima que se consideran sobre la cultura que se produce y lo cobardes que se muestran por no acercarse a la “alta cultura”. Pero admitamos que el popismo no es precisamente un oasis de inteligencia. Pero al menos demuestran que están escuchando música y que saben lo que está sucediendo (y no hacen una crítica de un disco que se publicó hace más de un año (y que Tim Finney ya había apuntado en esa dirección cuando se publicó) para demostrar las alturas a las que nunca podrán llegar). En fin, en la práctica sólo sirve para quitarme cualquier interés por escribir y lo cada vez más frustrante que lo encuentro (tampoco es que yo tenga muchos matices que digamos). En fin, dicho lo cual, seguramente vea esto:


(Y piense en lo estúpido que soy).

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